Domingo 12 de Noviembre de 2006, 12:08

SE CUMPLEN 3 AÑOS DE LA VUELTA DEL TREN

| Hace tres años la mesopotamia recuperaba el tren de pasajeros de la mano de la provincia de Corrientes y la empresa Argentina TEA. Durante todo este tiempo el Estado se desentendió de los problemas en la infraestructura concesionada a ALL que provocaron y provocan demoras y trastornos permanente que sufren los viajeros. Recientemente desconociendo el esfuerzo realizado se licitó el ramal y detrás de los millonarios subsidios se presentó como único oferente un consorcio integrado por el Grupo Roggio y América Latina Logística.


Hace tres años y de la mano de la provincia de Corrientes la mesopotamia recuperaba, tras una década de ausencia, uno de los puntales de su crecimiento y desarrollo económico, social y cultural: el ferrocarril. Las provincias del litoral y sus pueblos crecieron a partir de las vías del tren. Su geografía diversa se fue gestando de la mano de aquellas paralelas de hierro que tenían la enorme virtud de acortar las distancias y unir voluntades y sueños. Jaqueado por una dictadura militar a contramano de las tendencias progresistas mundiales y definitivamente declarado por muerto durante el gobierno de Carlos Menem, el ferrocarril se fue abriendo nuevamente camino en la consideración de los gobernantes a partir del nuevo milenio, quizás atosigados ya de tanta realidad externa que lo erige en cualquier otra parte del mundo, como el medio de transporte más seguro, más económico y más cómodo, aún en mucho lugares, como Europa y Japón, por encima incluso de las compañías de aeronavegación. Y en ese sentido, el gobierno correntino de principios del 2001, pudo avizorar que el futuro tenía que pasar por la recuperación de un patrimonio que más allá de lo histórico, constituye uno de los fundamentos esenciales de su propio desarrollo. También lo entendió así el gobierno nacional de Néstor Kirchner, que apuntó, al menos en lo teórico, a la recuperación de este medio de transporte de carga y pasajeros. Entonces apareció una empresa privada, de características familiares, sin demasiados pergaminos previos, pero con una enorme voluntad de hacer y emprender: Trenes Especiales Argentinos (TEA). Tras el convenio con la provincia de Corrientes y la autorización de la Nación, TEA comenzó a gestar el sueño. Reparó a riesgo propio los desvencijados y vetustos vagones que la Nación le había cedido a la hermana provincia de Corrientes, diagramó un esquema que contemplase los intereses de todos los habitantes de la mesopotamia, incluso de aquellos poblados más pequeños y en el mes de noviembre del año 2003 se aventuró a devolverle el rumor incesante de los viajeros, a las abandonadas estaciones. Para muchos fue una “quijotada” con muerte anunciada, para otros un osado ejercicio de autodestrucción, pero para los habitantes a la vera del recorrido entre Federico Lacroze y Posadas, fue volver a vivir. El renacimiento después de la muerte, la germinación de una semilla yerma. Y basta con recorrer hoy esos lugares para comprender, tres años después, a qué nos estamos refiriendo. Sin recibir un solo peso de subsidio del Estado Nacional, pese a que otros emprendimientos similares sí lo reciben; sin otro apoyo que la vocación ferroviaria del pueblo, El Gran Capitán inició entonces un periplo que se extiende ininterrumpidamente hasta hoy. Pero el camino hasta aquí estuvo plagado de vicisitudes y contratiempos. El tendido férreo se encuentra en manos de la empresa brasileña América Latina Logística (ALL), concesionaria del servicio de cargas y por ende del mantenimiento de las vías. Algo que la firma concretó, pero solamente en función de sus propios intereses. Consecuencia: el tren de pasajeros no puede circular a más de una velocidad promedio de 50 kilómetros por hora, lo que hace que el trayecto entre Buenos Aires y Posadas o viceversa, demande más de 26 horas, siempre y cuando un descarrilamiento de algún tren de carga, no estire el viaje hasta límites inimaginables o directamente lo interrumpa en algún punto, debiendo los pasajeros completar el recorrido en micro. La falta de cumplimiento de los pliegos de concesión y la desidia puesta de manifiesto por la empresa brasilera, han quedado patentizadas en un informe de la Sindicatura General de la Nación, que recomendó a la Secretaría de Transporte de la Nación, el cese de la concesión a ALL, argumentando que existen razones suficientes en cuanto a la violación del acuerdo