"Él nos da fuerzas"

Sandra Lencina, la abuela paterna de Alan, el niño que fue sometido a una inédita operación “a corazón abierto” en el hospital “Pedro de Elizalde”, le dijo a RIEL FM “que se recupera favorablemente”. Y que acompañó a la mamá del bebe, Florencia Castro, hasta el domingo y que “está, gracias a Díos, evolucionando muy bien”. La mujer, que no deja un momento de agradecer las muestras de solidaridad y afecto de los vecinos, las atenciones de los médicos y enfermeros de los hospitales de Basavilbaso, Concepción del Uruguay y Buenos Aires en pos de la vida de su nieto, dijo que “Alan respira por sus propios medios, no obstante ser ayudado con oxígeno” y “es alimentado a través de una sonda”. Lencina precisó que esta semana “le harán estudios cerebrales, porque el tuvo un derrame cerebral de dos grados. Eso ahora, gracias a Dios, sigue intacto, no le afectó. Lo que es el cuerpito de él y cirugías está marchando bien”. Y confía que a fines del mes próximo “tengamos al chiquito en “Basso”. Todo dependerá de su peso, porque tiene que subir hasta dos kilos y medio para poder tener su alta”, explicó. Durante la entrevista que le concedió a la radio de Basavilbaso comentó que hace cuatro meses la familia vive una experiencia que “nunca nos hubiésemos imaginado...de mucho sufrimiento y a la vez de esperanza por toda la lucha que libra día a día nuestro bebé. Él no da fuerzas, es un luchador...”. Seguidamente contó que la familia se sostiene “con la fuerza que nos transmite él (Alan)” y económicamente “con los ingresos de mi marido (Fabián Parreño) y de mi hijo (Alexander) el padre del bebé quienes trabajan en el frigorífico avícola de la ciudad” y “de vez en cuando, nos ayuda la Municipalidad de Basavilbaso, a mí, un poco del gasto para viajar principalmente”. El bebé nació en el “Sagrado Corazón de Jeús” el 22 de noviembre pasado con apenas 27 semanas de gestación y 800 gramos de pesos una sepsis del recién nacido, una hemorragia cerebral y una insuficiencia cardíaca severa motivaron el traslado al hospital de zona y un mes y medio después al hospital porteño, después de un paro cardiorrespiratorio de casi 40 minutos del que milagrosamente salió con vida. En la ex Casa Cuna se le detectó una masa infecciosa que le ocupaba un 70% de la aurícula del corazón, que podía llegar al pulmón e implicaba un claro riesgo de muerte, por lo que se encaró la compleja operación, sin antecedentes en el país.