Lunes 27 de Julio de 2015, 10:28

Dos entrerrianos vivieron la aventura de viajar a la Antártida

| Un sacerdote y un periodista de Tala fueron al Continente Blanco para poner en funciones al primer cura que se quedará por varios meses.

Estuvieron solo tres días, pero la sensación les va a durar toda la vida. Tal vez ninguno de ellos soñó con vivir esta experiencia de llegar a la Antártida y ser testigos directos de cómo se trabaja en uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Recorrieron alrededor de 3.500 kilómetros para llegar, con una misión definida: en representación del obispo castrense de las Fuerzas Armadas, el padre Ricardo González, quien ahora vive en Buenos Aires pero nació y se crió en Rosario del Tala, llegó para poner en funciones al primer sacerdote que se va a quedar por varios meses en el Continente Blanco para brindar asistencia religiosa a quienes trabajan y viven allí por el término de un año. “Hasta ahora, los curas que iban se quedaban solo algunos días, pero la idea es que haya uno en forma permanente en la capilla de la base Marambio. En un espacio tan alejado el apoyo espiritual es fundamental y es bienvenido. La mayoría son católicos practicantes”, contó a Uno el padre González, y comentó que quien va a permanecer hasta octubre es un cura joven oriundo de San Juan, a quien le gusta la aventura. Por otra parte, manifestó que si bien es el encargado desde hace años de designar a los sacerdotes que viajan a la Antártica, es la primera vez que tiene la oportunidad de llegar hasta ahí. Con la intención de que quede un registro de este paso que da la Iglesia Católica, pensó en buscar a alguien que se ocupe de filmar, fotografiar y documentar esta vivencia. “Pensé en José Luis, que es de mi ciudad y es periodista, para que me acompañe”, indicó. Cuando recibió la invitación, José Luis De Rossi no podía creerlo y no dudó en armar de inmediato su equipaje, munido de abrigo. Sabía que hacía frío, pero jamás imaginó que al arribar la sensación térmica sería de -39º. “El lugar es como se ve en las fotos, pero la sensación de estar ahí es increíble. Realmente viví una experiencia inolvidable; difícil de reflejar con imágenes de una cámara y mucho menos con palabras. Quiero agradecer infinitamente al padre Ricardo González y a la Fuerza Aérea Argentina por la invitación y la confianza que han tenido”, dijo, y agregó: “La Antártida es fría pero tan maravillosa que hace que la temperatura pase a un segundo plano. Es tan linda que ya estoy pensando en cuándo podré volver al Continente Blanco”. Fuente: diario Uno.