| El ochenta por ciento de los niños argentinos tiene o ha tenido piojos en algún momento de su vida, según un relevamiento nacional.
Los piojos se contagian mediante el contacto directo, que es mucho más frecuente entre niños debido a la naturaleza de sus juegos y a las costumbres de vida en grupo propias de esa edad.
Los piojos desarrollan resistencia a los distintos productos que se ofrecen para combatirlos, de modo que es preciso ir cambiando de tanto en tanto de piojicidas, ya que llega el momento de que uno que era efectivo deja de serlo.
Los piojos son parásitos que acompañaron a la humanidad durante siglos, hasta que se invento el DDT en la década de los 40 del siglo veinte. Entonces, las ciudades fueron fumigadas con el insecticida desde aviones y los piojos, las chinches y las pulgas desaparecieron.
Pero luego se cayó en la cuenta de la extrema peligrosidad de ese producto, que fue prohibido no sin antes quedar depositado para siempre en los huesos de los que recibieron aquellas pulverizaciones.
Ahora, los piojos han vuelto, porque los productos con que se los combate son incomparablemente menos efectivos que el DDT.
Fuente: AIM.
