Lunes 29 de Enero de 2007, 14:03

ALL el parásito escatológico que se alimenta del cad&aac

| Luego de que se remataran los bienes colectivos, hubo un tiempo de transferencia hacia los privados. Tal es el caso del servicio de carga ferroviaria que atraviesa el suelo entrerriano. Una historia de inoperancia y pretensión de impunidad.

A eso que se llama América Latina Logística Mesopotámica S.A. (ALL) le parece adecuado revolcarse en la pudrición. Frente a las puercas costumbres no habría derecho a críticas si no fuera por la pretensión de que todos coman mierda y convidarla sin que nadie la reclame. Es que ALL ha sido calificada como la peor concesionaria de todas y tiene pretensiones de silencio general y cómplice para poder seguir desguazando el cadáver del Estado. Incapaz de revertir la situación bochornosa por la cual suele transitar y por la que es noticia frecuentemente, ALL desplegó una serie de cartas documentos a medios de comunicación de la provincia de Entre Ríos que se hicieron eco de las opiniones que denuncian su inoperancia. Se puede ser inoperante y sobre esa inoperancia edificar imbecilidad, queda demostrado. En los primeros días del año, Cronista Digital -al igual que otros medios colegas (sabemos de Diario Junio y FM Riel también y otros que podamos desconocer)- recibió una amenaza disfrazada de garabato leguleyo por lo que consideraron una “publicación inexacta, injuriosa y agraviante”. Se referían, a la reproducción elemental de una gacetilla enviada por el diputado radical Osvaldo Fernández, donde abundan las comillas y frases textuales. El legislador había tenido el buen tino de participar en la audiencia pública y luego dio su soberana opinión, a partir de lo cual algunos medios soberanamente decidieron hacerla pública, para que los lectores puedan también soberanamente enterarse de todo el abanico de opiniones. Es llamativo que los abogados de ALL consideren injuriosa una opinión de este medio cuando en realidad nunca existió... hasta esta nota. El prudencial tiempo para hacernos eco de una advertencia para ratificar o rectificar una información fue el compás necesario para buscar cuantos antecedentes y elementos que permitan avizorar qué busca esta empresa con las amenazas y de qué modo está prestando el servicio. El punto es que ambos planteos están relacionados entre sí, esa puede ser una conclusión. ALL intenta amordazar a la prensa alejada de quienes le regalaron graciosamente el negocio -entiéndase poder público- para anticiparse a los hechos y evitar de antemano que se diga cuán desastroso ha sido la trayectoria de América Latina Logística Mesopotámica S.A. Se verá pues que el tiro saltó para otro lado. [b]ALL es un desastre[/b] Eso se deduce del informe que la Defensoría Nacional le remitió especialmente a Cronista Digital en la primera semana de este año, no sin antes anticipar que el doctor Eduardo Mondino, titular de ese organismo del Estado nacional, denunciará las irregularidades observadas en la prestación del servicio de la firma, ante la Fiscalía de Investigaciones Administrativas. A ALL le molestó las opiniones que resultaron del Audiencia Pública que se realizó hacia fines del año pasado en la localidad Rincón de Milberg, del Partido de Tigre, en la que se discutió la renegociación del contrato UNIREN - América Latina Logística Argentina S.A. (sociedad inversora de ALL Central y ALL Mesopotámica). Fue en ese marco en que el diputado entrerriano Osvaldo Fernández había advertido que el privado había cumplido su obligación de tal forma que merecía reproches, pero apuntaba sus principales cuestionamientos hacia el gobernador Jorge Busti como responsable de la operación cuestionable. Fue allí donde criticó “la tibieza del gobierno provincial y señaló al mandatario provincial como cómplice de ALL”. Era lo que correspondía, criticar a quien tiene obligación de velar por los intereses comunes y no tanto a quienes le da igual cualquier cosa fuera de su rentabilidad, pero que no tienen la obligación de gobernar. Lo más increíble del caso es que la apreciación de Fernández sumó una posición coincidente al momento de evaluar el desempeño de ALL, por parte de un activo diputado justicialista que no reniega de su pertenencia bustista: Julio César Aldaz. Para el legislador y ex intendente de la ex-ferroviaria localidad de Basavilbaso, ALL “no sólo ha incumplido el contrato de concesión, sino que es manifiesto su desinterés por operar servicios de cargas de manera eficiente y que atienda a las necesidades del transporte de carga de las economías regionales”. Cita entonces el justicialista que los ramales de acceso a los puertos entrerrianos están inoperables. Muchos meses antes, el periodista Tirso Fiorotto había denunciado que “el tren de pasajeros funciona a paso de tortuga en algunos tramos, y en otros directamente no anda. El tren de cargas no carga, casi, en Entre Ríos sino que cumple servicios de Brasil a Chile principalmente, y registra más descarrilamientos que la media nacional”. Otra forma de decir que a ALL no le importa lo que salga o entre a esta provincia, sino que utiliza el territorio y punto. “Rieles sobre durmientes viejos o quebrados que se asientan en piedras mal afirmadas... Locomotoras sin la suficiente atención mecánica, vagones descuidados, seguros vencidos, estaciones cerradas, control de seguridad insuficiente, deudas con el Estado por más de 100 millones de pesos... Sería más fácil enumerar los escasos aciertos que los incontables incumplimientos de la concesionaria de los ferrocarriles”, comenzaba diciendo la nota del periodista. Volviendo a la cosecha de críticas y posiciones negativas hacia la concesionaria, tras la audiencia de diciembre último en Rincón de Milberg, hay que sumar que la representante de la Defensoría del Pueblo de la Nación, Marcela Grosso, “reclamó la inmediata rescisión del contrato y que no se siga adelante con la prestación de los servicios concesionados a ALL”. [b]Un informe demoledor[/b] La Defensoría