Martes 15 de Mayo de 2012, 10:54

Asumió el nuevo mandatario francés

| El nuevo Presidente francés, Francois Hollande, recibió este martes el collar de la Legión de Honor, en el marco de la sobria ceremonia de toma de posesión celebrada en el Palacio del Elíseo, tras el final del mandato del presidente saliente, Nicolás Sarkozy.

Tras la salida de Sarkozy y la ex primera dama Carla Bruni del palacio del Elíseo, Hollande dio su primer discurso como presidente francés, en el que trasladó "un mensaje de confianza" a los ciudadanos, a quienes transmitió que Francia es "un gran país" que superará las dificultades "elevándose" y no "doblegándose". Hollande se comprometido a promover la "convivencia" de "todos" los franceses en torno a los "valores" de la República francesa y aseguró que devolverá al país a la senda de "la justicia" y abrirá "una nueva vía en Europa", además de "contribuir a la paz en el mundo". "La Justicia será el único criterio sobre el que se tomará cada decisión pública", aseguró Hollande, quien agregó que "no puede haber cada vez más sacrificios para unos y más privilegios para otros". El flamante primer mandatario francés dijo que "es hora de poner la producción antes que la especulación, la inversión de futuro antes que la satisfacción del presente, el empleo sostenible antes que el beneficio inmediato", y también de "lanzar la transición energética y ecológica". El socialista aseguró que dará a la juventud "el lugar que le corresponde, el primero", y a ese respecto hizo un alegato de la escuela pública, "vital" según él para la cohesión del país, el éxito económico y la promoción social. Hollande avanzó además algunas de las reformas que piensa llevar a cabo, empezando por las "libertades" que piensa otorgar a las administraciones territoriales, a través de "una nueva descentralización". "Creo en la democracia social y se abrirán nuevos espacios de negociación a los interlocutores sociales", señaló en dirección de sindicatos y patronal. Sobre su forma de ejercer el poder, anticipó que fijará las prioridades, pero no decidirá "de todo ni por todos", para que sea el Gobierno quien conduzca "la política de la nación". "El poder en la cumbre del Estado se ejercerá con dignidad, pero con sencillez, con gran ambición para nuestro país, pero con sobriedad en su comportamiento", explicó en continuidad con su credo durante la campaña electoral de desmarcarse de Sarkozy. Insistió en que "la lealtad, la competencia y el servicio del interés general serán los únicos criterios" para tomar decisiones sobre nombramientos para cargos públicos. En relación con su acción internacional, más allá de la prioridad a la política europea, puso el acento en que "Francia es un país comprometido en el mundo", que "seguirá fiel a su vocación de defender la libertad de los pueblos, el honor de los oprimidos, la dignidad de las mujeres". También rindió homenaje a sus predecesores de la quinta República, y en el caso de Sarkozy, que minutos antes había salido del Elíseo en compañía de su mujer, Carla Bruni, le deseó "lo mejor para la vida que se le abre".