| Al conmemorarse el décimo cuarto aniversario del atentado a la Embajada de Israel, el legislador dijo que “este suceso constituyó el primer ataque producido en nuestro país por parte del terrorismo internacional, que no reconocía antecedentes en la historia argentina reciente”.
“Este suceso que causó la muerte de 29 personas y más de 250 heridos, constituyó el primer ataque producido en nuestro país por parte del terrorismo internacional, que no reconocía antecedentes en la historia argentina reciente”.
Pocos minutos antes de las 15 Hs. de aquél 17 de marzo de 1992 una poderosa detonación destruyó el edificio de la Embajada de Israel en Buenos Aires, llevándose entre los escombros, la vida de 29 personas, en tanto que las construcciones vecinas también sufrieron daños de gravedad, al punto que varias horas después se temía la posibilidad de derrumbe de algunos de ellos. La onda expansiva afectó alrededor de 500 metros a la redonda y dejó buena parte de las construcciones localizadas en esa área sin servicio de luz y gas.
“Niños y ancianos fueron inocentes víctimas de la tremenda catástrofe debido a que en dos edificios linderos a la sede diplomática funcionaban un jardín de infantes y un hogar para abuelos, loa que resultaron dañados por la fuerte explosión, provocando una enorme humareda que pudo ser observada desde una buena parte de la zona céntrica de Buenos Aires”, sostuvo el legislador.
Fuerzas de la Policía Federal, los bomberos y de Defensa Civil sumados a los servicios de urgencia de los Hospitales Fernández, Argerich, Ramos Mejía y de Niños coordinaron la búsqueda de personas atrapadas en los escombros. También participó el simple ciudadano que se arrimó al vallado a decir una ración y rogar por su salvación.
“No debemos olvidar que la falta de eficiencia de los servicios de justicia y seguridad crearon las condiciones para la concreción posterior del ataque contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), causando la muerte de 85 personas y más de 300 heridos. Estas cobardes agresiones fueron una falta de respeto a toda la sociedad argentina, porque quienes allí murieron no fueron sólo judíos, sino también de otros credos y, fundamentalmente, argentinos y hoy estos hechos todavía continúan impunes”.
Finalmente el Diputado Aldáz dijo que: “esas semillas de odio y muerte debemos desterrar de los corazones de los niños y jóvenes que son nuestro futuro y tenemos que comprometernos todos a luchar por la paz y la tolerancia, cada día de nuestras vidas”.
