Domingo 13 de Febrero de 2011, 17:14

Rocamora vibró con su tradicional festival homenaje al Cal&aacu

| Con un muy buen marco de público, que disfrutó de una noche excepcional en lo climático, se desarrolló en Rocamora la decimosegunda edición del “festival homenaje al Calá”. Uno de los momentos salientes del espectáculo, coordinado por Omar Olivera, fue la presencia de Coco Díaz quién no sólo sorprendió con su vigencia sino que hizo reír y emocionar a la platea que lo ovacionó.


El espectáculo comenzó a las 22, con la actuación de Rubén Rojas, "El paisanito" que una vez más cosechó cerrados aplausos del público rocamorense. Luego se presentaron los niños y jóvenes del ballet Los Calaqueños, dirigidos por el Profesor Sergio Albornoz. Más tarde la infaltable presencia de Omar Olivera convirtió al festival en un animadísimo baile. A su turno Los Mensajeros del Folflore, un grupo de talentosos jóvenes de la ciudad de San Salvador, interpretaron sus clásicos y temas de su quinto trabajo discográfico: "Ruleta de la vida" con el que cautivaron al publico. Los Diamantes, un grupo de la ciudad de Villaguay, integrado por "Nelo" Montes en primera acordeón, Julio Mercado, segunda acordeón, Alberto franco, primera guitarra, Daniel Barreto, segunda guitarra y glosas, y Martín Crettaz, bajo y coros, llenaron el escenario de chamamé, y sumaron -como invitada- el talento de Mariela Campodónico, sin dudas de los mejor de la nueva generación de artistas de la provincia. Cerca de las dos de la madrugada llegó al escenario el conocido humorista y cantante Coco Díaz, quien desarrolló un impecable show, sorprendiendo con su vigencia. Y emocionó a la platea con la versión que hizo a dúo con su hijo de una de sus más notables y reconocidas obras: Del tiempo de mi niñez. La fiesta no se agotó, sino que al ritmo de Omar Olivera y Los Diamantes el patio de la Escuela Nº 23 "Alejo Peryret" se convirtió en una gran pista de baile hasta que amaneció. Es de destacar que fue un festival vacío de contenido, que tanto los artistas como los organizadores aprovecharon para reclamar la recuperación plena del ecosistema del arroyo Calá y la defensa del medioambiente. El decorado del telón, inspirado en una tela diseñada y pintada por la Profesora Lucrecia Scabini, representó la belleza natural del paraje y la figura del indio Cala reflejado en las aguas del arroyo. [b]Calá, Calá, Calá[/b] Según cuenta la historia popular Calá era un niño Charrúa que jugando en las orillas de un arroyo, muy próximo a la localidad de Rocamora, desaparece y es buscado desesperadamente por sus padres y lugareños, la que no arroja resultados positivos, y desde entonces, según dicen se escucha una voz que repica: "Calá, Calá, Calá", por lo que el arroyo lleva el nombre del indiecito.