El Consejo de Energía se reunirá este martes

Hoy habrá contactos con la Nación para acordar un plan extendido de ahorro energético, más allá de que el anuncio se oficializaría el martes próximo, cuando se reúne el Consejo Provincial. El espacio físico se irá viendo en función del nivel de receptividad que la iniciativa produzca, pero está confirmado que el Consejo Provincial de Energía se reunirá por primera vez el martes que viene, a las 18, con la presencia del gobernador Jorge Busti y una constelación seguramente generosa de dirigentes de la producción, de representantes de universidades y de funcionarios. Por la importancia del tema, por su alto poder convocante, por los efectos que la crisis ha empezado a generar, es razonable esperar una nutrida asamblea dispuesta a analizar cómo reducir entre un 8 y un 12 % el consumo global, más allá de que las autoridades gubernamentales consultadas prefieren refugiarse en la prudencia, al menos hasta que las confirmaciones vayan teniendo lugar. La idea sería convocar a las entidades de la producción pero también a representantes sectoriales, a fin de que la información circule lo más ágilmente posible, superando la mayor cantidad de mediaciones. Es decir, la Unión Industrial, el Consejo Empresario y la Federación Económica, pero también Apyme, los centros comerciales, cámaras, asociaciones y las comisiones que administran los parques industriales, por citar algunos. No sería extraño que individualmente sean convidados los responsables de ciertos polos industriales, altos demandantes de energía. Otro grupo estaría constituido por los distribuidores, es decir, las 18 cooperativas eléctricas, Enersa, Gas Nea y Redengas. Paralelamente, serían convocados el Colegio de Ingenieros, la Universidad Tecnológica, la Federación de Luz y Fuerza y, claro, el Ente Regulador. Del lado del Estado, las secretarías de Energía y de la Producción, aunque también podría ser invitada la Dirección de Trabajo en virtud de que una línea de acción está referida a la posibilidad de que sean modificadas las jornadas laborales, para evitar la franja de consumo pico, entre las 19 y 23. Nadie quiere hablar del tema en público pero en las charlas informales surge siempre el hecho de que la tarifa es objetivamente barata y, entonces, “no cuesta nada” derrocharla. “La baja tarifa invita a consumir”, señalan. De ese colectivo, hay quienes simplemente señalan el dato, desapasionadamente. Otros le dan una vuelta más al torniquete y consideran que ya es hora de que los sectores mejor posicionados paguen por la energía lo que la energía vale. En concreto, hay quienes sostienen que el “subsidio”, es decir, la energía barata, la tarifa plana, como se quiera llamar, debiera aplicarse para consumos no mayores de 300 Kw. Por encima, la imposición extra. Otra variante es producir un fuerte recargo cuando se supere la barrera de los 600 Kw. Pero por ahora está todo abierto a la discusión. En la práctica, se aplican incrementos en la tarifa según determinadas mesetas, ubicadas en los 200 Kw, 400 Kw y más. Pero es facultad del Ente Regulador fijar estos límites o moverlos, con una simple resolución. Entre los residenciales, se calcula que habrá sólo unos 45.000 usuarios con un consumo mayor a los 600 Kw. Pero, la verdad sea dicha, dentro mismo del Gobierno no se está seguro de producir este sobreprecio. En rigor, la restricción a las industrias continuaría pero no tendría la intensidad actual. Si se reduce la demanda producida por el alumbrado público (piensan en un 25 % de ahorro), se ordenan los turnos para lograr que en los horarios picos los grandes usuarios (privados y estatales) tengan una actividad elemental, se logra que en los hogares se haga un uso racional, medido de la energía (entre un 5 y un 10 % menos) y se limita la demanda en vidrieras y carteles comerciales, el Gobierno tiene la impresión de que se estaría en condiciones de sobrellevar la emergencia. Fuentes: El Diario/Infover.