Jueves 12 de Febrero de 2009, 23:47

Una pelea innecesaria

| Hoy, con la acción en materia ferroviario, el gobierno nacional impulsa una política de recuperación del ferrocarril con fines sociales en distintos puntos del país, claro está que ya nada será lo que fue, principalmente como fuente de trabajo. En las últimas semanas se conocieron decisiones que permiten a ver con optimismo la posibilidad que se reanuden los ramales entrerrianos, aunque existe un contrapunto entre TEA y la UEFER que pueden dilatar la ejecución del proyecto.

El presidente Carlos Menem, en su decisión de cerrar ramales (a pesar de que paradójicamente en su campaña electoral y en la oportunidad de visitar Basavilbaso, precisamente recorriendo media provincia en un tren puesto a su servicio manifestó sus intenciones de mejorar el ferrocarril), argumentó las pérdidas de la empresa que significaba un gran problema, como otras empresas del Estado, a las políticas del gobierno nacional. Sin embargo pareciera que si daban pérdidas era por la mala administración, y no porque el servicio no era rentable, sino no se explica cómo hoy cuando se intenta reactivar los trenes pasajeros, dos empresas privadas están lidiando en una disputa que se agudiza a medida que correo el tiempo. Una, TEA (Trenes Especiales Argentinos) propiedad de Emilio Franchi, quien actualmente también se enfrenta a funcionarios del gobierno nacional por la explotación de “El Gran Capitán”, tren que cubre el servicio entre Federico Lacroze, Buenos Aires y Posadas, Misiones. La otra de capitales brasileros, ALL (América Latina Logística) que tiene la concesión del transporte de cargas del ex ferrocarril General Urquiza. TEA solo tiene el apoyo del gobierno provincial de Corrientes, que impulsó el servicio para brindar un transporte económico a sus comprovincianos y en su momento contó con el apoyo de los gobiernos de Entre Ríos y Misiones. ALL tiene una muy buena relación con la Secretaría de Transporte de Entre Ríos. Carlos Molina es este funcionario quien está al frente del proyecto de reactivación del ferrocarril en la provincia, principalmente en lo relacionado a cargas, y eventualmente y por gestiones de intendentes y pobladores, de trenes pasajeros. En las últimas semanas se conocieron decisiones que permiten a ver con optimismo la posibilidad que se reanuden los ramales entrerrianos, desde ya que se trabaja en las líneas que unirán Paraná con Concepción del Uruguay y Concordia, u el ramal que permite el acceso al puerto de Diamante, pero también hay otros proyectos en carpetas. Sin embargo este contrapunto entre TEA y UEFER, que puede derribar en consecuencias impredecibles y pueden dilatar la ejecución del proyecto. Molina expone su estrecha relación con ALL y no oculta su preferencia, el viaje experimental lo hizo con esa empresa, y hace pocos días en Concordia el gobernador Sergio Uribarri se unió con directivos de esa empresa tratando temas inherentes a la política ferroviaria de Entre Ríos, y la reconsideración de un complejo ya existente. Molina volvió hablar de los ramales próximos a habilitarse, pero no habla de licitar los mismos. Emilio Franchi (de TEA) no oculta sus sospechas de la preferencia del gobierno entrerriano y de la Secretario del Transporte de La Nación por su oponente. Estamos así en una pelea innecesaria ante los ojos del potencial usuario que solo espera la concreción de los anuncios. Fuente: Semanario Pregón.