| Nogoyá y Rosario del Tala, dos ciudades que sufrieron el desborde de los arroyos de la zona, no incrementaron ayer el número de evacuados y los cursos de agua retrocedieron prácticamente a sus cauces normales. En la primera localidad los evacuados y autoevacuados sumaban más de 200 y en la segunda 430. En las dos ciudades cesaron las tormentas fuertes y sólo se producían lloviznas.
“El arroyo Nogoyá, desde ayer a hoy ha bajado cerca de 1,20 metros, gracias a Dios. Las casas ya no están anegadas”, dijo a el encargado de Defensa Civil de Nogoyá, Marcelo Segovia.
De todos modos, indicó que hasta que no mejore la situación los damnificados van a continuar alojados en los centros de evacuados, que son el polideportivo municipal, donde está la mayoría, la guardería San Roque y un centro comunitario.
En esta zona las rutas se encontraban en buenas condiciones, aunque con agua estancada en las banquinas. “Se puede transitar bien”, dijo Segovia.
En Rosario del Tala, en tanto, el intendente Luis Schaaf manifestó que “la situación ha mejorado y algunos han vuelto a sus casas. Hay lugares en que la gente está viviendo dentro del barro, pero no quieren salir”.
“Tenemos 190 evacuados y 240 autoevacuados”, amplió. Los refugios son el Centro Molinero y el comedor Los Pimpollitos. “El arroyo está en caja y estamos esperando que no llueva. Tenemos el apoyo del Ejército con sus vehículos, la Policía y las asociaciones intermedias. El Ejército hace la comida y el municipio le da los víveres”, describió el presidente municipal.
“Lo más problemático es el día después. Las casas humildes son todas de piso de tierra y todo eso está todo mojado. No vamos a presionarlos para que vuelvan. Lo importante es que el agua se ha retirado, que había empezado a entrar a la zona céntrica”, completó Schaaf, y agradeció la solidaridad de los pueblos vecinos, como Líbaros y Gilbert.
