Martes 13 de Febrero de 2007, 03:15

Basavilbaso tiene una mujer bombero

| Por primera vez los bomberos voluntarios de Basavilbaso cuentan en sus filas con una mujer, de 21 años, Miriam Molla. La joven pertenece al cuerpo activo desde hace un mes y vestida con el overol, casco y botas, traje que utilizan voluntarios de la ciudad, le contó su historia a RIEL FM.


“Siempre me gustó la actividad y cuando podía me acercaba al cuartel hasta que un día mi tío, también bombero, me preguntó si estaba interesada en ser parte del cuerpo activo a lo que respondí sin dudar que “sí”. Ahora, desde hace 30 días, somos dos hermanos Molla en el plantel, mi hermano y yo”, dice orgullosa. [imgTexto=DSC09850.jpg]Miriam[/imgTexto] admite tener curiosidad sobre como será su primer “salida”, y dijo aprender mucho de sus compañeros como para estar lo suficientemente preparada para los momentos difíciles. La primera mujer bombero tiene un hijo de tres años, estudia y trabaja, pero reconoce que se hace siempre tiempo para dedicar al menos unos minutos diarios al cuartel. “La verdad me tratan con muchísimo respeto y consideración, no tengo palabras para agradecerles. Soy un bombero más”, dijo La muchacha que recibió a los cronistas de RIEL FM y su sitio digital de noticias permitió gustosa que se le sacaran algunas fotos con el traje, y ni bien pudo [imgTexto=DSC09851.jpg]se quitó el casco y con sumo cuidado trató su cabellera colocándose un broche[/imgTexto]. Entre las miradas de varios jóvenes bomberos que se encontraban en el lugar explicó que sus compañeros tuvieron que cambiar algunos hábitos y le hicieron un lugar especial para guardar sus cosas y donde cambiarse. “Mamá esta contenta”, indico dibujando una sonrisa entre sus labios. El caso de los hermanos Molla (Calos y Miriam) no es común, pero según comentó “la familia se acostumbró”, afirmó. Al cumplir su primer mes como voluntaria comenta que fue todo un desafío demostrar que podía hacer las cosas igual que sus compañeros, y que con el correr de los días logró que ellos aprendieran cómo comprar productos a través de catálogos y que prenda está de moda o qué colores van bien para vestirse elegante en el verano. “La verdad es que cuando nos juntamos para entrenar no desaprovechamos el tiempo y lo hacemos a conciencia, pero cuando podemos tomarnos unos mates y charlamos. Ellos comentan las cosas que les interesan y yo las mías…no me pierdo la oportunidad de mostrarles algún catálogo de productos de belleza o moda y de recomendarles lo que pueden comprar…”, comentó haciendo un guiño cómplice. Seguidamente reconoció que “no es fácil” conseguir ropa para ella, el talle fue una complicación y hasta hubo que hacer un viaje especial a una ciudad vecina para conseguir las botas. “La verdad que nunca me mandaron a cocinar ni a lavar los platos, me tratan con el mismo respeto que los trato y estoy segura que cuando se conozca mi experiencia habrá otras mujeres interesadas en formar parte de este gran equipo. Digo que es un gran equipo porque desde adentro de la institución logré conocer y corroborar la vocación de servicio, entrega y compromiso que tienen cada uno de los voluntarios”, expresó. Por último destacó que son “muy buenos” sus compañeros y que “aprendemos unos de otros", reconoce agradecida.