"María es modelo de vida para los que queremos ser disc&ia

Está acercándose el final del año. Diciembre es un mes que nos encuentra con cansancio acumulado, y los primeros calores parece que nos bajonean de manera particular. Pero también es tiempo de renovarnos en la esperanza y plantearnos desafíos nuevos. Como cada 8 de diciembre hoy celebramos la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. La lectura del Evangelio que se lee en las misas nos relata el momento del anuncio del ángel Gabriel a María, y la primera palabra que pronuncia es “¡Alégrate!”, “no temas”. La cercanía de Dios es un llamado a vencer el miedo y dejarnos colmar de alegría. En la Exhortación Apostólica que el Papa nos regaló hace poco los últimos párrafos los dedica a la Madre de Dios. Nos dice “María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura”. (EG 286) Y es así. Cuando contemplamos el pesebre, lugar agreste y hasta sucio y maloliente, nuestra mirada se dirige hacia la escena de ternura que está en el centro. María tuvo un lugar importante en la vida de la primera comunidad y en la historia de la Iglesia. Ella no se impuso por la fuerza violenta. Tampoco nos atrae por falsas promesas. La Iglesia tiene en María un modelo a seguir. Nos enseña también Francisco: “Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”. (EG 288) Tomando el camino de la ternura logramos los cambios que necesitamos en la familia, el barrio, la sociedad, la capilla, la parroquia… María es modelo de vida para los que queremos ser discípulos de Jesús. Pero también es Madre que acompaña e intercede por los hijos (nosotros) ante el Padre. Muchos hicimos la primera comunión un 8 de diciembre. Nos hemos acercado a Jesús de la mano de María. Esa es la misión de ella. Esta fiesta nos invita de manera particular a la pureza y transparencia del corazón. Nos renueva en la esperanza de un mundo mejor. Hoy en muchos hogares se arma el árbol de Navidad. Es una manera de recorrer estos días hacia la Navidad con una presencia que hace visible el lugar en que nacerá el Niño de Belén. ¿Qué te parece si te proponés algo concreto para mejorar en estas semanas y que te ayuden a crecer en ternura y alegría? El jueves murió Nelson Mandela, un símbolo de lucha pacífica por la fraternidad y la igual dignidad de todos los seres humanos. Pidamos a Dios nos ayude a crecer en el compromiso por la Paz. Por: Monseñor Jorge Lozano.