Lunes 11 de Junio de 2007, 10:59

Hoy desalojan la tradicional confitería RyS

| Este lunes a las 10 de la mañana, la tradicional confitería -declarada "sitio de interés cultural y de preservación arquitectónica" por el Concejo Deliberante de Concepción del Uruguay- deberá ser desalojada, varios meses después del remate en el que, ante la preocupación de buena parte de la ciudadanía uruguayense, la propiedad fue subastada en un valor total superior al millón de pesos.

A mediados del año pasado, el remate de la esquina donde funciona la tradicional confitería -declarada "sitio de interés cultural y de preservación arquitectónica" por el Concejo Deliberante de Concepción del Uruguay- provocó gran preocupación en buena parte de la ciudadanía uruguayense. Finalmente la propiedad fue subastada y comprada por dos inversores diferentes, por un valor total superior al millón de pesos. Ahora, diez meses después, el Colegio de Ingenieros -comprador de la esquina- desalojó a los ocupantes, de manera que el cierre del simbólico lugar será un hecho a partir de este lunes 11 de junio de 2007. Carlos Máximo Acosta es el abogado que asesora al grupo de ex empleados de la confitería que está al frente del emprendimiento desde 2005. Este sábado confirmó que hoy lunes a las 10 de la mañana se efectivizará el desalojo. También dijo que hay posibilidades de acordar algo a futuro, pero que por lo pronto y en lo inmediato, la tradicional confitería RyS, un símbolo de la ciudad, ya no va a existir más: «La vamos a luchar con los empleados solos, como siempre», añadió. Al mediodía del sábado, las caras de los empleados lo decían todo. La carta documento recibida el jueves era terminante y no hubo chances para evitar el desenlace. En estos últimos días ni siquiera se renovó la mercadería, ante la certeza del cierre. [b]UN POCO DE HISTORIA[/b] "Vinieron a comprar barato / cosas que no tienen precio..." dice la conocida poesía El remate. Pero sí tenía precio: más de un millón de pesos fue lo que costó el inmueble, fraccionado en dos lotes, de la esquina "de los generales" (es el cruce de las calles Urquiza y Galarza), la esquina que durante más de tres décadas cobijó a la confitería RyS y antes a sus predecesoras, El Nacional y La Ramírez. No hubo forma de detener un proceso que aparecía como irreversible, pese a los denodados esfuerzos (a veces temerarios) de un letrado entusiasta y sanguíneo como lo es Acosta. El edificio fue subastado el lunes 14 de agosto de 2006 en los pasillos del Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 1. El martillero Jorge Sapo Lacava adjudicó los dos lotes en disputa por 210 mil pesos y 840 mil pesos, respectivamente. La fracción menor del terreno fue adquirida por Armando Darío Garin, el controvertido ex delegado argentino en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), eyectado de allí por el bustismo aprovechando las críticas ambientalistas a la actuación de ese organismo. El otro lote lo compró la Caja de Previsión de los Profesionales de la Ingeniería de Entre Ríos, cuyo representante en la ocasión fue Ricardo Argüello. El hombre es además asesor de la Unidad de Servicios Públicos del Municipio. Argüello dialogó brevemente con el cronista de este semanario acerca del futuro del comercio y -por consiguiente- de los empleados de la confitería, quienes hasta la misma mañana del lunes intentaron detener el remate. El profesional dijo que era apresurado emitir alguna opinión y que será la conducción del órgano colegiado la que decidirá sobre qué se hará en el lugar. Sin embargo, dio su opinión: "Hasta que no se determine el destino de la esquina, creería que no habría problemas en alquilarles el lugar a los empleados para que éstos sigan trabajando", agregó. En efecto, durante diez meses se mantuvo el acuerdo para que la RyS siguiera existiendo, prestando su conocida atención durante casi todo el día, y aportando espectáculos artísticos y musicales a la nutrida noche uruguayense. Unos días antes, se había realizado una audiencia de conciliación convocada por el juez que entendía en las distintas acciones legales en vinculación con la confitería RyS: el concurso de quiebra de la sociedad Rodríguez y Spada y la subasta judicial