Jueves 13 de Octubre de 2005, 15:47

Nuevo suicidio de una joven en Nogoyá

| Una joven se quitó la vida durante la jornada de ayer. A partir de la reiteración de estos sucesos, se ha conformado un grupo de ayuda voluntaria en el que trabajan adolescentes, personas de 50 años y hasta jubilados.

Durante la jornada de ayer se conoció un nuevo suicidio, en este caso de una joven, en la ciudad de Nogoyá, el cual se suma a una ola de hechos similares que vienen produciéndose durante los últimos tiempos. Así, esta localidad es una de las que cuenta con el índice de suicidio más alto de la provincia. Al respecto, la psicóloga victoriense Stella Cístola, indicó que sociedades como la nogoyaense “son muy cerradas y tienen facilidad para poner las cosas debajo de la alfombra y produce un quiebre cuando las planteás”, manifestó, a la vez que sostuvo: “Tampoco hay que descartar la posibilidad de una secta”. Según su punto de vista, Nogoyá ha tenido una reacción desde que se asumió el problema como tal: “aunque obviamente no alcanza para garantizar que no ocurran nuevos suicidios, mágicamente no se puede resolver nada”. Desde la mirada de Cístola, como antecedente primario está la violencia familiar, “el suicidio es un síntoma, un grito, un pedido de ayuda, que se hace a lo largo del tiempo y cuando no se lo encuentra se produce el desenlace”. En Nogoyá se conformó un grupo de ayuda voluntaria en el que trabajan adolescentes, personas de 50 años y hasta jubilados. “El espectro social está representado, han surgido movidas culturales, deportivas, recreación de este tema dentro de los centros de estudiantes, es decir hay una apertura que es lo que tenemos que buscar”. Es importante aclarar que el suicidio no es hereditario. “Si revisas los genes no hay nada, pero sí, está presente en el seno familiar un modo de resolver los conflictos. De la misma manera que los papás transmiten toda una carga y un código a los chicos”, recalcó.