del Pueblo de la Nación cimienta su postura en una serie de “informes realizados por distintos organismos e incorporados a los expedientes de renegociación” en base a los cuales “surgen importantes irregularidades e incumplimientos al contrato”. Y pasa a enumerar: · La concesionaria no ha presentado documentación contable alguna que dé sustento a las sumas que dice haber invertido. · En el caso de las inversiones obligatorias los desvíos al programa de inversión han sido permanentes y muy significativos. · Los seguros obligatorios presentan irregularidades: no se renovó la garantía de cumplimiento del contrato encontrándose sin cobertura desde el mes de septiembre de 2003. Asimismo no ha renovado ni contratado seguro alguno que ampare el riesgo de responsabilidad civil con posterioridad al 26 de agosto de 2000, fecha a partir de la cual venció la última póliza. · En cuanto al régimen tarifario el Límite Superior Tarifario fijado en el contrato de concesión ha sido superado desde el año 2002. · Las obligaciones contractuales respecto a los inventarios de bienes de la concesión registran permanentes incumplimientos. · Con relación a la calidad de servicio del concesionario no ha alcanzado los requisitos mínimos de velocidad de circulación y carga por eje. · En materia de seguridad la cantidad de descarrilamientos ocurridos en el corredor de ALL Central supera en forma sostenida, el promedio de la red de carga concesionario. El estado deficitario de las vías es la principal causa. · El grado de incumplimiento alcanzado por ALL Central, ponderado por la cuantía de las multas impuestas lo convierte en el concesionario de carga de peor desempeño. [b]“ALL: la peor de todas”[/b] Los informes negativos para ALL no quedan allí, también se suma para la ilustración el escrito de la Camisón Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), que saliera a la luz pública a través del sitio Riel FM de Basavilbaso. Se trata de un estudio fechado en noviembre de 2005, pero que trascendió recién hace algunas semanas. “Desde el punto de vista técnico, claramente se diferencia la situación de ALL respecto del resto de los concesionarios, siendo esta empresa la que peor cuida el mantenimiento y las condiciones de seguridad; a la vez cuenta con escaso personal idóneo abocado a las tareas de mantenimiento y a la seguridad operativa, cambiando permanentemente a los responsables y colocando gente joven sin experiencia en puestos claves”, dice el informe del organismo público citado. En el corto camino transitado de 2007, ALL ya fue noticias en otros medios entrerrianos por dos descarrilamientos. No debe sorprender a quienes elaboraron el informe en la CNRT, debido a que se indica allí que durante los años 2003 y 2004 “en su ámbito se producen unos 140 descarrilamientos sobre la vía principal”. Un 90 más de los que se provocan en los ramales de quien se ubica segundo en el ranking de los descarrilamientos. En el informe elaborado por la Gerencia de Seguridad en el Transporte se analiza que 140 descarrilamientos en un año significan en promedio de un tren caído cada dos días y medio, y se hace notar que los datos sobre los que se hizo la ponderación fueron suministrados por la empresa, lo que lleva a sospechar que los accidentes pudieron ser aun más y que no se incluyeron los descarrilamientos producidos en vías de playa, secundarias y desvíos particulares, había informado Riel FM. Entre las opiniones generales que se observan en el expediente ALL es calificada de “imprevisible”, entendiendo por previsibles aquellos concesionarios que en líneas generales poseen estructuras dentro de sus organizaciones con capacidad suficiente para hacer frente con solvencia las tareas de mantenimiento así como situaciones inesperadas o circunstanciales. “Se ha permitido la degradación de la red, los materiales han sufrido una fatiga tal que, aunque se invierta para volverla a poner en su velocidad anterior, se le ha disminuido notablemente la vida útil de la vía, de modo que la misma deberá ser renovada varios años antes”, se afirma en el expediente. A ALL le molesta que se viertan opiniones sobre su pobre prestación, pero olvida que también un informe de la Auditoría General de la Nación, presentado al ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Julio Miguel De Vido, concluyó en que la firma ALL, concesionaria del ferrocarril en diversas provincias, incluida Entre Ríos, “reúne varias causales de rescisión del Contrato producto de los significativos apartamientos a sus obligaciones”. También estas observaciones son demoledoras para la concesionaria, al desplegar los siguientes puntos: · El concesionario no respeta las condiciones de carga máxima establecidas para la circulación de trenes. En sectores concesionados, se ha abandonado totalmente la infraestructura, estaciones, galpones y demás dependencias, muchas de las cuales se encuentran totalmente depredadas, por la falta de presencia y vigilancia del concesionario. · El concesionario ha reutilizado activos dentro de la concesión sin la previa autorización del concedente. · La cantidad de descarrilamientos ocurridos en el corredor de ALL Central supera, en forma sostenida, al promedio de la red de carga concesionada. · El estado deficitario de la infraestructura de vía es la principal causal de descarrilo del material rodante. · El grado de incumplimiento alcanzado por ALL Central (las condiciones se extienden a la línea de la Mesopotamia), lo convierte en el concesionario de carga con mayor cantidad de sanciones y multas acumuladas. En fin, la carta documento de ALL hacia Cronista Digital permitió advertir que las alusiones periodísticas de este medio resultaban insuficientes frente a lo que amerita cualquier situación de interés público. Mea culpa y corrección. Ahora sí, este medio da su opinión y agradece el telegrama que movió a indagar en los antecedentes y que nos lleva a concluir: “ALL es un desastre”. Fuente: Jorge Riani director de Crónista Digital.