Jueves 10 de Mayo de 2007, 00:54

El Papa condenó el aborto

| Lo hizo tras la bienvenida ofrecida por el presidente Lula Da Silva en el aeropuerto de San Pablo. El Pontífice aseguró que la Conferencia de obispos fortalecerá "el respeto por la vida desde su concepción". Y dijo que su visita apuntará a "fortalecer a la familia". Este es el primer viaje de Benedicto XVI a América Latina y se da en medio de la controversia por el aborto.


El papa Benedicto XVI defendió hoy tras su arribo a San Pablo el "respeto de la vida desde su concepción" y pidió solidaridad "especialmente con los pobres", cuando crecía la polémica entre Iglesia y gobierno brasileño por el tema del aborto. El pontífice se refirió a su llegada a los "valores radicalmente cristianos" de América latina que "jamás serán cancelados" y agregó que "durante la Conferencia (Episcopal de América latina y el Caribe) será reforzada tal identidad al promover el respeto por la vida, desde su concepción hasta su natural declinación". También señaló que esa V Conferencia Episcopal, que se realizará en Aparecida, a 160 kilómetros al norte de la ciudad de San Pablo, "hará de la promoción de la persona humana el eje de la solidaridad, especialmente con los pobres y desamparados", informó el diario paulista O Estado. Por su parte el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, dijo al darle la bienvenida a Joseph Ratzinger, que estaba doblemente honrado con su visita, "como cristiano y como Presidente" y afirmó que compartía con el Papa la preocupación por "fortalecer la vida familiar", en un claro intento por destacar las coincidencias. Sin embargo, horas antes de la llegada del Papa, el ministro de Salud de Brasil, José Gomes Temporao, levantó una fuerte polémica al afirmar que la discusión sobre la legalización del aborto "tiene una mirada machista", ya que si el embarazo indeseado "fuese un problema de los hombres, ya estaría resuelto hace mucho tiempo" y pidió, por eso, que se escuche a la mujer. El obispo de Blumenau, Angélico Bernardino, le respondió que el ministro "debería promover más la salud, no la muerte", según publican hoy medios locales en sus ediciones por Internet. Tras su arribo a las 16,02 al aeropuerto de Guarulhos, en las afueras de San Pablo, el pontífice explicó que su visita "tiene un objetivo que sobrepasa las fronteras nacionales (de Brasil). Vengo a presidir en Aparecida la apertura de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño (Celam)". "Este país servirá de cuna para las propuestas eclesiásticas, que, Dios quiera, puedan dar un nuevo vigor e impulso misionero a este continente", agregó, en clara alusión a la pérdida de fieles que sufre la Iglesia Católica en la región con mayor cantidad de fieles del mundo, a manos de cultos evangélicos. Ratzinger reiteró que su viaje tiene alcance "latinoamericano y un carácter religioso", con lo que también pareció relegar, según algunos analistas, los esfuerzos por formalizar un concordato entre el Vaticano y Brasil, que Lula rechazó hasta ahora por entender que atenta contra la separación de Estado e Iglesia vigente en su país. El Papa también destacó que la reunión de la jerarquía eclesiástica continental deberá "asegurar el fortalecimiento de la familia, como célula madre de la sociedad; de la juventud, cuya formación constituye un factor decisivo para el futuro de una Nación... y especialmente de los pueblos indígenas". Este es el tercer viaje que Ratzinger realiza a Brasil, pero el primero de su papado. Su primer visita la hizo en 1985, poco después de la condena a "silencio" al sacerdote brasileño Leonardo Boff, uno de los más destacados exponentes de la Teología de la Liberación del continente. El entonces cardenal, titular de la Congregación de la Fe (ex Santo Oficio) realizó su segunda visita en 1990, durante la cual dio un seminario en Río de Janeiro con 96 obispos conservadores, con los que intentaba limitar la influencia del progresismo, representado por el arzobispo de San Pablo, Paulo Evaristo Arns, y luego por su sucesor, Paulo Hummes. Hummes, recientemente trasladado a un cargo en la Curia Romana, íntimo amigo de Lula e integrante de la delegación que acompaña a Benedicto XVI, señaló hoy que "el Papa puede ayudar a promover una unión mayor entre los países latinoamericanos". "Ayudar a promover una unión política, para que el continente tenga peso y dignidad en el conjunto mundial", enfatizó quien fuera el candidato papal de Lula tras la muerte de Juan Pablo II. En relación con la Teología de la Liberación, el cardenal brasileño aseguró, citado por la agencia alemana DPA, que "la Iglesia tiene un compromiso fundamental con los pobres y debe intensificarlo en forma eficiente". Agregó que "para buscar las causas de la pobreza ya existe la doctrina social de la Iglesia" y señaló que el problema con la Teología de la Liberación empezó "cuando comenzaron a usar el análisis marxista...que admite el uso de la violencia, además de ser ateista".