Sábado 3 de Febrero de 2007, 13:30

Graves denuncias de los vecinos contra el director del hospital

GILBERT | Habitantes de la vecina localidad, despojado de temores, decidieron hablar y con impotencia, varios vecinos -humildes todos- contaron historias muy duras que viven cada vez que algún miembro de la familia se enferma y debe caer, inevitablemente, al hospital "Santa María", aún sabiendo que allí nunca encuentran solución y empieza el peregrinaje parta conseguir atención y medicamentos.

El blanco de todas las denuncias de los vecinos es el director del hospital "Santa María", Dr. Simón Gorena. Un médico jujeño que recaló en Gilbert hace 20 años, aunque nadie sabe bien de qué manera. La historia no es nueva, de hecho la doctora Marta Charadía, coordinadora de Salud del Departamento Gualeguaychú, en la nota publicada el día 25 de enero por diario El Día confirmó: “hace tres años que mi objetivo es solucionar ese problema de Gilbert, primero porque yo voy a atender a Gilbert y conozco la realidad de la gente”, para luego enumerar una serie de irregularidades relacionadas, por ejemplo, con la implementación del Programa Remediar o el Plan Nutricional. La gravedad de los hechos relatados por la familia Portillo en su peregrinar rogando a Gorena atención médica, medicamentos y medios de transporte, cuando intentaban salvar la vida de cada uno de los tres pequeños que luego murieron, se repitieron una y otra vez en numerosos vecinos. El común denominador de los protagonistas es su situación social. “Caen” al hospital porque no tienen medios para pretender atención médica en un consultorio privado. Entonces, como siempre, el hilo se corta por lo más delgado. No tienen obra social, no tienen dinero para pagar consultas privadas, no tienen atención médica estatal cuando la necesitan, no tiene dinero para comprar remedios, no se los dan cuando van a pedirlos al Hospital y menos si la receta fue confeccionada por médicos de los hospitales de Basavilbaso y Urdinarrain, lugares donde terminan atendiéndose los vecinos menos pudientes de Gilbert y si esto fuera poco, cuando logran que Gorena los vea, muchos de ellos son “retados” y destratados por el médico. [b]“¿Usted qué piensa que tiene”[/b] Una vecina de Gilbert relató que un día fue atenderse con el médico Gorena, aquejada por dolores abdominales. El doctor, luego de hacerlas pasar a su consultorio y atenderla amablemente - ella opina que se debe a su condición social: trabaja en el Estado-, sin revisarla, le preguntó que le pasaba. La mujer le informó que tenía fuertes dolores abdominales, y continuó el siguiente diálogo: - ¿Usted que piensa que tiene? - Creo que puedo tener gastritis, por el dolor. - Bien, entonces le voy a dar estos medicamentos…. En ningún momento la acostó en la camilla, ni la revisó. Final de la historia: la mujer siguió sufriendo esos dolores hasta que su esposo la trasladó a Urdinarrain, donde inmediatamente le practicaron distintos estudios que concluyeron en la presencia de piedras en la vesícula y fue operada a las pocas horas. Otra mujer vecina de Gilbert, a la cual le fue extirpado un pecho en el hospital de Basavilbaso, se le indicaron curaciones. Fue así que concurrió al hospital y, si bien refunfuñando Gorena la curó, no dejó de quejarse porque los médicos le envían a hacer ese trabajo, diciendo “qué se cree, que soy su peón?”, como lo ha repetido a cada uno de los pacientes que les envían de los hospitales a curarse o a realizar otras atenciones y por las cuales no se justifica que los vecinos viajen 20 o 30 kilómetros. [b]Un matrimonio se animó y denunció a Gorena[/b] Paralelamente a lo que pueda instruirse administrativamente en la Secretaría de Salud de la provincia, un matrimonio, harto de las situaciones que debieron vivir en el Hospital, decidieron presentarse en la comisaría del pueblo y radicar una denuncia. Sonia Parodi de Olivera y Miguel Olivera debieron trasladarse a Basavilbaso con su hijita de 3 años que se había hecho un tajo profundo en su pierna, porque el médico Gorena se negó a atenderla, o mejor dicho, les dijo que la llevaran al otro día. “La llevé al médico de acá, al doctor Gorena. La enfermera me hizo pasar y fue a avisarle a él. Después volvió y me dijo que la iba a curar; yo le pregunté por qué, que la nena necesitaba por lo menos tres puntos por la herida que tenía y la enfermera me dijo que ya le había dicho a Gorena que la herida era profunda, pero que él le dijo que la trajera al otro día”, relató Sonia. “¿Cómo que la traiga mañana, hay que coserla a sangre fría? Me dio tanta bronca, que esperé que la curaran, busqué a Miguel y llevamos a la nena a Basavilbaso. Allá nos atendieron en un segundo, la curaron y le pegaron la herida con la gotita”, contó ahogada, recordando la angustia vivida ese día. La médica que atendió a la chiquita les informó que la herida no era de importancia y que podía haber sido atendida en Gilbert. Fue entonces que el matrimonio relató lo que les había pasado en el hospital "Santa María" y les solicitó consejo sobre lo que podían hacer para que no vuelva a sucederle a otra persona. La médica les sugirió