El hecho ocurrió el domingo a la noche, cuando los dos asaltantes ingresaron minutos después de finalizada la misa a las 20.30 a la casa parroquial, y redujeron atando de pies y manos al sacerdote.
Fuentes policiales informaron que uno de los delincuentes estaba armado y que ambos actuaron a cara descubierta. Según publicó el sitio digital Gualeguay al Día, el sacerdote maniatado fue tirado boca abajo en la cama, donde vivió momentos de tensión, mientras los ladrones revolvían toda la casa parroquial. El botín con el que se alzaron era parte de una colecta proveniente de la venta de comida el 9 de Julio y otras donaciones, alcanzando la suma de 5.000 pesos.
El dinero estaba destinado para hacer baños nuevos en los salones donde se dan clases de catequesis. Tomó intervención en el hecho el Juzgado en turno.