Lunes 2 de Abril de 2007, 15:01

Gualeguay padece la mayor catástrofe natural de su historia

| Centenares de evacuados y autoevacuados, y miles de afectados es el saldo provisional de las históricas inundaciones que afectan Gualeguay desde el martes. La cantidad provisoria de evacuados superaba los 1.000, aunque el número total de damnificados se acercaba, de acuerdo a los cálculos de Bomberos Voluntarios, a los 10.000.

Los afectados de la zona norte y este de la ciudad se contaban por miles, complicándose la llegada de asistencia ya que mucha gente optó por quedarse en sus casas, cuidando sus bienes y permaneciendo, en algunos casos, más de 48 horas sin recibir ayuda. Entre el martes y el miércoles cayeron en la zona más de 400 milímetros, lo que provocó el desborde del Arroyo Clé. Toda esa masa de agua bajó sobre el norte de la ciudad, cortando la Ruta 11 e inundando lo que encontraba a su paso. La Avenida Illia se convirtió en una catarata, que desbordó el Barrio Pancho Ramírez, la zona de la Terminal, y a ambos lados de Avenida Soberanía. Barrio Norte, alrededor de la Comisaría La Tablada y buena parte del Segundo Cuartel quedaron bajo agua. Desde el miércoles a la madrugada las calles Paraná y Matorras se convirtieron en un verdadero río, del que ni siquiera se salvó la planta del Frigorífico Soychú. También los Barrios Hipódromo, 9 de Julio, 25 de Mayo, Plan Evita, Tiro Federal se vieron severamente afectados. La Terminal de Ómnibus llegó a tener 30 centímetros en su interior, quedando fuera de servicio y viéndose interrumpido el transporte. Comercios, casas particulares, y hasta las estaciones de servicio de la zona sufrieron los embates del temporal. Ni siquiera la planta de la ex tecnoalimentaria pudo salvarse, viéndose también cubiertas sus instalaciones. El miércoles, y en medio de la emergencia, el intendente José Jodor se reunió con los concejales, quienes aprobaron en tiempo relámpago una resolución solicitando a la provincia y a la Nación la agilización de los trámites tendientes a financiar el proyecto del canal periurbano, que permitirá solucionar y evitar que catástrofes como la actual se repitan. A última hora, y en ocasión de su visita a la ciudad, el gobernador Busti anunció que ya remitió a la Nación el proyecto de declaración aprobado en el Concejo Deliberante, igual que la creación de un fondo especial de ayuda para paliar las consecuencias del desastre (ver aparte). Horas después de sucedidos los primeros desbordes la ayuda, lenta, empezó a llegar a Gualeguay. Un par de camiones Unimog del Ejército, un bote neumático y cuatro canoas trabajan desde el viernes en los lugares más castigados. También la instalación de dos cocinas de campaña permitió auxiliar a centenares de personas. Tanto la Nación, a través de Desarrollo Social como la provincia, enviaron camiones cargados de colchones y frazadas y el propio mandatario entrerriano confirmó que llegarán 1.100 módulos alimentarios. La UOM de Zárate-Campana también envió una ambulancia y colaboración, al igual que otras localidades en las que se organizaron colectas solidarias como General Galarza con un camión repleto de ayuda y Enrique Carbó. Simultáneamente se organizan colectas en la Casa de Entre Ríos en Buenos Aires y en el Centro de Residentes de Gualeguay en Paraná. Eso sin contar las miles de colaboraciones particulares que fueron apareciendo con el transcurso de las horas. Si bien confusa al principio, la organización de la asistencia a los evacuados, autoevacuados y afectados empezó a ordenarse 48 horas después de ocurrido el desastre. El Comité de Emergencia, con base en Bomberos Voluntarios, se dedicó a recibir los alimentos y de asistir a los que no querían abandonar sus viviendas o habían quedado aislados. Para eso recibieron la colaboración de la Prefectura, la Gendarmería y el propio Ejército. Desde Acción Social de la Municipalidad en tanto se centraron en la asistencia a los centros de evacuados. El sábado a última hora había alrededor de 1.000 personas alojadas entre los clubes Gualeguay Central, Sociedad Sportiva, las escuelas Comercio, Roberto Beracochea, la Julio A. Broches, la Nro 68, el Comité de la UCR y el Sindicato de la Carne. Eso sin contar las decenas de hogares particulares que abrieron sus puertas para alojar gente. La movilización de las entidades intermedias a través del Comité de Emergencia también fue conmovedora. Cruz Roja, Defensa Civil, Cáritas de las Parroquias San José, San Antonio y Pompeya, los boy scouts, establecimientos educativos, colegios profesionales, la Sociedad Rural, entre otras entidades buscaron canalizar la ayuda y promoverla. El Grupo Amistad, a través de su comedor María Inmaculada, dio de comer a 1.000 personas por día, tratando de llegar a la mayor cantidad de barrios posibles. Los vecinos comunes hicieron llegar sus donaciones en forma personal a los distintos centros de evacuados, Bomberos, Acción Social y también a LT38 que se convirtió en epicentro a la hora de, no sólo contar lo que estaba pasando, sino también buscar ordenar y canalizar toda la ayuda recibida. El miércoles durante el día, la madrugada del jueves y las primeras horas del sábado fueron los momentos más aciagos. Miles de gualeguayenses pasaron la noche con varios centímetros de agua en sus casas, sin luz y casi sin ayuda. ENERSA, había resuelto además, por precaución, desde el martes a la noche dejar sin suministro de energía eléctrica las zonas más castigadas. Al cierre de esta edición todavía son muchos los hogares que ya llevan más de 4 días sin luz. Casi como un sino, también la tragedia se hizo presente. El miércoles, alrededor de las 18, la policía encontró el cadáver de Carlos Enrique Campagnola (69) flotando en su casa de calle Carbó. El hombre, que vivía solo, habría fallecido por asfixia por inmersión, según determinó la médica policial. El agua en su casa llegó a tener un metro de altura. Ayer sábado, y después de un nuevo pico registrado en las primeras horas a raiz de la lluvia torrencial del viernes, el agua, lentamente comenzó a descender. Con ella la desesperación de la gente que seguía pidiendo bolsas de arena o lo que fuera para tratar de evitar que el agua entrara en sus casas. En varios lugares, la situación se agravó notablemente cuando las cloacas comenzaron a rebalsar, dejando la situación sanitaria en estado de alerta roja. Fuente: Gualeguay al Día.