Viernes 18 de Noviembre de 2005, 12:24

El aloe da dividendos en Entre Ríos

| Crecen desde la tierra y vigorosamente. Son casi 20 mil las plantas de aloe que comenzaron producir en un pequeño campo de la ciudad entrerriana de Crespo, luego de tres años de implantadas. Un grupo numeroso de jóvenes, hombres y mujeres, cortan cuidadosamente las hojas que serán parte de un primer embarque de 1.500 kilos con destino europeo.

Guillermo Ruberto y Fabián García implantaron y esperaron, con la paciencia del forestador, el crecimiento y desarrollo del cultivo de aloe en dos variedades. Una planta que ya era utilizada con fines medicinales o alimenticios hace miles de años por las civilizaciones china, sumeria e india, en tiempos anteriores a la era cristiana. Ruberto es un conocido apicultor, acopiador y exportador de miel de la provincia que, junto a García, se planteó esta nueva faceta productiva. “Estamos por hacer una venta de hoja” comenta, mientras observa la recolección que realiza el grupo de trabajadores; “la actividad genera mucha mano de obra" a la hora de recoger la hoja de aloe, apunta, sobre una tarea que ahora, con la cadena comercial aceitada, será de todos los meses. El sol pica fuerte y la mecanización difícilmente reemplace algún día a la mano del hombre. [b]Todo con paciencia[/b] “Si hay que compararlo con algo, es con una pequeña forestación. Hace tres años implantamos y ahora cosechamos. No hay resultados rápidos” aclara Ruberto, apuntando a una de las claves del incipiente negocio: “la existencia de una cadena comercial que permite la salida de la producción”. Las plantas deben desarrollarse para que tenga valor la hoja, así que el nuevo desafío que asumen es crecer “hacia unas tres hectáreas, para proveer a la industria y también a futuros emprendedores”. Por ahora las variedades utilizadas son dos: saponaria y barbadensis ( en menor cantidad), certificadas su calidad por el Ministerio de Agricultura de Santa Fe, provincia que es destino de la producción entrerriana. [b]Para que sirve[/b] Fabián García cuenta los destinos que tiene el aloe: “sirve para la industria cosmética, como elemento para productos alimenticios y para la medicina” explica. En el caso puntual del embarque de 1500 kilos será destinado a la elaboración de suplementos dietarios. “El mercado argentino está reclamando y ya se puede ver en góndolas de supermercados o en farmacias” asegura. García, por su cuenta, trabaja también en la elaboración de un producto propio en el rubro cosmético. [b]Datos para tener en cuenta[/b] La inversión no es muy grande y no exige mucho espacio. El plantín cuesta entre $0,30 y $0,50 centavos y una plantación (para que tenga rentabilidad) lleva 15 a 20 mil plantas. Cada aloe da, cuando llega a la etapa de producción, entre 300 y 500 gramos mensuales, ya que la cosecha se realiza todo el año salvo los meses de invierno (julio y agosto) donde las plantas están aletargadas. El promedio que, estiman, genera una planta adulta es de medio kilo por mes, en tanto que la industria paga entre $ 0,80 centavos y $1 el kilo. Hoy en el país existen dos o tres firmas que han realizado inversiones para abastecer el mercado internacional, con excelentes posibilidades, en tanto que el mercado interno también es demandante del aloe. Fuente: Campo en Acción.