Jueves 22 de Enero de 2009, 09:53

Crece en la provincia la adhesión al Banco Popular de la Buena

| Son cada vez más las personas que se acercan al Banco Popular de la Buena Fe, una muestra concreta del trabajo articulado entre la Nación y el Ministerio de Salud y Acción Social de Entre Ríos que apunta a generar las condiciones de trabajo digno y autogestivo. Una de las líneas de política social que el gobierno de Sergio Urribarri insiste en desarrollar en toda la provincia.

"No tenía alternativas, tenía que buscar un trabajo y a mi edad, tengo 50 años, ya no tenía posibilidades de acceder a un empleo, así que me acerqué al Banco por unas amigas que me trajeron un día para ver”, recordó Noemí Lescano que decidió acercarse al Banco Popular de la Buena Fe cuando quedó a cargo de sus seis hijas. Lidia Sosa aseguró que “el Banquito significó la posibilidad de encontrar trabajo digno para mi familia, porque mi esposo, mi hija y mi hijo trabajamos y dependemos de estos emprendimientos, que pudimos concretar gracias al apoyo del Banquito”. El Banquito, como le dicen los emprendedores que logran acceder al financiamiento, que no supera los 600 pesos, y a la capacitación y asesoramiento para llevar adelante su proyecto, es una propuesta que apunta a fomentar el empleo en sectores excluidos y el desarrollo de valores compartidos de solidaridad, autogestión y organización popular. Se implementó en todo el país en 2003, dentro de la línea de acción del Plan de Economía Social que implementa el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. El Banco de la Buena Fe propone generar el desarrollo de proyectos productivos en sectores populares excluidos a través del fortalecimiento socio-político de las organizaciones populares. En Entre Ríos, la Asociación Civil Formar es la responsable de capacitar a distintas organizaciones locales en la administración de los fondos provenientes del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Así, el Banco funciona en Feliciano, San Gustavo, La Paz, Hernandarias, Curtiembre, Cerrito, Piedras Blancas, Santa Elena, Bovril, Crespo, Nogoyá, Victoria, Paraná, Gualeguaychú, Basavilbaso, Concepción del Uruguay y Villaguay. [b]Testimonios[/b] Lescano se acercó al Banco porque quedó a cargo de sus seis hijas. “No tenía alternativas, tenía que buscar un trabajo, y a mi edad, tengo 50 años ya no tenía posibilidades de acceder a un empleo, así que me acerqué al Banco por unas amigas que me trajeron un día para ver” recordó. También resaltó: “tuve suerte que el mismo día que comencé conseguí las cinco personas e iniciamos las reuniones semanales, todas cumplimos al pie de la letra todo y nos otorgaron los créditos inmediatamente. Salió todo tan bien, desde el Banco nos dieron un impulso y entusiasmo muy importante”. La mujer explicó que necesitaba ayuda para instalar una despensa: “Precisaba ese dinero para hacer compras mayoristas en otra provincia. Tengo un poco de conocimiento en el negocio pero necesitaba ayuda, un impulso para comenzar; así hice la primera compra con el primer crédito, me reinicié y fui moviéndome con eso”, y prosiguió: “Fui devolviendo el préstamo puntualmente y hoy he crecido mucho, agregué venta de helados y otros rubros”. Sobre el clima que reina en los grupos reconoció: “Como ví que era un grupo tan lindo, y me di cuenta que gracias al Banquito progresé y pude tener mi propia empresita, traje a mis hijas. Una se inició en serigrafías, me entusiasmé más y traje a mi otra hija que empieza con un depósito mayorista y es preventista”. Por último, Lescano señaló: “Gracias al Banquito nos incorporamos al trabajo independiente porque acá no hay mucho que hacer, entonces teníamos que crear algo y el Banco nos dio un gran apoyo”. Lidia Sosa va por el séptimo crédito. Es una veterana en esto de los emprendimientos y tiene sus negocios en la Feria de Salta y Nogoyá. Gracias al apoyo del Banco fue creciendo con esfuerzo y trabajo junto a su familia. A diferencia de Lescano, Sosa tuvo que asistir a siete reuniones para que recién en la octava dos personas de su grupo pudieran acceder al crédito; posteriormente las restantes integrantes del grupo pudieron acceder a la tan ansiada ayuda. “El Banquito fue todo para mí porque ahí comencé a adelantar, tengo mi negocio bien puesto, me compré una camioneta que era mi sueño y ahora estamos por abrir otro puesto, una tortería donde vamos a hacer tortas fritas, churros y panificación, ya nos compramos la maquinaría” destacó. Sosa finalizó diciendo que “el Banquito significó la posibilidad de encontrar trabajo digno para mi familia, porque mi esposo y mi hija y mi hijo trabajamos y dependemos de estos emprendimientos que pudimos concretar gracias al apoyo del Banquito”. Martín Osuna es promotor de la asociación Formar y asiste junto a cinco promotores más a las personas que se acercan a la biblioteca Caminante, ubicada en Gobernador Antelo 1345 en el este de Paraná, para participar de las reuniones informativas y de asesoramiento de emprendedores. El joven explicó que a raíz de la cantidad de personas que se acercan continuamente al Banco debieron desdoblar el horario de trabajo. Así, entre las 17 y las 18 trabajan con los emprendedores que recibieron su primer crédito o están exhibiendo su proyecto para obtenerlo, y entre las 18 y las 19 lo hacen con los que ya accedieron a más de dos. Ayer, ante un grupo integrado por unas cincuenta mujeres que pertenecen al primer grupo explicó: “Trabajamos con los frutos que produjeron los proyectos que presentaron cada uno de los emprendedores gracias al Banco”, y agregó que “hay gente que ha recibido hasta un sexto o séptimo crédito, son emprendedores viejos que siguen motivándose con esto para poder realizar su sueño”. Las emprendedoras escuchaban con antención la explicación de los promotores, mientras en una mesa se podía ver algunos de los productos que se elaboran gracias al apoyo que brinda el Banquito. Incluso las reuniones sirven para que los participantes intercambien o adquieran los productos que se acercan a los encuentros. Osuna explicó que “los créditos consisten en buscarle la vuelta a los proyectos de cada emprendedor, se busca realizar un trabajo eficaz para que aquellos sean sustentables, principalmente los emprendedores compran los insumos necesarios para su emprendimiento y luego sí, usan la plata para afianzar su idea”. [b]El Banquito [/b] La asociación civil Formar acuerda con organizaciones no gubernamentales de cada localidad la capacitación a promotores locales, quienes formarán a los integrantes de los grupos solidarios que ejecutarán el programa. Estos grupos están integrados por cinco emprendedores que durante más de 2 meses son capacitados para la elaboración de proyectos sustentables haciendo cálculos de costos y ganancias. En base a estos cálculos, los integrantes de cada grupo aprueban la entrega de los microcréditos, sin ningún tipo de garantía, ya que cada participante se solidariza y se hace responsable de que los otros integrantes paguen el dinero entregado. Los emprendimientos pueden ser de todo tipo, y lo único que no se financia es la construcción de locales para alquiler.