CASO BRESSÁN: CRECEN LAS SOSPECHAS SOBRE MATÍAS

Las últimas novedades revelan que el hijo de 17 años del secretario del juzgado asesinado, se vería más comprometido, luego de que la prueba de dermotest le diera positiva y porque un remisero aseguró haberlo llevado el domingo a las 11 a cercanías de la estancia del padre. Como fue informado, Miguel Bressán, secretario del juzgado de Instrucción Nº 2 de Concordia, su esposa María Taleb y su hijo de un año y ocho meses fueron acribillados a balazos el domingo. El martes, alrededor de las 10, el magistrado llegó a la estancia acompañado por personal del Juzgado, peritos de Criminalística, investigadores y bomberos, así como autoridades de la Policía. La comitiva ingresó al establecimiento donde permaneció al menos dos horas, pero se retiraron sin formular declaraciones a los periodistas apostados en la tranquera del acceso. Ya en la comisaría, el juez de Instrucción Maximiliano Benítez, dialogó brevemente con la prensa. Allí señaló que se habían realizado distintas diligencias en el lugar, pero prefirió no adelantar datos para evitar perjudicar la investigación. El juez -que destacó el apoyo brindado desde el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia para trabajar en el caso- señaló que se habían encontrado vainas en el lugar, pero debido a que la zona está cubierta de pastizales, se dificultaba encontrar el total de éstas, para lo cual se dispuso el empleo de un detector de metales. El juez esperaba los resultados oficiales de las autopsias, confirmando finalmente que el niño y su padre presentaban cinco impactos de bala en tanto que la mujer tenía seis tiros, todos del calibre 3,80 (similar a una 9 mm), y efectuados desde distintas distancias. Si bien no lo confirmó, se supo que algunos de los disparos fueron directamente a quemarropa. Por otra parte, se informó que la pericia de dermotest dio positiva en la mano izquierda del hijo del funcionario asesinado. El joven de 17 años está siendo asesorado por un abogado conocido de la familia. Se trata de Arturo Mac. Louglhin. El abogado dijo, entre otras cosas, que el joven y su padre tenían relación y que el muchacho trabajaba en el campo colaborando en numerosas actividades, pero no tenía contacto con la esposa de su padre. El representante del adolescente destacó que este chico se encontraba muy mal anímicamente y que había sido objeto de presiones y amenazas por parte de la Policía, que lo había interrogado para que hablara. “El me relata -añadió Mc. Loughlin- que fue conducido por personal de Investigaciones a una oficina, donde fue sometido a un severo y apremiante interrogatorio por parte de los funcionarios, a los cuales les respondió lo mismo que había declarado en el juzgado”. “Ellos (los policías) parecían demostrar impaciencia, alteración e irritación, al extremo de insultarlo y amagar con castigarlo”, explicó. El abogado dijo que sospecha que esta práctica se realizó con conocimiento del juez de la causa, Maximiliano Benítez, a quien evalúa denunciar. Sobre la prueba de dermotest positiva alertó que el muchacho siempre cazaba loros en el campo, por lo que era posible que se le localizara plomo y pólvora en los brazos. Como se observa, más allá de que nada se descarta en torno al triple crimen, todo apuntaba al menor, pero hasta el momento no se dispuso la detención. Por otra parte se supo que efectivos de la Policía había efectuado un allanamiento en una remisera, donde se localizó a un chofer de remis que fue llevado a declarar como testigo del hecho. Al parecer este trabajador del volante confirmó que el día domingo llevó al hijo del hombre asesinado hasta el campo. Según se señaló, el chico manifestó por su parte que estuvo con unos amigos, pero hasta el momento no se pudieron corroborar sus dichos. Fuente: diario Uno.