que hicieran una denuncia y así lo hicieron. Pero esa no fue la única experiencia vivida por los Olivera. Otra de las hijas del matrimonio comenzó a tener tos muy fuerte. Gorena les indicó que era sólo un pequeño catarro, aunque la nena tenía reiterados picos de fiebre de 40º. “Aguanté un día o dos días, viajamos a Basavilbaso, la atendió la doctora Belloqui y le hicieron placas. La nena estaba con bronquitis y tenía manchas en un pulmón, signo ya de neumonía. La internaron, me dieron los medicamentos, porque según me dicen acá, no hay”. [b]Esqueleto de hospital[/b] El tema de los medicamentos es una de las cuestiones más graves en este cuadro de situación y el último paso que siempre queda frustrado por la negativa de Gorena a entregar los remedios. El médico, que no cuenta con nada de lo indispensable como para que ese edificio siga llamándose “hospital” -si hasta las salitas de primeros auxilios de cualquier ciudad están mejor equipadas-, excepto que sean dolencias menores, deriva a todos los pacientes a Basavilbaso, Urdinarrain o a los hospitales de mayor complejidad, como el de Gualeguaychú. Claro que la gente debe arreglárselas para conseguir en que viajar, buscar a un remisero amigo que le haga precio o un vecino que le haga la gauchada, como lo hizo Miguel Olivera con la chiquita Portillo que falleció el 11 de septiembre. Él recuerda bien cuando vio a la enfermera con la niña en brazos salir del Hospital Santa María, sin el médico que contenga a la madre, que la ayude, que la acompañe. Y así se fue a llevarlas al hospital de Gualeguaychú. Pero Gilbert no tiene ambulancia, no porque se haya atrasado un trámite, que según Gorena le informó a los colegas de diario El Día, está en la Secretaría de Salud. Otro vecino, Julio, nos contó que hace aproximadamente cuatro años, “junto a Armando y Horacio le propusimos al doctor (Gorena) y al intendente (Jorge Holzman) arreglar la ambulancia, la mano de obra gratis; había que cambiar las cuatro gomas, -que eran nuevas pero se habían podrido por estar tiradas ahí-, la batería y hacerle los frenos. Eso es lo único que había que arreglar y no quisieron”, confió. Con los medicamentos la gente sufre. No tiene dinero para comprarlos y en el hospital se los niegan. Aseguran las mamás que en varias oportunidades, cuando logran conseguir que Gorena les de los remedios, les advierte que luego tienen que reponerlos. Una locura. Dado que la gente recibe la atención finalmente en Basavilbaso o Urdinarrain, es desde allí donde llegan al Santa María con las recetas para retirar los medicamentos, porque corresponde, ya que pertenecen las tres localidades a una misma partida. Allí es donde encuentran el mayor escollo: se les niega el medicamento aduciendo que debe ser entregado donde fue atendido el paciente. Entonces, la pregunta de los vecinos se vuelve inevitable: ¿dónde están los remedios que le llegan para nosotros? Para eso no hay respuesta. Aunque algunos comentan por lo bajo que el fuerte olor de la quema que han hecho en los fondos del Hogar de Menores no era de pasto. [b]¿Hospital o geriátrico?[/b] El hospital de Gilbert funciona como una suerte de geriátrico. Allí tienen residencia muchos abuelos y abuelas afiliados a PAMI. En realidad pareciera ser la real función del nosocomio. Pero ni ellos se salvan. Julio Ayala le contó a diario El Día que “a una mujer de 90 y pico de años, Juanita, la tuvo quebrada durante 42 días. La cargaron en el auto, la llevaban al hospital para hacerle no sé que estudio y la abuela lloraba en el auto. Cuando llegó a Urdinarrain se enteraron que estaba quebrada, se había caído hacía 42 días. Y ahora hay un hermano que la mujer se encarga de eso, pide que le saquen la placa a la pierna, que le den la autorización, ella lo lleva. Esta semana que pasó le contestó ‘¿vos sos el médico o yo soy el médico?’. Y Julio sigue desgranando historias, y se le superponen las voces de los otros vecinos sumando datos y desgracias vividas. En Gilbert no piden nada extraordinario, piden atención de la salud, un derecho, una obligación del Estado. Si realmente desde la Secretaría de Salud se está evaluando una solución para Gilbert, ésta debe llegar hoy, no mañana. Lamentablemente los argentinos estamos mal acostumbrados a actuar sobre las crisis, buscamos soluciones en lugar de evitar los problemas. Éste, el caso de la atención de la salud en Gilbert, como otro delicado tema sobre un posible delito penal que se estaría cometiendo en cada zona donde se fumiga irresponsablemente con agroquímicos y que publicaremos en nuestra edición de mañana deberán, por el bien de todos y sobre todo de los que menos prensa tienen, encabezar la carpeta de las prioridades del gobierno. En el caso del Hospital Santa María de Gilbert se necesita sólo decisión política, por lo que es de esperar que en la medida que las autoridades conozcan a ciencia cierta lo que padecen sus representados en Gilbert, para lo que la presente investigación servirá de muestra, se tomen las medidas urgentes y necesarias que devuelvan uno de los derechos fundamentales de la gente. Fuente: Estela Gigena de la redaccón de diario El Día.