Lunes 12 de Septiembre de 2005, 23:50

PROCESAN POR HOMICIDIO CULPOSO A UN MÉDICO

| El Juez de Instrucción Oscar Rossi procesó el pasado 30 de agosto a un profesional del Hospital San Antonio por el delito de Homicidio Culposo. La decisión judicial, que trascendió en las últimas horas, se basó en la investigación efectuada a partir de una denuncia realizada el 15 de junio de 2002, a raíz del fallecimiento de un recién nacido.

El procesado es el médico anestesista Alberto Raúl Torres, quién, para el magistrado no se presentó en forma urgente en el hospital para practicarle una cesárea a una joven, a punto de dar a luz esa tarde del 15 de junio. La extensa resolución del juez, a la que Gualeguay al Día tuvo acceso, señala que “habiendo sido requerida su presencia urgente en el hospital el día 15 de junio de 2002 a las 14,50 donde en la emergencia cumplía tareas como anestesista de guardia pasiva, puesto que había decidido la Dra. Claudia Girollet realizar de inmediato una cesárea a su paciente, embarazada y en término para tener familia, al constatar una hipertonía uterina asociado a una disminución de los latidos fetales y pese a la gravedad del cuadro, el aquí acusado llegó recién a la hora 16,05 al centro asistencial a cumplir su tarea profesional y su demora fue determinante para que se produjera el deceso del bebé en el vientre de su madre”. El juez Rossi agrega en su resolución de primera instancia que “en el supuesto en análisis queda demostrado en mi criterio, que no concurre el médico acusado pese a ser el anestesista de Guardia Pasiva del Hospital San Antonio de esta ciudad, ese 15/6/05 de inmediato al quirófano como se le requería, desde aproximadamente la hora 15, llegando recién casi a la hora 16 conforme quedó demostrado supra, impidiendo así llevar a cabo en el menor tiempo posible la cesárea programada”. Para el juez algunos testimonios fueron claves. Entre ellos cita los de Cañete, Echeverría, Cáceres, Castañeda y Gamboa. A fojas 333 declaró el pediatra Castañeda expresando que su desempeño no fue en quirófano sino en recepción de recién nacidos. Que su intervención fue decepcionar el feto muerto, que nadie dijo que era cesárea de un feto muerto y que por esa razón esperaba al recién nacido y cuando lo recibió creyó que estaba en paro por eso intentó la reanimación. Que el horario en que recibió el feto fue a las 16,05 y que la anestesia debió realizarse en no menos de 20 o 25 minutos antes de recibir el feto. A fojas 331 declaró el denunciante Fernando Cañete quién precisó que a las 14,50 o 14,55 llevaron a su hija a cesárea, que la Dra. Girollet salió en dos o tres oportunidades manifestando que estaba todo listo y que sólo faltaba la presencia del anestesista, que notó el estado de preocupación de la médica y que Torres llegó al lugar alrededor de las 16 horas. “Tales declaraciones -escribe el Dr. Rossi- me permiten concluir con el grado de provisoriedad propio de esta sede que la demora del anestesista ocurría en tiempos en que las maniobras médicas -demoradas por su ausencia- podían evitar la muerte del feto por nacer (tal como lo ha dictaminado el forense Chiapetti) y que el nacimiento por cesárea estaba iniciado desde que se puso en marcha el ‘proceso de parto’ indicándose cesárea y convocándose a los médicos que debían asistir al hospital. Por lo demás, las declaraciones de Cáceres y Etcheverría muestran una vez más en forma clara que sus comportamientos, a diferencia del imputado ante el llamado de urgencia, ocurrieron en plazos razonables”. A partir de esto -sostiene el magistrado- “es suficientemente clara la existencia de una grosera violación al deber de cuidado ocurrida conforme a la Lex Artis Médica: llegar injustificada y exageradamente tarde a una urgencia y su directa vinculación con la causación de la muerte, ya que observo en las declaraciones de Girollet que estando vivo el feto ocurría la demora del imputado”. Sobre la figura elegida por el juez para el procesamiento, hay una extensa disquisición en los considerandos del fallo. A fojas 58, el forense Oscar Chiapetti apunta que “si bien la atención según se desprende de la historia clínica fue la apropiada en cuanto a diagnóstico y medidas terapéuticas que se debían tomar, sí se advierte una demora en la llegada del anestesista al hospital… excepto esta irregularidad no menor, no advierto actuaciones opinables”. Para el magistrado, no se trató de un aborto culposo, sino de un homicidio culposo. ¿Porqué?. Citando extensa bibliografía al respecto el juez Rossi apunta que “habrá homicidio cuando se mate una vez iniciado el proceso de parto”. Y para él, dicho proceso quedó acreditado, ya había comenzado. “Es el momento del nacimiento el que delimita el carácter de sujeto pasivo de aborto o de homicidio. La cuestión es saber cuándo está ocurriendo el nacimiento para que podamos hablar de homicidio. (…) La mayor parte de la doctrina ha considerado que el nacimiento, como momento a partir del cual estaremos en presencia de un homicidio, se da con el comienzo del parto (Varela), lo que puede ocurrir con los primeros dolores que indican el comienzo del parto natural o cuando esos dolores faltan, con el inicio del procedimiento de provocación artificial de aquel o de extracción quirúrgica del feto. (…) Una vez que la persona ha comenzado a nacer ya puede ser sujeto pasivo de homicidio”. A partir de estos argumentos es que el magistrado procesó por Homicidio Culposo al médico, manteniendo este la libertad bajo caución juratoria y trabando un embargo en bienes del imputado hasta cubrir la suma de 1.000 pesos. Fuente: APF.