Domingo 22 de Enero de 2006, 13:31

LOS LEGISLADORES DE LA PROVINCIA COBRAN UN 20% MÁS

| Con los sueldos de diciembre -que se pagaron en enero- los 17 senadores y los 28 diputados percibieron en promedio unos 1200 pesos más, es decir hubo un aumento del 20 por ciento con el cual se llega a 7200 pesos. El aumento llega tras un período de 11 años de ingresos sin variación.

Los senadores y diputados provinciales de Entre Ríos cobraron este mes un 20 por ciento más. Con los sueldos de diciembre —que se pagaron en enero— los 17 senadores y los 28 diputados percibieron en promedio unos 1.200 pesos más. Venían cobrando alrededor de 6 mil pesos por mes, así que ahora se encontraron en el cajero automático con la agradable cifra de 7.200 pesos, más el medio aguinaldo, claro está. El aumento llega tras un período de 11 años de ingresos sin variación y luego de que se aplicara un cambio en la liquidación de los haberes en la Legislatura que hizo que sus ingresos se vieran disminuidos en los tres últimos meses del año. Es que, hasta septiembre del año pasado, el salario de los legisladores se liquidaba en dos recibos: una parte contributiva (la dieta) y otra no contributiva (los gastos de representación). Aunque los sueldos no son los mismos en todos los casos, las dietas eran de unos 3.000 ó 3.500 pesos y la compensación por gastos de transporte dentro de las fronteras de la provincia variaba, partiendo de los 3.000 para los diputados de Paraná y aumentando para los del interior en forma proporcional a la distancia que separa su ciudad o departamento de origen de la capital provincial, donde se encuentra la sede del Poder Legislativo. Sobre la dieta se aplicaban los descuentos para jubilación, los aportes al Iosper, y se calculaba el impuesto a las ganancias. Además y, según las disposiciones de las cartas orgánicas partidarias, también se descontaba la contribución para el sostenimiento de la fuerza política a la que pertenece el legislador. [b]En blanco [/b] Ahora, los gastos de representación se blanquearon, por decirlo de algún modo; pasaron a formar parte del salario, con lo cual los descuentos ya no se aplican sobre los 3.000 o 3.500 pesos sino sobre los 6.000 ó 6.500. Es decir, ahora los descuentos son mucho mayores, se duplicaron. Pero el aumento de diciembre no sólo recompuso esa disminución, sino que elevó el monto que percibieron de bolsillo los legisladores en la última década. [b]De vacaciones [/b] Con la Legislatura en receso de verano, no hay números oficiales. Las cifras, con centavos incluidos, podrán estar una vez que las dependencias administrativas retomen su actividad, se presume que esta semana. Tras una ronda de consultas de El Diario entre una docena de legisladores en apariencia desinformados, la noticia del aumento pudo ser confirmada por el presidente de la Cámara de Diputados, Orlando Engelmann. Desde Federación el diputado justicialista no pudo aportar más datos, como por ejemplo cuál es la incidencia presupuestaria del aumento. Aclaró, no obstante, que la modificación alcanzó sólo a los sueldos y que el dinero del que dispone cada legislador para contratar asesores y auxiliares sigue siendo el mismo. “No he visto los recibos”. “Cuando llegue a Paraná te puedo decir, llamame la semana que viene”. “No sé, porque en el cajero hay más plata, pero cobramos también el aguinaldo... así que la verdad, te soy sincero, no sé cuanto cobré”. Respuestas de este tipo se repitieron entre los diputados con los que pudo comunicarse el matutino en los últimos cuatro días. La excepción la marcaron dos mujeres: las diputadas Lucy Grimalt (La Red) y Beatriz Montaldo (Concertación Entrerriana) que reconocieron en sus cajeros un monto mayor de dinero, aunque Grimalt fue la única que calculó adecuadamente el porcentaje del aumento. El sueldo de Grimalt pasó a ser este mes de 7.200 pesos. Por habitar en la capital provincial y por pertenecer al bloque político más débil de la Cámara bien puede suponerse que se trata de uno de los legisladores que menos dinero insumen al presupuesto de la Cámara. [b]Lo demás[/b] Sucede que los pesos que mensualmente maneja un legislador no se limitan a los que componen su dieta (ahora unificada con los gastos de representación). También disponen de un monto de dinero destinado a la contratación de asesores que no es igual para todos los legisladores y varía según su peso político. El mínimo de lo que se conoce como “módulo” es de 5 mil pesos mensuales, que el diputado o el senador administra según considere conveniente en contrataciones que pueden ser permanentes o para asesoramientos en temas específicos. Al sueldo y el módulo hay que sumarle los subsidios que entregan los legisladores, generalmente para atender pedidos de entidades intermedias o urgencias de salud de habitantes de su territorio. Es aquí, en el manejo de los subsidios, donde mayor es el grado de discrecionalidad porque es donde menos normas existen para su regulación. Los subsidios se solicitan administrativamente, pero es la Presidencia de la Cámara la que los autoriza. Es decir, su disposición es netamente política y no tienen más límite que el de la partida presupuestaria del caso, que definen y aprueban las mayorías oficialistas de los distintos gobiernos. Por ejemplo: la posibilidad de que un diputado o senador radical pueda entregar más o menos subsidios en su departamento depende de la relación que mantenga con el presidente de Cámara, en este caso de signo justicialista. Traducido: el legislador opositor podrá “hacer política” en su territorio siempre que el oficialismo se lo permita o, llegado el caso, lo premie por haber votado en un determinado sentido algún proyecto sensible a los intereses del Gobierno. Tres ejemplos: el diputado radical Osvaldo Fernández aseguró que rendía ante el Tribunal de Cuentas todos los subsidios que entregaba “en su mayoría de 200 o 300 pesos” y la diputada de la Concertación Entrerriana, Beatriz Montaldo, aseguró que no hacía uso de los subsidios porque entiende que “no corresponde” a la función de un legislador. Otros, como el diputado justicialista Julio Aldaz tienen muchos menos pudores: el viernes comunicó que entregó subsidios por 10 mil pesos. [b]En blanco, mejor[/b] El blanqueo implicó un beneficio para los legisladores, aunque en principio se tradujera en una disminución en su salario de bolsillo, cuando al sumar los gastos de representación (3 mil pesos) a la dieta (otros 3 mil) se duplicaron los aportes jubilatorios, a la obra social, el impuesto a las ganancias y la contribución al partido, que pasaron a calcularse sobre 6 mil pesos. El aumento de fin de año no sólo cubrió ese desfasaje, sino que lo superó, de tal modo que senadores y diputados cobran -en el peor de los casos- 1.200 pesos más que lo que venían percibiendo en la última década. Pero con un beneficio adicional: los que están próximos a alcanzar la edad del retiro tendrán montos duplicados para el cálculo de su haber jubilatorio, que se define con un promedio de los últimos diez años de sueldo. El blanqueo dio otro beneficio: duplicado el sueldo, se duplicó también el aguinaldo. Fuente: APF.