Jueves 6 de Mayo de 2010, 13:34

"Salute, Bar & Restaurante", la nueva propuesta gastron&

| Desde hacer unos días la ciudad cuenta con una nueva propuesta gastronómica, rica y saludable. “Salute, Bar & Restautante”, en la centrica esquina de Avenida San Martín y Rogelio Gómez, en el lugar comer es un placer. "Aspiro a que sea uno de los mejores restaurantes de la zona, con una cocina italiana a la que le agregamos platos criollos…basada en pastas, lomos, pescado de río y mar y mariscos", dijo su propietario y chef.


La idea de emigrar cuando las cosas no marchan bien no es novedosa, pero lo es cuando el pasar es más o menos bueno y las perspectivas son mejores. Eso fue lo que se le pasó a Horacio Rubén Fontana a quién conocemos en Basavilbaso como empresario desde hace dos años y que gran parte de su vida la vivió en la cocina. Con sus jóvenes 36 años el hombre oriundo de Sauce de Luna tiene con su esposa Natalia Roldán, bonaerense, de Avellaneda, una hermosa familia con tres niños, dos nenas Brianna, que nació Palm Beach, USA; Brisa, villaguayense, y Franco, de apenas seis meses que nació en Basavilbaso. Fontana comenzó en la gastronomía, como ayudante de mozo, en la cadena Bice, en su restaurante de Puerto Madero, Buenos Aires, donde “aprendí mucho”, reconoce. Luego, en 1996, cuando trabajaba como cocinero por las mañana y mozo por la noche, el por entonces manager del Bice de Palm Beach, Francesco Blanco le propuso trasladarlo a los Estados Unidos, un convite que aceptó no sin antes consultar con quién era por entonces su novia. Allí permaneció casi una década, “nueve años y seis meses”, precisa al admitir que tomó la propuesta de ir al gran país del norte “para lograr una buena posición económica y regresar”. Con ojos que denotan la emoción de recordar tiempos felices reconoce que en el ‘96 Natalia lo acompañó en todo momento, y que su conocimiento del idioma italiano le permitió congraciarse con esa colectividad, pero que para “hacerse la América”, su principal propósito de radicarse en USA, debió esforzase muchísimo, adaptarse al sistema, estudiar, capacitarse y por sobre todo trabajar. “En Palm Beach tenía todo. Un muy buen trabajo, resuelto lo económico, casa, auto último modelo…pero seguía teniendo diferencias con quienes gobiernan ese país, algo que no era nuevo, de toda la vida al punto de llegar a sostener que no simpatizaba con los norteamericanos, y Díos me la pegó en la geta bendiciéndome con una hija nacida en ese país”, dice. Vía Miami llegó a los Estados Unidos y desde allí se trasladó a Orlando, donde Natalia se quedó en casa de unos familiares (tíos). “Yo, con el mejor traje que tenía, tomé el Greenhouse, -un micro que utilizan las clases económicas bajas, en su mayoría de raza negra y por lo general mal trazadas- y con mi “facha” parecía una mosca en la leche. Pero eso no fue todo, el viaje fue larguísimo, de casi seis horas, debido a que el ómnibus entró en todos los pueblos”, recuerda con una sonrisa, y al pisar Palm Beach “todo fue distinto”, afirma. “Me esperaban en un lujoso auto Lincoln a bordo del que comencé a conocer la isla, una de las más ricas del mundo”, prosiguió y en su nuevo lugar de trabajo conoció a un mexicano, José González, quién lo hospedó en su casa hasta que logró rentar un lugar donde vivir. “El primer año fui a la escuela como una criatura (niño) para aprender el inglés. La compañía me dio mucho apoyo, además de tramitar mi ciudadanía norteamericana”, dice. En el Bice de Palm Beach Fontana llegaría a ser sub chef con 72 personas a cargo, de todas partes del mundo, y en temporada afirma “llagamos a atender entre 300 y 400 cubiertos simultáneamente. Entraba a las 10 de la mañana y no era raro estar “al pie del cañón” hasta las 1 de la madrugada…a Natalia la tenía para que me hiciera masajes”. Repite que fue a USA con el único propósito de hacer plata y volverse, y ese día llegó cuando le fueron a ofrecer una parcela de un cementerio. “Del mismo modo que Natalia apoyó que fuéramos me respaldó absolutamente para regresar”, sostiene. Una vez en el país compró un auto y vino a la provincia con el propósito de radicarse en Villaguay, allí invirtió todos los ahorros. Luego surgió la posibilidad de abrir un supermercado, de la cadena “Día”, lo que hizo en sociedad con su hermana en San Salvador. Fue la buena marcha del negocio que lo hizo en dejar a su hermana el local y emprender la búsqueda de un lugar donde instalar el suyo. Fue así que primeramente se fijó en Urdinarrain, pero en esa localidad del Departamento Gualeguaychú, a la que viajó con ese propósito 21 veces, no logró concretar el alquiler de un inmueble apropiado. “Un día -cansado de tantos viajes sin lograr el propósito- me detuve en el acceso oeste a la ciudad (Basavilbaso) y me pregunté si este no sería el lugar. Hice un llamado a Dia con el propósito de preguntar si habían realizado un estudio de mercado sobre esta ciudad y fue así que comenzó todo aquí”, resume. A Fontana lo alientan las posibilidades comerciales que encontró en la ciudad del riel, y que no duda se potenciarán con el desarrollo del turismo a partir de la explotación del recurso termal. Cuando se lo consultad sobre si en Basavilbaso encontró la felicidad dice: “ni hablar”. Fontana opina que “Basso” está cerca de todo, de su afectos, la madre que está en Sauce de Luna al igual que uno de sus hermanos, y que no es una locura salir en el auto para visitar al su otro hermano que está en Córdoba, y menos si el destino es San Salvador donde está su hermana. Desde hace unos días finalmente la idea de Fontana, que tenía muchos años, se concretó y “Salute, Bar & Restautante” es una tentadora oferta para quienes disfrutan del buen comer y beber. Se inspira en la cocina del antiguo trabajo de su dueño, y en un night club lugar de New York, la capital gastronómica del mundo. “Lo intenté en otras oportunidades y no se dio, por eso confío que ahora se concretará con éxito”, afirma al tiempo que para probar sus dichos pone sobre la mesa la carta, los platos, todo lo que evidentemente hace años viene “cocinando” y que ofrece con singular éxito en su local para el deleite de los amantes del buen vivir. “Trabajamos para hacer de “Salute, Bar & Restaurante”, un lugar donde comer sea un placer. Aspiro a que sea uno de los mejores restaurantes de la zona, con una cocina italiana a la que le agregamos platos criollos…basada en pastas, lomos, pescado de río y mar y mariscos”, explica. La búsqueda del personal adecuado fue un paso difícil, pero confía en haber tenido buen ojo y que los convocados asuman el desafío de hacer algo “distinto” a lo que se conoce en la zona. Fontana está empeñado en que los basavilbasenses conozcan su cocina con el afán de consolidarse como una propuesta gastronómica relevante para toda la zona; una vez conseguido este objetivo “seguiremos creciendo y apostando a la ciudad”, subraya.