Domingo 9 de Octubre de 2011, 15:08

El temporal provocó importantes pérdidas

| Como informáramos el temporal que se registró en la madrugada de este viernes en la zona norte del Departamento provocó importantes pérdidas económicas, especialmente en el sector avícola. Una granja, de 15 mil pollos, en Colonia San José del Monte, fue destruida y la mayoría de las aves murieron. Conmovedor relato de la directora de la Escuela de Colonia San José del Monte. Todas las fotos en la página de RIEL FM en Facebook.


La lluvia, el granizo, los vientos fuertes y ráfagas que se registraron en la madrugada del viernes, después de las 3 horas, provocaron importantes pérdidas económicas en la zona rural del norte del Departamento. El sector avícola fue el que se llevó la peor parte, el viento voló varios galpones destinados a la cría de pollos parrilleros, y en algunos casos la mortandad de aves fue muy elevada, como lo que le pasó a la granja de Claudio Bauer en Colonia San José del Monte, entre Libaros y San Marcial, donde murieron unas 15 mil aves. Es de destacar la solidaridad que reinó entre los vecinos que trabajaron coco a codo para superar las dificultades que dejó tremendo fenómeno, que algunos aseguran fue la cola de un devastador tornado. Fabiana Domínguez, la Directora de la Escuela Nº 26 “General Francisco Ramírez” de la Colina San José del Monte le contó a RIEL FM que los fuertes vientos comenzaron alrededor de las 2,30 de la madrugada, “se sintieron sobre un lateral del edificio escolar y al llegar a la granja de Claudio (Bauer), que se encentra a pocos metros, y luego de una pequeña tregua, cambió de dirección y con gran violencia destrozó un galpón que tenía unos 15 mil pollos”, relató. Domínguez le dijo a la emisora que como otros vecinos fue con su esposo Jorge (Figueroa) a dar una mano y que era “conmovedor” ver al matrimonio Bauer bajo la lluvia tratando de salvar algo de su producción, “los pollos que tenían más de dos kilogramos y medio de peso y al mojarse morían”. “Tras el viento fue un diluvio, y cómo si fuese poco hubo una granizada, de unos diez minutos, para terminar de romper lo que el viento había dejado en pié”, resumió con angustia la docente que reclamó de las autoridades apoyo para la familia damnificada que “es de las que nunca deja de poner el hombro para cuando la escuela lo necesita”. Domínguez dijo que en el patio de la Escuela había depositado unos tambores de 200 litros, que tenían preparados para poner hielo para enfriar bebidas para la fiesta de destrezas que habían organizado para el domingo, y “el viento los llevó “volando” hasta el campo vecino, para dejarlos “depositados” a unos nos 500 metros”. Seguidamente dijo que al girar los vientos hacia el sector norte, algo que ocurrió en cuestión de segundos, los galpones de la familia Bauer crujían, “parecía que iban a reventar, del mismo modo que nuestra casa... con mi esposo sosteníamos la puerta de la entrada...las ráfagas eran tan fuertes que parecía que en cualquier momento todo se nos venía encima y en ese ínterin, bajo una lluvia torrencial Claudio Bauer y su esposa Nacy, en medio de la oscuridad, porque se cortó la luz, procuraban salvar algo de su producción...fue terrible”. “En mi vida había visto algo así”, confesó Domínguez al asegurar que el viento “les saco (a los Bauer) de cuajo el galpón y lo puso arriba del otro, dejando perdidas cuantiosas...agradezco la oportunidad de poder contar esto porque me ayuda a desahogarme de tanto dolor e impotencia ante la naturaleza”. La docente confía en que “hay mucha gente buena” y que “seguramente nos ayudará a ayudar a esta familia amiga que está pasando un momento duro, muy duro”. Finalmente dijo que Loana (11), su alumna, la hija de Claudia y Nancy, está viviendo en la Escuela contenida por la gente de su segunda casa, para evitar “vea más de la terrible situación por la que pasan sus padres, quienes casi sin dormir trabajan a brazo partido para intentar recuperar algo tras el paso de tamaño temporal”. Más al norte, en la zona sur de Santa Anita, en una franja sobre la avenida Libertad, la fuerza del viento provocó la voladura parcial de techos y daños en el arbolado público. La peor parte se la llevó una granja, de propiedad de Alberto Kloster, que fue derribada completamente provocando gran mortandad de aves y esparciendo las chapas de zinc por todo el campo lindero y la mencionada avenida. Desde las 3 de la madrugada no hubo servicio de energía eléctrica hasta las 9,30 horas y las actividades escolares fueron suspendidas. Oscar Riedel un productor avícola de la zona rural, a mil quinientos metros al suroeste de Santa Antita, sufrió la destrucción total de la casa, de material, que estaba construyendo y a la que sólo le faltaban el techo y aberturas. En otra propiedad, a trescientos metros, un automóvil propiedad de la familia Gerber-Herlein sufrió importantes averías debido a que un tanque de agua cayó sobre el techo, desconociéndose de donde provino dicho tanque.