Miércoles 13 de Julio de 2005, 11:28

Más desprolijidades

| Un importante lote de mercadería en mal estado, perteneciente al Ministerio de Salud y Acción Social, fue encontrada tirada en la zona de barrancas, ubicadas detrás del cementerio de Puerto Alvear, en proximidades de Diamante.

Al parecer, se trataría de un cargamento que formaría parte de la mercadería denunciada por la Dirección de Bromatología de la provincia, que totalizaban más de 40 toneladas y que había sido perjudicada por el accionar de las ratas del galpón ubicado en dependencias del Ejército Argentino, con sede en Paraná. Lo preocupante y vergonzoso del caso es que, si bien desde el gobierno provincial se dijo que hubo una orden expresa de enterrar en una profundidad considerable esa mercadería, ésta encontrada estaba al alcance de cualquier persona. La información, publicada hoy en la edición de El Diario, da cuenta de la existencia en el lugar de “una gran cantidad de fideos guiseros y harina desperdigada entre la maleza de la barranca, muchos paquetes y envases de alimentos vacíos -algunos con las fechas de vencimiento pasadas y otro no- y un enjambre de abejas sobrevolando esa mercadería”. Entre otros elementos, fueron encontrados paquetes vacíos de harina Brunning -vencidos-; de fideos secos marca Clásicos y cacao Pérgola -con fecha de vencimiento en el 2006-, de azúcar Selca y Santa Bárbara -no vencidos- y cajas de leche en polvo Sancor. Es decir, todas marcas que venían siendo utilizadas por los diferentes planes sociales que administraba la renunciada ex ministro de Salud y Acción Social, Graciela Degani y ahora depende del control del coordinador general de tales programas, Jorge Kerz, quien el lunes había reconocido públicamente que desconocía cuál había sido el destino final de la mercadería en mal estado. Vecinos de la zona indicaron que en los últimos días se observaron varios vehículos oficiales, con “gente de saco y corbata”, además de personal de la Policía de Entre Ríos, controlando el descontrol de la mercadería en cuestión, no apta para el consumo humano, según lo dispuesto por los técnicos de Bromatología de la provincia. Parte de esa mercadería habría sido arrojada en los criaderos de chanchos que existen allí, pero otro lote fue desparramado en diferentes lugares, sin tener en cuenta los problemas que podría ocasionar su consumo.