Lunes 8 de Enero de 2007, 10:23

Renunció el obispo de Varsovia tras ser acusado de espía

| Stanislaw Wielgus presentó su dimisión el mismo día en el que iba a celebrarse su investidura solemne como pastor en la catedral de la capital polaca. La salida ha llegado por pedido del Vaticano, que la considera la salida más digna teniendo en cuenta que Benedicto XVI lo nombró hace sólo un mes.

El nuevo arzobispo de Varsovia, Stanislaw Wielgus, ha presentado su renuncia al cargo, para el que fue nombrado recientemente, tras descubrirse hace unos días que fue colaborador de la policía secreta durante el régimen comunista. La dimisión ha llegado a petición del Vaticano, que la considera la salida más digna teniendo en cuenta que Benedicto XVI nombró a Wielgus hace sólo un mes. El arzobispo, de 67 años, ha presentado su dimisión en el mismo día en el que iba a celebrarse su investidura solemne como pastor de Varsovia en la catedral de la capital polaca. “De acuerdo con la ley canónica, entrego a su Santidad [el Papa Bendicto XVI] mi dimisión como arzobispo metropolitano de Varsovia”, ha leído Wielgus, que el pasado viernes confesó, tras reiteradas negativas, que había sido agente del espionaje y había colaborado con la policía del régimen comunista polaco antes de su caída. La información sobre su participación en la represión comunista había salido a la luz a principios de diciembre. Cientos de fieles de la poderosa Iglesia polaca se han concentrado esta mañana a las puertas de la catedral de Varsovia en apoyo de Wielgus, al que gritaban “Quédate con nosotros”, una frase que siempre dedicaban al anterior Papa, Juan Pablo II. No obstante, la misión diplomática vaticana en Polonia ha aclarado que la dimisión de Wielgus se ha producido a petición del Vaticano y en aplicación de las leyes de la iglesia, que especifican que un alto cargo debe dimitir si no es “capaz de ejercer debidamente su ministerio”. Es más, el Vaticano considera que la dimisión de Wielgus es una “solución adecuada”. Sin embargo, el Vaticano ha denunciado una suerte de venganza contra la Iglesia polaca por parte de sus antiguos “perseguidores”. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha dicho esta mañana que “la actual ola de ataques contra la Iglesia Católica en Polonia, después de tantos años del fin del régimen comunista, más que un sincero afán de transparencia, tiene el aspecto de una extraña alianza entre sus perseguidores del pasado y otros de sus adversarios”. Es de suponer que se refería a los comunistas cuando hablaba de “perseguidores”, ya que ha explicado que los ataques parecían una “venganza de parte de los antiguos perseguidores, vencidos por la fe y la voluntad de libertad del pueblo polaco”.