Domingo 7 de Septiembre de 2008, 13:39

Monseñor Lozano instó a dar solución al conflicto

| La Iglesia no prevé interceder entre el gobierno y los maestros en procura de superar el conflicto que existe en la provincia. De todos modos, el asunto preocupa y también impacta en las escuelas católicas, así al menos lo planteó el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, que el pasado viernes estuvo en Paraná.

“A mí me parece que es un conflicto que si no se resuelve pronto, puede llegar a traer consecuencias serias en cuanto a la escolaridad. Es bueno reconocer los esfuerzos que se han hecho en orden a elaborar un proyecto de ley provincial de educación, que ha sido un camino de participación, y que ha recogido mucho de lo que se fue trabajando en las escuelas. Esto me parece bueno decirlo, porque si no siempre parece que decimos las cosas que se hacen mal o que no se toman en cuenta”, manifestó Lozano en diálogo con un matutino local. Además dijo que “hay que insistir en buscar canales de diálogo y de encuentro, para que a través de la muestra en concreto de las cuentas públicas y de los dineros disponibles, se pueda establecer qué es lo que es posible dar en este momento”. Y apuntó: “Nosotros tenemos de dos a tres de cada diez alumnos de los que hay en la provincia que estudian en escuelas católicas. En nuestras escuelas se percibe también este conflicto”. Lozano estuvo el viernes por la noche en Paraná. A las 19 celebró misa en la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, y luego participó de una mateada con jóvenes de Gualeguaychú que estudian en la capital provincial. “Estos encuentros se realizan a partir de iniciativas de los propios jóvenes. Primero, me reuní en Buenos Aires, con los chicos de Gualeguaychú que estudian allí. Algunos jóvenes que estudian en Paraná, se enteraron, y me pidieron que viniera”, relató. Consultado por cómo ve la situación de los jóvenes, dijo que “en general en el país, están en situaciones comprometidas y serias”. Y explicó: “La desocupación es el doble respecto al promedio de desocupación que hay a nivel general. Suelen tener los trabajos de más baja calidad, son también a quienes se quiere para el consumo desmedido de alcohol y drogas”. “El problema son los adultos, que organizan la sociedad de forma tal que muchos de los jóvenes se quedan afuera”, reflexionó. Y prosiguió: “En los hechos, advertimos que hay un núcleo de pobreza que se ha venido afianzando en las últimas décadas, sobre todo en los últimos diez años, más allá de los esfuerzos que hay por llegar con ayuda alimentaria a través de los comedores escolares, a través de distintas iniciativas en los barrios”. “El lugar para comer no es la escuela, es la casa, salvo que uno tenga chicos en jornada completa, o que el alumno tenga tareas a contraturno en una escuela industrial. Pero que se queden a comer en la escuela por la pobreza, eso no es digno”, concluyó. Fuente: El Diario.