Sábado 7 de Octubre de 2006, 13:31

MURIÓ EN GUALEGUAYCHÚ RUFINO BAGGIO

| Con su fallecimiento, Gualeguaychú pierde al vecino que más le aportó a la nada sencilla misión de dar empleo y crecimiento en toda su historia.

Como sus padres, Don Juan y Doña Ines, y al igual que sus hermanos, se formó desde niño en la disciplina del trabajo férreo y la austeridad como fuentes de progreso material y moral. Ello era común a muchas familias de inmigrantes que llegaron a estas tierras con apenas lo puesto. Seguramente que a los quince años y mientras ayudaba en el despacho de vino que traía en toneles el almacén “La Veneciana”, ya su visión le habrá alumbrado la futura senda que tomaría la familia. Un lustro después y hace de esto cincuenta años, Rufino marcaba el rumbo y sus planes elaborados con admirable visión, se convertían en camiones que habían pasado a traer el vino a granel y ya en cantidades de mayor escala. Luego la familia incursionó en otras etapas de esa línea de producción, envasado, distribución, nuevas plantas y puntos de venta. A ello se agregó el rubro de los jugos, la habilitación de otras fábricas y medios de transporte. Casi sin que nos diéramos cuenta, la firma Baggio empezaba a ocupar un lugar de peso en el ámbito comercial e industrial de la zona y luego del país. Siempre bajo la sabia conducción de Rufino, el crecimiento casi silencioso seguía su ritmo constante. Muchos gualeguaychuenses ignoraban tal vez, que la empresa local ya tenía sus plantas en varios parques industriales de otras Provincias y que las mismas estaban a cargo de convecinos que a su vez iban escalando posiciones empresariales expectables. Y no sólo el grupo por él fundado aporta una inagotable fuente de trabajo genuino para esta comunidad, sino que ha sido múltiple el apoyo brindado a numerosos instituciones sociales y deportivas de nuestro medio. La búsqueda de nuevos mercados externos fue otra de las vías que la admirable visión de este gualeguaychuense alumbró y hoy día los productos Baggio llegan a varios continentes. Baste con ver el crecimiento asombroso de su planta en nuestro Parque Industrial, en el que su personal es el mas numeroso de todo el complejo, para tener una cabal idea de la extraordinaria evolución de aquella familia que se había iniciado en forma modesta y honrada con un simple almacén. Hoy día los Baggio son el grupo más importante de la Provincia en cuanto a potencial industrial y comercial. Permanentemente siguen agregando nuevas líneas y rubros a su ya colosal producción. También abarcó la inteligencia de Rufino, una adecuada preparación de sus hijos para que cuando llegara lo que hoy lamentablemente ha ocurrido, pudieran continuar la línea de crecimiento sin que se notara en lo posible su ausencia. Un ejemplo de ello: Hace pocos días, la cabaña que comanda su hijo mayor, ha protagonizado algo pocas veces visto en nuestras exposiciones rurales, cual es ganar los cuatro premios principales en las diversas razas. Pero independientemente de los aciertos empresariales de este verdadero iluminado, cabe también destacar algunos rasgos de su personalidad que le dan singularidad. Rufino Baggio era un hombre de increíble bajo perfil. Podría decirse que a diferencia de muchos hombre del mundo empresario, al que muchos identifican con términos como “jet set” o “ricos y famosos”, él prefería una vida recoleta y de intenso como silencioso trabajo. El aporte que hizo a Gualeguaychú a través de sus exitosos emprendimientos, podría compararse, salvando las distancias, con aquel inmigrante de hace un siglo y medio que tanto ayudó a la transformación de nuestra ciudad: Domingo Garbino. Por todo ello, ayer hubo mucha tristeza en el seno de nuestra a comunidad. Se va un verdadero pilar de nuestro progreso. Pero deja bien sentadas las bases de la organización que sabiamente fundó y diseñó en su desarrollo. Fuente: diario El Día.