Lunes 5 de Diciembre de 2005, 13:42

INTENDENTE REALIZÓ DISPAROS DENTRO DE UN CABARET

| El intendente de San José, Eduardo Jourdán (PJ) habría efectuado dos disparos de arma de fuego dentro de una conocida wiskeria de su pueblo, ubicada sobre la ruta 14 en cercanías del acceso a esa ciudad, al intentar retirarse del lugar sin pagar.

El intendente Jourdán, acompañado de su custodia personal y un grupo de amigos, concurrieron en horas de la madrugada del pasado viernes, a la Wiskeria denominada "Cinco Comentarios" de esa ciudad. El intendente en aparente estado de ebriedad y en forma muy "alterada" comenzó a discutir con los dueños del lugar por la supuesta falta de atención que recibía, recriminando que en oportunidades anteriores también no había sido bien atendido, informó el sitio digital de radio Lt 14. Superado este primer inconveniente, el intendente siguió disfrutando de la noche, consumiendo y haciendo uso de todos los servicios que ese lugar brinda, la velada transcurría con tranquilidad hasta que el grupo comenzó a despedirse de los parroquianos, que en gran número se encontraban en el lugar, y al momento de que su partida, una de los empleados de la casa le preguntó al jefe comunal, quién se haría cargo de la cuenta y los gastos por los servicios, a lo que respondió que nadie pagaría, que él era el intendente del pueblo y que "pagaba en los lugares que él quería o los clausuraba", hecho éste que al parecen es historia conocida y se viene repitiendo en distintas confiterías y locales nocturnos de la ciudad. La discusión por el episodio sacó de sí al mandatario que se dirigió a su auto y extrajo un arma de fuego de calibre 38, que habitualmente porta y volvió a ingresar al local efectuando dos disparos de fuego cuyos orificios de salida quedaron marcados en el techo, para retirarse diciendo ante la perplejidad de los presentes: "Que quede claro quien es el que manda en este pueblo". Esto provocó la retirada del lugar no solo de los clientes que se encontraban en el, sino del intendente y su grupo de custodios armados, que en esta oportunidad se vieron sorprendidos por su jefe, al no tener que usar ellos las armas.