Domingo 17 de Octubre de 2010, 04:08

Bety, una mamá guerrera

| Bety Obispo tiene una historia de vida muy particular. Si bien es difícil definir el concepto de madre, el destino hizo de esta vecina de Basavilbaso una mamá guerrera que la lleva a enarbolar, gran parte de su existencia, el estandarte de la adversidad como un motivo de lucha.


Hoy, al cruzarnos con ella en la calle, con la humildad que caracteriza su personalidad, exhibe orgullosa el trofeo de sobrevivir a todas las pruebas que la sometieron como madre. Mujer de andar tranquillo, pero de agallas, a la que muchos la conocen como “la señora de Pirulo Tommasi”, un trabajador ferroviario desaparecido físicamente, pero recordado también como una persona de bien, tiene ganado heroicamente el diploma de MAMÁ GUERRERA, que guarda como lo más preciado de su vida. Ese que supo ganarse desde aquel día en que recibió la ingrata noticia de que su hijo mayor, Roberto, ese joven recién recibido de Bachiller en el Colegio Nacional y que se encontraba sirviendo a la Patria, sufrió un accidente en tierras patagónicas, cuando era trasladado en un vehículo militar, efectuando la conscripción. Allí comenzó un calvario del que surge hasta hoy como una heroína. Por entonces el pueblo, que conocía de las bondades de Roberto, ese joven pintón que además era una destacada promesa en básquetbol, la acompañó rezando por él en la Parroquia San José Obrero, o con un oficio en la Sinagoga “T.L.Moisés”. Roberto sobrevivió del difícil trance, colaboró con algunos medios periodísticos, hasta fue instructor de Basquet en equipos del club Atlético Basavilbaso, como un desafío a su impedimento físico, pero indudablemente, Betty, con su amor de madre atendiéndolo permanentemente, inyectándole la fuerza de la fe, permite cobijar hasta hoy a su hijo mayor. Pero no fue todo, vinieron otros hechos más, secuelas que quedaron grabadas en su piel transformada en armadura de hierro que resista todos los golpes que da la vida. El cierre del ferrocarril, la pérdida de la vivienda que tanto costó conseguir, y los problemas de salud de su otro hijo, Fabián, hechos a los que solo pudo resistir con su corazón tan tierno como de hierro, fueron los capítulos adversos de una lucha permanente de Madre. No bajó los brazos, sacó fuerzas, pese a las exigencias de los años, y continúa cocinando, limpiando, haciendo mandados, sorteando dificultades y disgustos, continúa haciendo de su vida una lucha permanente. Al igual que a María, la madre de Jesús, para muchos creyentes la Madre de todos, Dios la eligió para mostrar al mundo, el verdadero significado de ser Madre, cual es su rol en este mundo, pero fundamentalmente que todo lo material se desvanece, pero el amor de Madre duplica su valor día a día. En la trayectoria de Betty, MAMÁ GUERRERA, Pregón rinde homenaje a todas las madres en su día. Fuente: Semanario Pregón.