suscripto, como para tomar esta medida. Sin embargo ALL continúa operando y en los últimos 40 días, tuvo en su haber al menos cinco descarrilamientos de magnitud, uno de ellos con incendio de algunos vagones, que no solo constituyeron un nuevo perjuicio para el Estado Nacional, propietario del material rodante, sino que provocaron trastornos a miles de personas que viajaban en el tren de pasajeros y se vieron involuntariamente afectados por un hecho ajeno y sencillamente prevenible, si el mantenimiento que debe realizarse a las vías, se realizase de la manera correcta. Pero los desatinos no culminan aquí. El viernes último la Secretaría de Transporte de la Nación dio a conocer que un solo oferente se presentó en la licitación lanzada por ese organismo estatal, para la concesión del servicio de pasajeros entre Federico Lacroze y Posadas. Un proceso licitatorio plagado de irregularidades que se inició hace más de un año, vulnerando la soberanía provincial, ya que el servicio funciona debido a una cesión en ese sentido realizada oportunamente por el gobierno nacional a la provincia de Corrientes. Un proceso que no debió haber continuado porque fue cuestionado judicialmente por TEA, obteniendo de parte de la justicia federal un amparo hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo, esto es los reclamos de esta empresa en cuanto a los derechos adquiridos que le permitieron comenzar a prestar el servicio hace tres años. La cuestión de fondo aún no ha sido resuelta por la justicia y sin embargo el proceso de licitación prosiguió, violando flagrantemente la ley en ese sentido. Y como si esto fuera poco, el único oferente es una firma constituida por el grupo Roggio y precisamente ALL, la misma que tiene la concesión de las vías y que -según la Sindicatura General de la Nación- es la principal responsable de los problemas actuales en el servicio de pasajeros que se presta en esa misma línea. Misioneros, correntinos y entrerrianos habían recuperado hace tres años el tren. Hoy los habitantes de los pueblos de esas provincias cuentan con dos frecuencias semanales hacia y desde Buenos Aires y Posadas. El tren atiende la demanda hasta de las localidades menos pobladas y aparece, por encima de los contratiempos, como una vía de conexión y comunicación alternativa al transporte por ruta. La concesión prevé un solo servicio semanal, con paradas solamente en algunas estaciones, las más importantes: Basavilbaso, Concordia, Monte Caseros, Paso de los Libres, Santo Tomé y Posadas, y un subsidio para la empresa que se adjudique el servicio. Un subsidio que TEA permanentemente reclamó y nunca se le otorgó. “No es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”, diría Joan Manuel Serrat. Porque la realidad nos empuja hacia una situación de frustración incomparable, para todos aquellos que amamos el tren y valoramos su inmenso potencial. No se trata de TEA, ni de una empresa en particular, se trata del derecho de miles de correntinos a contar con un recurso que les es propio, que les pertenece. Cuando la vuelta del tren era una ilusión, esta empresa que hoy presta el servicio, asumió el riesgo en momentos en que nadie quería hacerlo. Los tiempos marcaron el éxito de ese emprendimiento y hoy es una joya que se disputan aquellos que ven el potencial comercial de este ramal. Los ferrocarriles en el mundo, no son un negocio, son un fundamento de desarrollo y crecimiento de los pueblos. Están organizados y diagramados de manera tal, que se convierten en la herramienta estatal para la construcción de una pirámide que sustenta su propia estructura económica. Sólo así se entiende que Gran Bretaña haya invertido más de 80 millones de libras esterlinas en un tendido férreo de apenas 100 kilómetros entre Dover y Londres, para montar una vía de alta velocidad y ganar una hora (sí, una hora) en el trayecto que une la capital inglesa con el Eurotúnel que cruza debajo del Canal de la Mancha. Sólo así se puede entender como Alemania invierte millones de Euros en el desarrollo de un tren monorriel que puede alcanzar velocidades de hasta 500 kilómetros por hora; o como en Japón el famoso Shinkansen compite palmo a palmo con los aviones; o como el 65, 4 por ciento de los habitantes de Europa, prefieren el tren a cualquier otro medio de transporte, según una encuesta realizada por una consultora francesa. De la mano de los correntinos los habitantes de la mesopotamia recuperamos el tren hace tres años, no debemos volver a perderlo…