Miércoles 15 de Noviembre de 2006, 10:16

Comenzó el juicio al filicida y hoy será día de a

CONCEPCIÓN DEL URU | Hubo sietes testimonios en la primera jornada. Familiares de ambas partes estuvieron presentes. La defensa intenta comprobar que Maidana actuó bajo un brote psicótico.

Bajo una estricta vigilancia policial que convocó a varios efectivos, incluyendo integrantes del G.I.A., dio comienzo ayer en la Sala de Audiencias de la Cámara de Apelaciones de Concepción del Uruguay, el juicio oral y público contra Marcelo Maidana, el hombre que asesinó a sus pequeñas hijas de tan solo dos años y medio, a las que degolló con una cuchilla. El filicida esta acusado de asesinar a sus dos hijas, Candela Trinidad y Juliana Nazarena, hecho ocurrido en horas del mediodía del 8 de octubre de 2005. Durante el desarrollo de la primera jornada declararon sietes personas, incluyendo la madre de las víctimas y estuvieron presentes familiares de ambas partes. El principal testigo fue un médico psiquiatra presentado por Mario Schreiner, defensor del imputado, que busca probar que su representado actuó bajo un brote psicótico. [u]Recordando el hecho[/u] El trágico hecho que conmocionó a toda la comunidad uruguayense y que seguramente jamás será olvidado, se produjo luego de que el matador y su esposa, Lucrecia Méndez, protagonizaran una nueva discusión a raíz de su mala relación de pareja que se agravaba con el correr del tiempo. Según se confirmó en la lectura de la requisitoria Fiscal de elevación a juicio, ese sábado 8 de octubre, el matrimonio salió en el viejo Ford Falcon -WRI-746- de color amarillo, concurriendo a una farmacia a comprar remedios para las niñas que padecían sinusitis. Antes de salir, la pareja habría dialogado con el padre de Lucrecia que llegó circunstancialmente y este les había aconsejado que se separaran amigablemente por el bien de las niñas. Durante el trayecto, el diálogo no fue ameno y luego de comprar el medicamento, echar nafta y comprar chizitos paras las niñas, los Maidana regresaron a su domicilio. La madre de las niñas descendió del auto, pero Maidana decidió irse con la menores, llevando consigo un bolso en el cual tenía una cuchilla y otros efectos. [u]Comienza en trágico episodio[/u] Maidana ya estaba alterado por el incidente con su esposa, pero tuvo tiempo para parar en un local y adquirir una cerveza y una gaseosa, para luego continuar su camino. El filicida salió a la ruta y tomó en dirección al sur por la provincial 42 y a unos 3.000 metros del cruce con la ruta provincia 39, detuvo la marcha de su auto. Con total normalidad llevó caminando las niñas por un sendero hasta llegar a un gran árbol, donde las hizo tomar cerveza -Se encontró alcohol en los estómagos de las víctimas- para luego degollarlas, al puno que a una de ellas casi llegó a desprenderle la cabeza. Consumado el brutal crimen, Maidana cargó los cuerpos en el asiento delantero del auto y se dirigió a la casa donde se las mostró a su esposa, habiendo argumentado que eso era culpa de ella. Luego se retiró y momentos más tarde se entregó en la Delegación de la Policía Federal Argentina, donde confesó con total frialdad lo que acababa de hacer. El homicida quedó alojado en comisaría primera, donde se encuentra actualmente a la espera de que se de a conocer el fallo del juicio que culminaría hoy. Luego de idas y vueltas, donde varios profesionales se negaron a la representación, esta quedó en manos del abogado Mario Schreiner. Todo se intentó durante la instrucción para atenuar la responsabilidad del hecho o que se declara a Maidana in-imputable. Los estudios psicológicos realizados por la Justicia determinaron que este actuó con conocimiento de sus actos y total frialdad, al tiempo que las pruebas de ADN demostraron que las niñas eran hijas biológicas del asesino. Con esto se caía la in-imputabilidad y la posibilidad de que se desestimara la figura del agravamiento por el vínculo. Pese a esto, la defensa guardaba una carta en la manga, que fue puesta en la mesa en la primera jornada del debate. [u]El juicio[/u] El debate se inició pasadas las 9, ante la presencia de una importante cantidad de público que superaba las dos terceras partes de la capacidad de la Sala. Entre ellos se encontraban estudiantes de abogacía, familiares de la madre de las niñas y del imputado, numerosos empleados de la Justicia y público que debió