Domingo 12 de Julio de 2009, 13:36

Cómo escapar del virus del miedo

| Las epidemias tienen efectos tan contagiosos y dramáticos sobre la mente como sobre el cuerpo, por lo que “simplificar, generalizar e informarse en medio del caos siempre es tranquilizante”, dijo a Salud y Bienestar el licenciado en Psicología Octavio Filipuzzi, quien señaló que “el temor hace reaccionar a las personas y a las sociedades como chicos asustados”.

Filipuzzi comentó que si bien se habla de psicosis ocasionada por el virus A H1N1 -que nos trasladó del el siglo XXI a la Edad Media, cuando la humanidad sabía que estaba indefensa frente al misterio de las enfermedades-“no es más que un concepto, ya que para hablar conceptualmente de psicosis hay que pensar en una alteración profunda de la personalidad. Lo que sí, se ha producido es un temor generalizado con bases reales, producto de que la sociedad se enfrenta a un virus desconocido que irrumpió sin que se sepa demasiado de él y genera momentos de miedo e incertidumbre”. Sin embargo aclaró que esta circunstancia trajo aparejada la opinión de muchas voces, “algunas calificadas y otras no tanto, las que han generado una mayor angustia en la población. Ante eso, me parece apropiado que desde el ministerio de Salud de la Nación se hayan establecido discursos que pareciera van conteniendo a la sociedad”. Para Filipuzzi, simplificar y generalizar en medio del caos siempre es tranquilizante. “El pánico se propaga mucho más rápido que el virus y afecta a más personas”, afirmó el profesional y destacó que “la epidemia de gripe A H1N1 ha generado cierto temor fóbico en la población, en tanto es un miedo excesivo e irracional a enfermar, cuando es una enfermedad menos letal que la gripe común”. Para Filipuzzi, el pánico en torno a la pandemia de gripe A encuentra terreno fértil principalmente en aquellas personas propensas a los trastornos de la ansiedad, que no son pocas: “Hay un porcentaje importante de la población que es especialmente susceptible a estos trastornos”, precisó. Y aseveró que “este aumento de la ansiedad actúa sobre otras que ya estaban latentes, como por ejemplo el sida y más recientemente, el dengue. La gente oscila entre tener mucho miedo a los virus, frente a los cuales nos sentimos indefensos, y la sensación para nada justificada de que no está siendo correctamente informada sobre el tema”. El resultado, según Filipuzzi, es que “es que estamos observando un aumento de los ataques de pánico, de las crisis de ansiedad, de los trastornos de ansiedad generalizada y de las fobias, que se dan mayormente en personas predispuestas a padecer estos trastornos”. Contra esta sensación de miedo, nada mejor que la información. “Es lo que está haciendo la gente ahora: informándose. Primero se teme a lo desconocido, pero si hay información seria (para lo cual los medios de comunicación tienen una responsabilidad inmensa), y se toma conciencia, eso disminuye la ansiedad y deriva en actitudes racionales”. No obstante aclaró que “si la gente pudiera escuchar con confianza a las autoridades sanitarias, estaría más tranquila de lo que está. El problema no es sólo temerle al virus, sino también el no confiar en las autoridades. Las fobias son también una expresión de no tener un acompañante confiable”. Fuente: AIM.