Jueves 5 de Abril de 2007, 10:39

Monseñor Lozano definió que la Pascua es la "fiesta

| El Obispo celebró anoche la Misa Crismal en la Catedral de Gualeguaychú. Participaron todos los sacerdotes de la diócesis y representantes de cada parroquia y comunidad diocesana.

Durante la misa el obispo bendijo los óleos que se usarán durante el presente año en algunos de los sacramentos que se suministran en la Iglesia: el de los catecúmenos para el Bautismo, el de los enfermos para la Unción y el Santo Crisma para las confirmaciones y ordenaciones diaconales y sacerdotales. Los sacerdotes también renovaron sus promesas al obispo y al terminar la celebración se les entregó los óleos benditos a los diferentes representantes de cada comunidad, los cuales serán utilizados hasta la Semana Santa del año que viene. En su mensaje por Semana Santa y Pascua 2007, Lozano dijo que “cada día suceden cosas que nos alegran y otras que nos entristecen. Logros personales o familiares, avances sociales, afectos que nos conmueven, luces en el corazón; en fin, hay días que caminamos con amigos. En cambio, hay cosas que nos lastiman: fracasos, abandono, enfermedad, soledad. Hasta decimos `esto no es vida`, o como lo expresó Eladia Blázquez `no es lo mismo vivir que honrar la vida”. “La Pascua es la fiesta de la vida. De la vida de Cristo, su Resurrección. También de la nuestra. La muerte y resurrección de Jesús tiene mucho que ver con nosotros. Nos muestra nuestra vocación, nuestro horizonte, el futuro en el presente”, manifestó Lozano. El obispo de Gualeguaychú dijo que “Jesús asumió en todo nuestra condición humana menos en el pecado. El corazón de la Semana Santa es el Amor (con mayúscula). “Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su hijo único” dice el Evangelio de San Juan. Y eso se respira en las celebraciones y lecturas bíblicas de cada uno de los días de la Semana Santa”. En otra parte de su mensaje, Lozano sostuvo que “se nos presenta una especie de tensión entre la mediocridad y la plenitud. Por momentos quiere ganar espacio la traición, el odio, la mentira, la injusticia, la tortura, la muerte. Y enseguida son desplazados por el Amor y la Vida. No es el triunfo del bien al estilo de un cuento de hadas o de fantasía. Es el tiempo del Amor y la Vida que se desarrolla de modo dramático. La vida entregada por amor fecunda en vida nueva. Se impone a la esterilidad del egoísmo y el encierro. Este acontecimiento no quedó en el pasado. Su dinamismo tiene lugar también hoy en cada uno de nosotros”. También alertó que pugnan por expandirse en el corazón humano disvalores como el consumismo, egoísmo, individualismos, relativismos, mediocridad, superficialidad, mentira, aislamiento y fragmentación. “Cómo nos duele encontrarnos con estas cosas en actitudes, modos de vida, en nosotros mismos o con los que sentimos cerca”, reflexionó. “Pero también percibimos signos de grandeza”, dijo. Lozano expresó que “estos días nos llaman a abrir el corazón al Amor de Dios, a dejarnos iluminar la mente. Podemos desoír este llamado, aturdirnos y distraernos. Dios sabe lo que te está pasando y te ama de verdad. Abrile el corazón para que tengas una Pascua Feliz”. Fuente: diario El Argentino.