Sábado 26 de Mayo de 2007, 16:09

La reforma política quedaría para la Convención d

| Varios legisladores plantean diferencias con algunos puntos del proyecto que esta semana fue aprobado en general, por lo que la tan anunciada reforma política se concretaría en el marco de la Convención Constituyente, que comenzará a sesionar a fines de enero de 2008 con el objetivo de actualizar el texto constitucional de 1933. Quienes sostuvieron esta posición dentro del bloque prefirieron la reserva de su identidad hasta que se avance en un acuerdo que involucre a todo el oficialismo.

El asunto es delicado, en tanto puede exponer a los diputados del oficialismo como hombres de palabra frágil, sin mucho respeto hacia los acuerdos políticos. Un perfil poco aconsejable para la imagen de quienes pretenden postularse como convencionales. Pero, a esta altura, argumentan que el voto del proyecto en general no se debió tanto al compromiso público asumido con los legisladores de la Concertación Entrerriana —que habían planteado la aprobación de la iniciativa como condición para avalar la reforma constitucional— como al hecho de que no pueden votar en contra de una reforma con la que, en principio, dicen estar de acuerdo. Por eso el voto en general, explican, pero “de nada sirve votar hoy un maquillaje de reforma cuando tenemos la posibilidad de hacer una reforma profunda, en serio, en el marco de la Convención”, comentó un diputado que habitualmente está al tanto de la línea política que baja el Gobierno en la Legislatura. [b]Reforma “acotada”[/b] El proyecto aprobado en general dispone cuatro reformas: 1) que no haya más del 70 % de candidatos de un mismo sexo en las listas, 2) separar la boleta sábana en categorías de cargos: un cuerpo con los nacionales, otro con los provinciales y otro con los municipales, 3) transparentar el financiamiento de los partidos políticos, en sintonía con la legislación nacional, y 4) permitir que los candidatos a gobernador y a intendentes puedan pegar hasta tres listas sábanas de postulantes a diputados provinciales y concejales, respectivamente. En el oficialismo se argumenta que se trata de una reforma “muy acotada”, si se la compara con el horizonte de modificaciones que se abre en la reforma constitucional: desde habilitar a los municipios que se fijen su propio cronograma electoral, hasta eliminar las listas (no las boletas) sábanas de diputados y concejales. Aseguran que en el bloque del oficialismo hay voluntad de consenso, pero que son muchos los “temas abiertos” y si el proyecto se sometía a votación en particular “lo iban a rechazar porque son más las disidencias que las coincidencias”. En principio, el punto más cuestionado es el número 4, al que se considera como una ley de lemas encubierta. “Al justicialismo circunstancialmente le convendría, pero esto apunta a la fragmentación de los partidos”, sostuvo un diputado del oficialismo. Pero además hay una resistencia difícil de calcular en votos a la separación de la boleta sábana, expresada en el recinto por el diputado Julio Aldaz (ver recuadro), y no está claro si hay voluntad de que el cupo esté en vigencia a la hora de elegir convencionales, algo que garantizaría que un 30 % de la asamblea reformadora de enero sea femenina. En lo que nadie duda es en la necesidad de transparentar los gastos de la política. ¿Acaso algún diputado tendría margen para oponerse? [b]Algunas propuestas[/b] Fuera de la bancada del oficialismo, aunque también de identidad justicialista, el diputado Daniel Bescos planteó en el recinto que el proyecto de ley que declara la necesidad de reforma de la Constitución habilita a los convencionales a dar rango constitucional a muchos de los aspectos que se plantean como reforma política. Entre ellos, mencionó: • Establecer una cláusula de participación popular que garantice la democracia participativa. • Dictar normas de reconocimiento de los partidos políticos como instituciones del sistema democrático. • Incorporar los principios de equidad de género y de no discriminación. • Incorporar instrumentos de democracia semidirecta o participativa, como la iniciativa popular, la consulta popular, o la revocatoria de mandatos. • Otorgar mayor autonomía, funciones y desarrollo al Tribunal Electoral Provincial. • Incorporar una acción directa de inconstitucionalidad. • Otorgar poder constituyente a los municipios. • Incorporar el sistema de ballotagge. • Incorporar el sistema de enmienda. [b]A favor de la sábana[/b] El diputado Julio César Aldaz fue en la sesión pasada quien puso la cara por lo que —asegura— muchos no se atreven, a pesar de estar de acuerdo: oponerse a la tan mentada eliminación de la boleta sábana. “Es una posición personal, pero hay muchos que piensan lo mismo, no sólo en el justicialismo, sino también en el radicalismo”, aseguró a esta Hoja el legislador justicialista. “Por ahí no se animan a decirlo porque no queda bien, no es progre, uno puede quedar pegado a la idea de la vieja política, pero muchos me llamaron para manifestar su adhesión, porque entienden que se trata de fortalecer los partidos”, agregó. “Si la representatividad está en crisis no es por la lista sábana, sino porque no cumplimos con las promesas electorales”, distinguió. “Por qué tenemos que llevar candidatos separados a gobernador y vice por un lado, intendentes por el otro, si somos un partido nacional. Me parece una reforma hecha para minorías circunstanciales”. “Estas fragmentaciones que no son ingenuas ni tontas —continuó Aldaz— apuntan a un modelo, la desaparición de los partidos políticos”, que “son los que garantizan fortaleza, compromiso político y contrato social, de lo contrario sería una lucha desigual, sería la lucha de los candidatos ricos contra los pobres, o de candidatos de ciudades grandes contra las chicas, y terminamos con un (Mauricio) Macri presidente de la nación”. Fuente: El Diario de Paraná.