| Un 22 de octubre de 1991 moría Carlos Chabeuf, "un hombre generoso, buen amigo y un ser desinteresado", dice Miguel Neira para quien las obras del artista plático "lo muestran talcual fue, mediante la expresión de sus manos".
Carlos Chabeuf nació en Basavilbaso el 30 de diciembre de 1938. Paso su adolescencia en Puerto Constanza con su tía materna Magdalena Dobler. Allí conoce a un escultor de Buenos Aires quien le enseña la técnica del vaciado, de regreso a su ciudad natal comienza a realizar muchas de las obras que embellecen las calles.
Basavilbaso, quizás sea una ciudad distinta a todas por la riqueza de sus obras y su historia, pero parecida a muchos otros pueblos del interior del país que abrieron sus jóvenes brazos a comunidades llegadas de lejanos países,las que se fueron mezclando con sangre de criollos.
Hoy la ciudad esta urbanamente conformada. En ella conviven: profesionales, trabajadores, maestros,obreros del riel.
Gente sencilla que transita sus calles tempranamente con un cordial ¡Hola! ¡que tal! ¡buen día vecino! Para después de la jornada y del acto de la buena mesa familiar; dormir siestas a puertas y ventanas abiertas.
También conviven en la comunidad. Aquellos que quizás sean distintos, o se los mire de otra modo: bohemios artistas, poetas,soñadores. Personajes que aun creen en la utopías y en la posibilidad de transformar los metales en oro.
"Que el hierro y el bronce sean el medio para homenajear a quienes hicieron posible este suelo" y "el barro y la arcilla materiales de genuinas expresiones de arte", "que la madera siga siendo guitarra".
No son los locos del pueblo. La ciudad necesita de ellos para ayudarnos a soñar. Son los dueños de un don que el Creador les dio y en definitiva hablan y se expresan en nombre nuestro. En el nombre de los pueblos.
Carlos Chabeuf fue un hombre generoso, buen amigo y un ser desinteresado.
Sus obras lo muestran talcual fue, mediante la expresión de sus manos. Así lo manifiestan sus creaciones mas queridas,como la que dedicara a "Paco" Goberville, o la que esculpiera a su apreciado maestro Emiliano Claret, tambien el "Monumento a la Madre", donado al pueblo de Basavilbaso, metamorfiza con arte nuestros propios sentimientos y su gesto de amor.
En una distinta mañana de Octubre le dije: "Adios amigo, buen viaje, compañero del Riel". Concluyendo este recuerdo parafraseando al notable entrerriano Juan Laurentino Ortiz: "Nunca se quede sin paisaje, sin paisaje ya no hay motivos de vivir".
Por: Miguel J. Neira.
