Hoy asambleistas repartirán folletos sobre la ruta 14

La medida de acción directa, aclararon desde la Asamblea, no implica en absoluto un corte de ruta ni un obstáculo al tránsito vehicular; sino la simple entrega de material informativo para aquellos que quieran recepcionarlo. “Pese a todos estos años de conflicto, entendemos que todavía puede existir muchas personas que no entienden bien por qué nos oponemos a las plantas de celulosas y por qué advertimos que cambiarán nuestro entorno. Por eso, decidimos aprovechando el fin de semana largo, para realizar esta campaña de concientización”, indicaron desde la Asamblea. Por otra parte, el 24 de agosto partirá desde Gualeguaychú una delegación hacia Buenos Aires, con el objetivo de manifestarse en principio frente a las representaciones diplomáticas de Finlandia, Uruguay y España. Para ello, han contratado dos colectivos de larga distancia, cuyos asientos ya están completados, aunque se sigue inscribiendo como suplentes en la Casa de la Cultura a aquellos que quieran sumarse en el “escrache” a las embajadas. La idea es que el 24 a las 11 todos puedan concentrarse frente a la embajada de Finlandia, para manifestar su rechazo a los emprendimientos de Botnia en Fray Bentos y expresar -una vez más- su malestar por la falta de consulta a la ciudadanía sobre la instalación de la mega industria. Desde la embajada de Finlandia se sostuvo que su país “siempre está abierto al diálogo” en favor de que las partes en pugna en el conflicto por las papeleras lleguen a un entendimiento; y aclaró que la iniciativa que desarrolla la compañía Botnia en Fray Bentos “se trata de un emprendimiento privado, no gubernamental”. “Sabemos que la próxima semana vendrán a manifestar su posición, pues no tenemos problemas en recibirlos y dialogar, pero claro, con una solicitud de audiencia para que podamos atenderlos como corresponde”, indicó la vocera de esa embajada. La presión ciudadana ha sido siempre una herramienta formidable para que las partes involucradas -empresas, gobiernos y entidades financieras internacionales- tengan oportunidades de reaccionar sobre una iniciativa que causa más temor y rechazo que aceptación y seguridades. Justamente, la movilización social es lo que más ha temido la empresa Botnia y el gobierno finlandés, que puertas adentro sostienen como relevante la llamada licencia social, pero que -por lo demostrado en esta región- soslayan la opinión ciudadana. “Por lo visto, ellos hacen una cosa en su país de origen y otra muy distinta en otras latitudes”, es la percepción generalizada en Entre Ríos y Argentina. El malestar ciudadano también refleja la incomprensión de las autoridades uruguayas, que todavía no han logrado exhibir un estudio de impacto ambiental acumulativo, transfronterizo e independiente, pese a la intensidad del conflicto que llegó hasta la Corte Internacional de Justicia de La Haya. “El presidente Tabaré Vázquez fue impotente para lograr que las plantas se paralizaran por 90 días con el objetivo de realizar un estudio de impacto ambiental. La empresa le dijo que esa medida no era necesaria. Pero aún así, tampoco han realizado el estudio y ni siquiera cuentan con información sobre el diseño de la planta”, es el razonamiento que forma parte del malestar ciudadano, informó diario El Argentino.