Lunes 25 de Marzo de 2013, 15:07

Comienza la pascua judía

| Esta noche, con la salida de la primera estrella, comenzará Pesaj, la festividad más antigua del calendario litúrgico judío, que conmemora la salida de este pueblo de Egipto. El Papa Francisco llamó a "profundizar la amistad recíproca".

En Pesaj se celebran dos hechos: la liberación de la esclavitud de Egipto, con el consiguiente nacimiento de la historia nacional del pueblo judío, y la cosecha de la cebada, símbolo de la relación existente entre la tierra e Israel. Aunque en Israel la celebración durará siete días, en la diáspora será de ocho. La fecha marca además el inicio de la primavera en Medio Oriente y por lo tanto, es entendida además cómo un momento apropiado para el cambio o la revitalización. Es a la vez la celebración más complicada ya que rigen muchas reglas dietéticas. Por ejemplo, durante los ocho días que dura la celebración no se pueden comer harinas leudantes ni derivados del trigo, avena o centeno. Además, la cocción de algunos alimentos en particular debe realizarse en vajillas que no hayan tenido contacto con estos cereales. La preparación familiar comienza 15 días antes, oportunidad en que se realiza una limpieza minuciosa de la casa para eliminar todo lo que esté relacionado con los alimentos prohibidos en estos días. Se hace una limpieza minuciosa, un cambio de vajilla, y por eso desde hoya se utiliza la vajilla correspondiente para Pesaj. No es un rito de purificación, sino de limpieza. La historia se remonta más de 3.000 años. La Biblia llama a la festividad con dos nombres, uno es Pesaj (Pascua) en recuerdo al sacrificio pascual, ya que según cuenta el relato, Dios salteó las casas hebreas castigando únicamente a los primogénitos egipcios. El otro, Jag HaMatzot, fiesta de los panes ázimos que recuerda cómo los judíos que huían de la barbarie del Faraón de Egipto debieron salir antes que el pan leude. Es por ello que una de las consignas es no comer pan, y en su lugar las finas matzá hechas sin levadura. Tanto en la sinagoga como en los hogares la celebración cobra una significación especial, y el ánimo reflexivo se combina con alegría en un clima familiar. La costumbre es reunirse en torno a una mesa con algunos elementos comestibles de diversas simbologías, entonar canciones, realizar lecturas y transmitir así de generación en generación la experiencia del éxodo. Con mayor o menor rigurosidad religiosa esta es una tradición que se mantiene y se respeta. Más allá de esta tradición, el Pésaj es una de las celebraciones más coloridas de la cultura hebrea, en la cual el hogar judío es un protagonista fundamental. La ceremonia central, repleta de profundos simbolismos, es hogareña y consiste en una cena festiva familiar que tiene un orden establecido (Seder). La cena recibe el nombre de "seder", que significa orden. Indica que ordenadamente nos relatarán como fue la salida del pueblo judío desde Egipto y por supuesto, el mismo texto tiene una integración bastante actual sobre cuál es el rol de la familia o de los padres. Además del relato de la epopeya, se beben cuatro copas de vino, los más pequeños formulan cuatro preguntas acerca del significado de la festividad, se bendice la presencia eterna de Jerusalem y se reza por la paz. Lo importante en el relato es que hablan los protagonistas: hablan los padres pero los chicos también preguntan para conocer. El brindis da comienzo a un las comidas típicas elaboradas por "manos expertas" y transcurrir muchas horas en un reencuentro guiado por comentarios al estilo de "mi bobe (abuela en idish) lo hacía mejor". Las velas marcan el inicio de la fiesta. En la mesa no puede faltar la bandeja en donde se colocan distintos elementos, como una pata de cordero o un hueso asado para recordar el sacrificio pascual; un huevo duro que simboliza la vida y el destino; una manzana rallada con canela con la que se recuerda el color de la arcilla, utilizada para construir pirámides y ciudades egipcias.; verduras verdes, algunas de ellas amargas. Los demás elementos son: maror, karpas y jazeret, hierbas que recuerdan la amargura y sufrimiento de los antepasados. Lo mismo que el matzá, pan ázimo, sin levadura, un símbolo central. Con cada alimento se intenta hacer lo mismo que vivieron los antepasados. [b]Francisco saludó a la comunidad judía[/b] El Papa Francisco envió en la jornada de hoy un telegrama al Rabino de la ciudad de Roma, Riccardo di Segni, en el que felicita a toda la comunidad judía por la fiesta de Pesaj que comienza al atardecer de este lunes y se extiende hasta el próximo 2 de abril. "Pocos días después de nuestro encuentro y con renovada gratitud por haber querido honrar con su presencia y la del resto de representantes de la comunidad judía la celebración de inicio de mi pontificado, me resulta particularmente gustoso extenderle a usted y a toda la comunidad de Roma mis felicitaciones más fervientes por la gran fiesta de Pesaj", escribió el Sumo Pontífice en la carta.