Martes 26 de Julio de 2005, 11:44

Se cumplen 53 años de la muerte de María Eva Duarte de P

| Quien se convirtió en la mujer más importante en la vida política y social argentina, siendo el alma del Movimiento Nacional Justicialista, su esencia y su voz, transformándose en destinataria de las inquietudes, sufrimientos y carencias del pueblo argentino. Por: Julio Aldaz

Con motivo de un nuevo aniversario de la muerte de Evita el Diputado Julio Aldaz(PJ) la evoca señalando: "que la Jefa Espiritual de la Nación entró en la inmortalidad el sábado 26 de julio de 1952, siendo las 20.25 Horas. Fue un instante de ingrato sentimiento, que en todos los ámbitos de la República Argentina repercutió con igual intensidad. El Pueblo enmudeció de tristeza y un sombrío clima de recogimiento y de duelo transformó la fisonomía del país, donde densas muchedumbres se movieron silenciosas, murmurando como si aún esa dramática noticia pudiera ser rectificada, el frágil destello de vida de Eva Perón se había apagado para siempre. El duelo revistió los caracteres de una consternación sin consuelo posible en los espíritus acongojados, que se quebró en muchas lágrimas, donde millones de argentinos lloraron ese día, como el más fiel homenaje. Evita como gustaba que la llamaran, rompió con los precedentes históricos y definió una nueva modalidad de hacer política nunca antes vista. Mujer tenaz, emotiva, cuya personalidad suscita, aún hoy una inagotable fascinación. Introdujo la ética de la solidaridad, enalteció la política convirtiéndola en un instrumento de justicia, hizo del amor el fundamento de su acción, sus mensajes, su lenguaje y sus sentimientos generaron un amor irrenunciable y un odio irracional. Evita vive hoy en cada una de las mujeres que no esperan elogios ni le temen a los reproches, simplemente realizan y que todas esas construcciones son grandes enseñanzas de coraje, temple y valor supremo y de ellas nos sentimos orgullosos. Los logros del peronismo, el protagonismo dado a obreros y sindicatos, la satisfacción a necesidades básicas de los más humildes, la nacionalización de los recursos que pasaron a manos del Estado, la obra social encarada por Evita, la batalla campal y sin tregua desatada sobre su figura, dominaron aquellos años apasionantes e irrepetibles de la historia argentina. Luego de su muerte y ya derrocado Juan Domingo Perón en 1955, el nombre de Eva Perón fue prohibido, junto con el del ex presidente, los símbolos y los cantos partidarios, se destruyeron los bustos erigidos en su honor, la desaparición de su cadáver, se quemaron sus retratos, se arrasó con una suma incalculable de bienes porque simplemente llevaban la leyenda “Fundación Eva Perón” y poco se supo del activo de la entidad. Los seguidores de Evita respondieron con una lógica inconmovible, le alzaron altares en la penumbra secreta de las casas más humildes y enarbolaron de puertas hacia afuera una frase que pasaría a la historia: “Eva Perón, eterna en el alma de su pueblo”. Evita nos reclama hoy y siempre, luchar por la justicia social y la solidaridad, hacer de la política un arte para servir al prójimo, bajo el abrigo del peronismo como acción transformadora de la Patria". Finalmente el Diputado Aldaz recordó que Evita expresaba diariamente a sus colaboradores que “cada uno debe empezar a dar de sí todo lo que puede dar y aún más. Sólo así construiremos la Argentina que deseamos, no para nosotros, sino para los que vendrán después, para nuestros hijos, para los argentinos de mañana”.