de la propiedad donde funciona el comercio, arrendado desde 2005 a Abel Rodríguez por parte de tres ex empleados, quienes a su vez emplean al resto del personal. La audiencia duró algo más de dos horas y fue un intento del juez Carlos Luis Angel Dieci, titular del Juzgado Civil y Comercial 1 de Concepción del Uruguay, por buscar soluciones en una causa cruzada por intereses legítimos de los distintos actores, y en parte por el simbolismo del lugar, un tradicional espacio de confluencia ciudadana. En ese último intento por encontrar un acuerdo, estuvieron presentes el apoderado de los propietarios del inmueble -la familia Caprile- el abogado Lucilo López Meyer; por los arrendatarios, Marcos Comte y el abogado Carlos Máximo Acosta; la representante de Abel Rodríguez y la sucesión de Albino Spada, doctora Cristina Olivera; y la síndico Mónica Terranova, con su abogado Martín Herrera. Las alternativas que se barajaron para salvar el comercio -que desde 2005 estaba en manos de tres ex empleados de Abel Rodríguez que le arrendaron la RyS ante su decisión de retirarse, agobiado por las deudas- fueron esfumándose una a una: - se habló de la transformación de la empresa en cooperativa, ahora sí en manos de los 22 empleados; - se soñó con un posible respaldo crediticio del Estado en alguno de sus niveles, e incluso se habló con distintos funcionarios y representantes, como el diputado José Lauritto; - se barajó la posibilidad de crear una suerte de fideicomiso para reunir, con aportes de ciudadanos, el dinero que permita en el peor de los casos volver a frenar la subasta, pero aspirando a comprar la esquina, depositando la suma base de la subasta y la comisión del martillero. En definitiva, a todas se las llevó el paso del tiempo, y se aterrizó de nuevo en la triste realidad que se avecinaba: que el desalojo aparecía como irreversible. Durante estos meses, el grupo de empleados de la RyS mantuvo la intención de constituirse como cooperativa, seguir con el nombre tradicional y avanzar en la búsqueda de un lugar en donde seguir funcionando. Saben que no será lo mismo, pero la posibilidad de encontrar otro ámbito sigue vigente. [b]PREOCUPACIÓN CIUDADANA[/b] El malestar y la desazón de los uruguayenses ante la sopresiva noticia fueron notorios. Hay que decir que la RyS es, para el vecino de La Histórica, mucho más que una confitería: si se tienen en cuenta las confiterías anteriores, El Nacional y La Ramírez, bases de la actual, se trata de décadas de tradición. En ese ámbito, por otro lado, transcurre buena parte de la vida política, social y cultural de la ciudad. Allí se presentaron artistas locales y de renombre nacional durante años, allí se realizan tradicionalmente conferencias de prensa de eventos deportivos, artísticos, culturales y políticos, con una apertura de miras que siempre se mantuvo incólume, en cualquier circunstancia. Son incontables los grupos de amigos habitués de reunirse en la RyS de manera periódica, así como es el lugar de paso obligado para todos aquellos hijos de la ciudad que retornan, así sea por unas horas, a su lugar de origen. Cuando el Concejo Deliberante local declaró "sitio de interés cultural y de preservación arquitectónica" el local de la RyS, fundamentó esa decisión en varios argumentos, entre ellos, calificando a la confitería como "un ámbito de encuentro, de relaciones sociales, de fuertes tradiciones de varias generaciones de uruguayenses, y que hace a la idiosincracia cultural de nuestra histórica comunidad". En el mismo sentido, argumentaron también: "La misma es considerada por este honorable cuerpo como de carácter notable, por tratarse de un ámbito en el que se han expresado hombres y mujeres de la cultura, de la política, de la música, de la intelectualidad". Por estos motivos, y siguiendo la línea de tratar de impedir el remate del local, declararon "al inmueble ocupado por la Confitería RyS sitio de interés cultural y de preservación arquitectónica para la ciudad de Concepción del Uruguay". Igualmente, solicitaron "la conservación de diseños y materiales en cuanto a su fachada, sin que se modifiquen o reemplacen las relaciones sociales preexistentes que se desarrollan en dicho local". Fuente: Américo Schvartzman.