Jueves 5 de Abril de 2007, 10:20

Las lluvias de marzo un fenómeno casi inédito

| Un informe de la Consultora de Climatología Aplicada determinó que las lluvias semejantes a las ocurridas en marzo sólo se observarían una vez cada 200 años.

Las lluvias que se observaron durante marzo constituyeron “un evento hidrometeorológico sin precedentes desde que se llevan registros oficiales”, asegura la Consultora de Climatología Aplicada (CCA) en un informe dado a conocer por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, a través del Proyecto Siber. La continuidad de sistemas precipitantes sobre la extendida franja que se despliega desde el noreste de Córdoba hasta el sur de Entre Ríos “dejó acumulados muy significativos, los cuales se suman a los observados en los primeros días de marzo y constituyen un hecho histórico”, resalta el trabajo. En abril de 2003, recuerda, en el norte de Sante Fe se observaron precipitaciones similares, las cuales aumentaron drásticamente el caudal del río Salado provocando las recordadas inundaciones de ese año en la vecina capital. “En este caso la abundancia de las precipitaciones se ha extendido en una región mucho más vasta. Desde Rafaela hasta Gualeguaychú se alternan registros que en muchas localidades superaron los 500 milímetros. Las lluvias caídas desde el domingo suman una gran parte de este total. En muchas localidades un solo sistema precipitante dejó el acumulado correspondiente a todo el mes de marzo”. Una vez que las primeras tormentas comenzaron a desplegarse, añade el informe de la consultora que dirige José Luis Aiello, “se pudo observar que la dinámica y la disponibilidad de humedad eran muy favorables como para que se den importantes precipitaciones”. La realidad, sin embargo, superó “cualquier previsión, incluso aquellas que marcaban una oferta de agua muy significativa”. “El aire húmedo instalado sobre la franja central fue sometido a continuos movimientos de ascenso auspiciados por un eje de baja presión que se mantuvo estacionario en la parte media de la atmósfera frente a las costas chilenas”, explica. “Podemos justificar con la estadística por qué marzo resultó un hito en el comportamiento pluvial de la zona afectada. Con series de datos de lluvias de hasta 60 años de longitud podemos inferir la probabilidad de recurrencia que pueden llegar a tener precipitaciones tan inusuales como las recientes”, subraya la CCA. “Mas allá de los registros puntuales que puedan haberse observado, una extendida franja que se despliega desde el noreste de Córdoba hasta el sudeste entrerriano queda incluida en un nivel de probabilidad caracterizado por un valor extremadamente bajo. Para entenderlo de modo más sencillo, traducimos esta probabilidad en una frecuencia de recurrencia. Dentro del área coloreada de rojo la estadística permite inferir que lluvias semejantes a las ocurridas en marzo sólo se observarían una vez cada 200 años o más”. “Que se repita un hecho de esta naturaleza es sumamente improbable. También debemos reconocer que el mismo tiene explicaciones muy razonables en términos meteorológicos. En pocas ocasiones los factores primarios conducentes a la formación de sistemas precipitantes logran una persistencia tan eficaz. Esto se potencia significativamente si dichos factores se suman en una posición geográfica prácticamente estacionaria”, destaca el informe. La Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en tanto, a través del Proyecto Siber, señala en su informe semanal que “las precipitaciones que se observaron en los departamentos del norte pueden considerarse normales, mientras que al movernos hacia el centro comienzan a incrementarse los valores que al llegar a los departamentos del sur constituyen una anomalía histórica en el patrón pluvial” de marzo. “La mayor parte de los departamentos Gualeguay y Gualeguaychú padecen aún los efectos de las crecidas de ríos y arroyos, los cuales lógicamente quedaron lejos de poder retener o canalizar tremenda oferta de agua”, agrega. “No hace falta hacer el balance hídrico para intuir la solución que presenta el mapa de reservas. Obviamente el amplio dominio de los excesos hídricos puede presentar diferenciaciones por los desniveles del terreno, sin embargo los anegamientos son generalizados, principalmente en el sudeste del territorio. Hacia el norte el perfil de humedad presenta un nivel de reserva adecuado, respondiendo a lluvias que se mantuvieron lejos de la inusual oferta de agua del centro-sur”, añade el trabajo.