identificarse, así como varios medios de prensa. El Tribunal integrado por los vocales, Alberto Seró, Fabián López Moras y Néstor Pascual Fervenza, así como el fiscal Diogo Young y el querellante José Esteban Ostolaza, escucharon atentamente la requisitoria fiscal, el requerimiento de la Querella y la demanda civil, tras lo cual el imputado aceptó declarar. [u]Cortado por el llanto[/u] Marcelo Maidana -que permaneció inmutable durante la lectura de la requisitoria- hizo una extensa declaración en su propia defensa. Durante casi una hora contó su vida, pasando desde la niñez hasta el momento del hecho. Señaló que fue víctima de varias infidelidades por parte de su esposa, pero que siempre intentó recomponer la situación. “No quería que mis hijas se separaran de mi. Siempre traté de que se salve la familia, incluso pedí un traslado en el trabajo, pero no resultó. Yo sentí en un momento que una voz me las pedía”, señaló. Maidana contó entre otras cosas que se enteró que su mujer tenía una relación por una carta. Reconoció que las niñas habían tomado cerveza, pero argumentó que fue por su propia voluntad, ya que su suegro las había acostumbrado a tomar vino. “No puedo entender que pasó. Es como que yo no lo hice. Yo siempre las cuide y las quise. Vivo por mi familia, pero quisiera estar muerto”, destacó entre sollozos. Luego de lo declarado por el acusado, se tomó declaración a los testigos, Lucrecia Méndez y Julio Méndez. La madre y el abuelo de las niñas. La mujer confirmó lo dicho en la instrucción y aseguró que ambos tenían parejas, pero vivían juntos por las nenas, resaltando que Maidana la golpeaba y amenazaba constantemente, obligándola a mantener relaciones en el baño de la casa. Por su parte el abuelo de la víctimas indicó que al homicida siempre fue amable y buen padre, coincidiendo con Lucrecia. Durante su testimonio, visiblemente nervioso. Méndez dijo que les pidió una separación en paz por la niñas. Por otra parte declararon compañeros de trabajo del filicida, Carlos Romero, Miguel Iriar, Sergio Traversa y Carlos Salazar, coincidieron en marcar que Maidana era un buen compañero y muy tranquilo, si bien no conocían su situación particular, alguno de ellos destacaron que quería y se ocupaba de sus hijas. [u]Sorpresa[/u] El testigo sorpresa fue el médico psiquiatra Humberto Rossetti, que tiene 15 años en la profesión, y a quien se le solicitó un estudio de Maidana y fue presentado por la defensa. Durante un extenso y pormenorizado relato de lo realizado, el profesional destacó que su paciente padeció numerosos incidentes a lo largo de su vida. Una infancia difícil y sin la figura paterna, lo llevaron a temer por el futuro de sus hijas, pensando que ellas tenían la posibilidad de quedar sin padre si se concretaba la separación. Muy religiosos desde su niñez, el imputado -según el especialista- se acercó a Dios como figura paterna. El serio problema con su esposa fue acumulando episodios y esto lo llevaba a pensar que se le terminaba todo en la vida. Maidana dijo a su psiquiatra que sus hijas eran especiales y así estaba convencido. Sentía una gran necesidad de estar junto a ellas y le argumentó que tuvo oportunidad de escuchar voces que le decían que se las diera a Dios antes de dejarlas. Tambien Rossetti dijo que el filicida sufrió un “brote psicótico”, al enterarse por su esposa de que las nenas no eran sus hijas, hecho que fue negado por Lucrecia Méndez. La acumulación de episodios llevó a Maidana a un delirio sistemático, que fue perturbándolo. Según el especialista el hecho se produjo durante un denominado “Episodio psicótico breve con ideas delirantes”, que llevaron a Maidana a cometer el crimen conociendo lo que pasaba, pero convencido de que era lo mejor pasa sus hijas que eran entregadas al Padre. Esto se contrapone con lo indicado en la instrucción por los especialistas que encontraron a Maidana en condiciones de ser imputable del crimen. Lo expuesto por al psiquiatra no conformó a la Querella que repreguntó, a lo que se sumaron otros interrogante y planteos por parte de los integrantes del Tribunal. Hoy será día de alegatos y se espera una activa intervención del defensor, que durante todos los testimonios fue quien formuló preguntas además de los vocales. La segunda jornada dará inicio a las nueve y se espera una importante concurrencia. Fuente: Pablo Bianchi de la redacción del diario Uno.