Lunes 9 de Marzo de 2009, 12:56

Concepción del Uruguay tendrá una avenida costera y podr

| Es conocida la intención gubernamental de construir una avenida costanera en la Isla del Puerto de Concepción del Uruguay. La obra fue caratulada por el Intendente como “La más importante del siglo” y justificada por el Vicegobernador en que “nuestra ciudad vuelva su cara al río, como lo han hecho en los últimos años ciudades entrerrianas como Paraná y Gualeguaychú”. Ya se abrieron los sobres de la licitación para su construcción valuada en más de 78 millones de pesos y se presentaron dos ofertas, la de la empresa uruguayense Lemiro Pietroboni S.A y Panedile Argentina S.A.


Como primera reacción desde muchos sectores salieron a cuestionarla. Las argumentaciones son de las más variadas, como que la ciudad tiene otras prioridades: tendido de la red de agua potabilizada, cloacas y viviendas; también desde la oposición plantean que no hubo consultas populares y realizaron pedidos de informes sobre la financiación y formas de pago, e incluso se conoció hace días un planteo del Colegio de Arquitectos de la Provincia alertando sobre “Una inevitable especulación inmobiliaria para muy pocos”. Desde el Gobierno se defienden en que el dinero ya está destinado para esa obra y no puede desviarse. En ese sentido, esta nota no tiene la intención de poner en tela de juicio su viabilidad e imprescindibilidad, sólo generar debate en otra alternativa, esta es: Concepción del Uruguay puede tener una ciudad con un paseo turístico formidable y además contar con playas al alcance de la mano como la que tiene la ciudad de Colón, con todos los beneficios que esto implica, casi sin necesidad de retocar el presupuesto, sólo con modificar algunas cuestiones del proyecto oficial. [b]Lo oficial[/b] El proyecto original comprende la construcción de un puente a la altura del acceso a la Defensa Sur, en el barrio Puerto Viejo, el que se prevé de una longitud de 180 metros, atravesando el riacho Itapé, un camino en la Isla del Puerto que la cruzará de oeste a este de aproximadamente 300 metros y una costanera sobre el sector este de la isla de 2.770 metros, con una calzada simple de 1.350 metros y una doble de 1.430 metros, la que tendrá su límite en una rotonda a la altura del faro de la Stella Maris. [b]Una alternativa[/b] Gracias a la inquietud de Pedro Brunetti, un vecino preocupado e interesado en esta construcción, La Prensa Federal recorrió la zona donde se hará la avenida. Grande fue la sorpresa del cronista, quien en honor a la verdad no era conocedor de esa zona, al descubrir que en todo el largo de la Isla del Puerto en el sector este, sobre el Brazo de la China, hay extensiones enormes de bancos de arenas que tranquilamente pueden ser utilizados como playas, algo que no está contemplado en el proyecto original; ¿cómo es eso?, aquí sus explicaciones. [b]Bajar la cota[/b] La planificación inicial contempla elevar la cota (N de la R: altura o nivel ) de 4 a 9 metros, algo que el propio Lauritto reconoció en declaraciones periodísticas que: “Es una dificultad y un costo importante”. Si lo hacen de esa manera tendría la altura de la Defensa Sur. Según explican los entendidos en el tema, cuando el río supera los cinco metros el agua ingresa por el canal de acceso Ingeniero Henry, (por la Stella Maris), pasa por arriba de la Isla y desagota en el Riacho Itapé, y Brazo de la China, pero si hacen esa construcción, el agua quedará entubada y, ahí sí, desembocará con fuerza en el Riacho Itapé, en las cabeceras del puente a construirse, poniendo en riesgo las playas del Itapé. Si se baja la cota a cinco metros, no entorpecería el cauce natural del agua y además se ahorrarían dinero en la obra. [b]No sacar la arena[/b] Otro aspecto para nada menor es el dragado de los bancos de arena, ya que pese a que aún no está explicado oficialmente, casi con seguridad instalarán la draga sobre la playa misma para construir la Costanera, como hicieron para hacer la Defensa Sur, y como consecuencia se formó un pozo. “Lo ideal sería que la instalen en el medio del Brazo de la China, sobre el canal natural, para que no borren la playa”, explicó Brunetti. [b]Hacer todo playa[/b] El croquis inicial establece que la avenida será desde el puente hacia el norte, pero para el lado sur nada dice, cuando para ese sector también hay enormes bancos de arena que llegan hasta su extremo sur, frente a la Isla del Tala. “Desde el momento que se instale el puente, esto pasará a pertenecer al ejido municipal, así que la Municipalidad puede expropiar tranquilamente una parte para desmontar, construir la avenida y hacer playas”, dice entusiasmado el vecino, instando a que intervengan el Ejecutivo local y los concejales. [b]Evitar peligro[/b] Si se hace tal como está planificado, la avenida tendrá una cota a nueve metros de altura, no tendrá playas y será peligroso, más aún dragando la arena de la costa, porque quedará como una barranca. [b]Más beneficios[/b] Además se incrementaría notablemente la infraestructura hotelera y de servicios turísticos, dado la cercanía de una playa de buena calidad de agua, sombra y arena con la ciudad, inclusive muchos departamentos hoteles y residenciales en la zona del Puerto Viejo, que normalmente en época estival se encuentran desocupados porque se alquilan preferentemente a estudiantes, mejorarían notablemente su nivel de ocupación. [b]Playas para todos[/b] En caso de hacer la avenida y senda peatonal a una cota de cinco metros se evitarían problemas de impacto ambiental, ya que si la creciente supera esa altura el agua correría por sobre la avenida buscando el cauce natural del río y no se embalsaría. El dinero ahorrado en bajar la cota se utilizaría en habilitar playas en toda la extensión de la Isla con solo refular un metro de arena. En síntesis tendríamos un Banco Pelay aquí nomás, donde podríamos ir caminando y tener playas gratis, para todos. Para ello, es necesario modificar el proyecto existente, previendo que el refulado de arena para el futuro terraplén se efectúe tomando arena del medio del Brazo de la China (canal natural) y no de la costa, es decir a unos 150 metros de la playa para evitar dragar la misma y generar pozos que la transformarían en barrancosa e impedirían su uso recreativo debido su profundidad. El costo eventual que tendría refular la arena desde mayor distancia es insignificante y el alto impacto ambiental y turístico negativo se evitaría con esa sencilla modificación. El refulado mejoraría además sustancialmente la oferta turística de nuestra ciudad, desde que la habilitación de casi dos mil metros de playa en el lado este de la Isla del Puerto, sin los riesgos de contaminación que tiene el Riacho Itapé a la altura del balneario por los efluentes cloacales que descargan en el arroyo Las Animas y el arroyo Molino, con una arena gruesa y de alta calidad, convocará a miles de turistas que hoy ante las falencias que presenta la estructura del Banco Pelay opta por otros destinos. Fuente: Jorge Díaz.