Viernes 16 de Noviembre de 2012, 03:46

"Me fui con una mochila cargada de dolor y mucha vergüenza,

| El HCD realizó este jueves un homenaje al escritor Juan Friedrich, autor del libro "Basavilbaso 'mi pueblo'". El escritor consideró el acto como un "resarcimiento moral", porque en algún momento debió dejar de lado su proyecto de vida en Basavilbaso al ser señalado como un subversivo.


Friedrich comentó que había sido, hace 34 años, municipal. Que le tocó hacer el primer plano de la ciudad y recordó que hizo un catastro de las 360 manzanas y las complicaciones que ofrecían los cruces ferroviarios. Mencionó que con Ramón Giménez visitaban casa por casa solicitando escrituras, averiguando lote por lote quien o quienes eran sus propietarios. "Me fui -después de tres años de trabajar en el municipio- con una mochila cargada de dolor y mucha vergüenza. De dolor por lo que me hicieron y prefiero no entrar en detalles sobre eso (los hombres, los gobiernos de esa época)...daba una mano en el Hogar Berduc y eso no gustaba...daba una mano a los chicos en el colegio y eso tampoco gustaba y eso fue cargando la mochila de vergüenza, vergüenza ajena...por la persona que me hizo lo que me hizo señalándome con el dedo sin que fuera culpable, sumado al comisario de la época que por "accidente" mató a un amigo, Julio Caminos, me tuve que ir", resumió. El relato de Friedrich prosiguió con la mención de un diálogo con funcionarios del Gobierno de Nelso Perotti que le sugirieron que se fuera "nosotros te queremos muchísimo pero porque no pensás y te vas, porque en cualquier momento sos boleta", sito -según sus palabras- la frase textual que Ramón (por su compañero de Catastro) y (Eduardo) Desposito "dos personas que me querían muchísimo" le dijeron. Friedrich dijo que una suma de situaciones que para él son dolorosas y que lo obligaron a dejar su proyecto de vida en Basavilbaso. "Mi vieja se lloró la vida y mi padre hasta hoy me dice que no me tendría que haber ido, pero temía por ellos...", asegura. "Me fui en un tren de cargas a Campana y cada tanto regresaba, también en un tren de cargas, por un par de días", rememoró la época en la que debía gambetear a los militares o sus colaboradores para que no lo delataran porque sobre él pesaba el mote de subversivo. Seguidamente habló de "resarcimiento moral", como interpretó su regreso al municipio para recibir una distinción de los representantes del pueblo.