Jueves 26 de Octubre de 2006, 10:36

ALDÁZ ESTÁ 'HARTO' DE LO QUE PASA CON EL CALÁ

| Los innumerables inconvenientes que genera el volcado de los desechos industriales de la empresa Manfico en proximidades a la localidad de Rocamora y el reciente hallazgo de numerosos peces muertos generó gran malestar entre los vecinos y productores, y provocó la reacción del Diputado Provincial Julio César Aldáz (PJ) quien señaló a los empresarios dueños del emprendimiento industrial por el incumplimiento reiterado de las disposiciones y las escasas inversiones para adecuar el funcionamiento de las planta.


“Más allá de mi molestia con algún funcionario quiero dejar en claro que estoy arto, y cansado de que no podamos resolver este tema. Uno cruza por la zona y casi no se puede soportar el olor a podrido, producto de las emanaciones de los gases, no tratados adecuadamente por Manfico, y ni hablar del estado deplorable en que se encuentran las aguas del arroyo Calá”, afirmó el Dr. Julio Aldáz. El legislador justicialista dijo que días pasados fue invitado por un productor agropecuario de la zona de Rocamora y que debido a las malas condiciones ambientales le expresó que su hijo “sufre un problemas de salud que lo obligan a trasladarse con toda la familia a Basavilbaso”, comento. La situación, que no sería un caso aislado, se teme que esté vinculada con la calidad del agua que se consume en la zona, posiblemente afectada por desechos industriales de la planta industrial de la empresa Manfico. “Creo que la empresa (Manfico) nos ha tomado el pelo a todos porque sistemáticamente han provocado daño sobre el ecosistema del arroyo Calá. Recuerdo cuando se realizó una inspección de la Dirección de Medio Ambiente de la Provincia, a fines del año pasado o principio del actual, las lagunas de tratamiento de los efluentes prácticamente estaban sin funcionar y se volcaba todo crudo al arroyo y después de muchos reclamos y gestiones se logró que las lagunas funcionen a un 40% o un 50% de lo que debieran. No hay motivos para seguir tolerando que pase esto, no se puede seguir contaminando el Calá y no se puede seguir soportando en toda la zona olores nauseabundos que emiten producto del incumplimiento de las normas vigentes. Aldáz recordó que en algún momento los empresarios “presionaban con el cierre de la planta”, aduciendo que la rentabilidad que tenían para exportar los productos que elaboran no les permitía hacer la inversión que se requería para adecuar el manejo de los efluentes y gases, pero “en la actualidad existe una ventaja competitivas muy importantes que les permiten hacer todas las inversiones que sean necesarias para trabajar como corresponde”, y aclaró que si no es así “tendrán que cerrarla, porque no es posible que por 40 puestos de trabajo los habitantes de Rocamora no puedan vivir”, enfatizó el ex intendente de Basavilbaso.