Martes 12 de Junio de 2007, 22:20

Godoy cuestionó la política monetaria del Gobierno

| El diputado nacional Juan Carlos Lucio Godoy (Concertación Entrerriana) sostuvo que en los tiempos que corren la política monetaria "es ortodoxa como en los ‘90 y peligrosa como en el 2000". Asimismo, cuestionó las discrepancias entre los distintos miembros del gobierno involucrados en el tema y dijo que las mismas "hasta podrían llamarse incoherencias".

El legislador emitió fuertes críticas hacia la gestión de gobierno nacional en una columna de opinión enviada a la redacción de RIEL FM. El Contador Godoy remarcó que en las discusiones sobre economía real y monetaria, se sostiene que hay vivencias similares a las de los ´90. “La base de nuestro pensamiento está primero en que si algo es bastante menos ortodoxo que el resto en economía o en política económica, es lo monetario”, indica el ex intendente de Concepción del Uruguay a lo que agrega que, visualiza claramente las discrepancias del gobierno. Como ejemplo de ello cita la pelea Felisa Miceli y Martín Redrado por el manejo monetario y apunta que en esa situación “cada uno toma el rumbo que más le gusta o le conviene y demuestra hasta qué punto la "independencia" es vulnerable”. Godoy señaló que Martín Redrado "fue un claro operador de los ´90" y "tiene el síndrome de la ortodoxia de esa década" que además es la de la mayoría del mundo. Por ello dijo que el Presidente del Banco Central "hace negocios para esa institución sin importar mucho qué sucede con la economía del país y promoviendo la bicicleta financiera". En ese marco, rescatólos dichos del economista y periodista Marcelo Zlotogwiazda. Éste último, apunta que Redrado garantiza un dólar fijo, una convertibilidad sin ley del Congreso pero sí con la categoría de Ley Económica, una entrada importante de capitales que presionan la inflación y un rendimiento para las deudas que emite el Central con el fin de absorber circulante, que es el cinco por ciento superior al rendimiento en los Estados Unidos y sus bonos estatales. También, asevera que es posible que luego -si es que hay una revaluación del peso, es decir que por ejemplo el dólar valga 2,50 pesos - los mismos que entraron dólares y les dieron tres pesos puedan recomprar al nuevo valor. En ese caso, "el negocio es brillante para los que especulan de nuevo con nuestra moneda", reflexionó. Inmediatamente después, sostiene que "lo peor de todo para la ministro Micelli es que si el peso se revalúa y el dólar llegara a valer menos, se caería toda la ecuación financiera y presupuestaria actual, pues no podría practicar las mismas retenciones". Para Godoy el presupuesto no sería superavitario en la medida de las necesidades del gobierno, no se podría pagar la deuda pública, se pondría en riesgo la credibilidad, financiera y económicamente hablando -sin entrar en lo político- podría iniciarse un proceso altamente complejo y repetido en la Argentina. En ese contexto insta a la ciudadanía a "no olvidar que el 40 por ciento de la deuda pública está ajustada por CER y otro tanto por el crecimiento del PBI y que implica que el crecimiento de la Deuda Externa es mayor que el superávit fiscal". Entonces, concluye en que la deuda empezó a crecer a pesar de la "política de desendeudamiento" que tiene el PEN. A ello agrega que "el Banco Central compra dólares todos los días en el mercado para mantener el tipo de cambio y lo hace con pesos que emite (la maquinita famosa funciona más que nunca)". Luego, según el legislador, para que no haya inflación por exceso de dinero en la calle emite Deudas denominadas Nobac o Lebac y eso ya representa el 43 por ciento del total de las reservas de este banco madre de la Argentina. Por ello desmiente que las reservas se constituyeron sin Deuda -mentira de funcionarios y periodistas que ya cayó por su propio peso- sino que además, debemos aclarar, que estas deudas por títulos que emite el Central están ajustadas por CER (inflación) y eso potencia más aun el endeudamiento para el futuro casi inmediato. Sabrá a esta altura interpretar el lector porqué se "toquetean", de una manera infamante para el intelecto y mucho más para la credibilidad, los índices de precios en el INDEC, constituyendo este elemento uno de los que más nos desacredita no sólo en el país, sino ante el mundo. Es decir, con índices "mentirosos" de inflación no sólo engañamos al pueblo sino también a los acreedores que ven mermados sus activos por esta causa. Pero, ¿saben cuál es la consecuencia? Ahora el gobierno se endeuda en pesos y a tasas fijas y las mismas son superiores al 11 por ciento y por ello mayores a la inflación "oficial". Esto hace sospechar que no sirvió para nada semejante aberración porque se terminan pagando según el mercado, que da por sentado que lo del INDEC es una mentira. Por todo esto decimos que estamos como en los ´90, continúa Godoy. Y enumera: "Ortodoxia. Bicicleta financiera. ¿Su causa? Esencialmente estamos ante una nueva convertibilidad, aquella decía que el dólar y el peso valían iguales y se hizo por medio de una ley. Esta dice que cada dólar vale tres pesos y no lo dice una ley del Congreso sino una regla de funcionamiento económico que suple a cualquier Ley". En ese marco, considera que las leyes en la Argentina sufren de un proceso de devaluación que es mayor que la que ya tuvo el peso. Una prueba de ello es haber dicho "el que puso dólares cobra dólares" y eso se incumplió. O antes, cuando se escribió una ley que habló de intangibilidad de los depósitos y más de un argentino todavía no los recuperó después del default. En definitiva, el legislador llamó a que "se tome con mas seriedad lo Monetario porque "aunque lo real esté fantástico, al decir de muchos gobernadores y oficialistas, si la bicicleta se instala y la idea es que el dólar no se modifique y la maquinita no para, ¿quien sabe cuál es el final de esto?", repregunta. Todos los expertos dicen que se está bien siempre que las condiciones no cambien. Y la pregunta es entonces qué o quién hace cambiar las condiciones. O las cambia el gobierno, tomando otro camino, o las cambiará el mercado y es de esperar que sea con suavidad. No obstante, asegura que lo peor sería que cambiaran las condiciones por sucesivas derrotas electorales que demostrarían que una cosa es votar en verano, en vacaciones, como en Entre Ríos y otra votar cuando hay que comprar y vender todos los días para sobrevivir y eso siempre sucede a partir de abril en la Argentina. "El deseo, mi deseo, el de los argentinos, cada vez más volátiles y más dinámicos, es que la movida sea suave. Si no fuera así, pobre de nosotros, una vez más", concluye.