Sábado 19 de Mayo de 2007, 13:46

Procesaron a los padres de Lucas

CASO GARELLI | Ya pasaron más de tres años y cuando todo hacía pensar que el caso Lucas Garelli -cuyo expediente tiene 10 cuerpos y más de 1.800 fojas- estaba paralizado, la jueza volvió a procesar a los padres del niño, César Garelli y Soledad Croizzard, y pidió la prisión preventiva. Los informes de la autopsia son fundamentales para la medida judicial. La defensa, disconforme.

La magistrada apuesta todas sus fichas al peso que tienen los informes autópsicos generados a partir de la segunda necropsia practicada en el cuerpo del pequeño por los forenses Luis Moyano, Antonio Occhi y Chiapetti, que echaron por tierra lo que surgiera de la primera autopsia. La medida cayó como balde de agua fría en el seno de la familia Garelli y sorprendió a su abogado, Luis Rodríguez, quien sostiene la inocencia de sus asistidos, que fueran procesados por primera vez el 11 de junio de 2005 y dejados en libertad cuando la Cámara de Gualeguay dispuso la falta de mérito. El caso Garelli se inició a partir de la extraña muerte de Lucas, un niño de sólo 8 años que desapareció a fines de octubre de 2004 y fue encontrado sin vida en un campo cercano a su casa, ubicada en la zona de Estación Herrera, localidad situada unos 40 kilómetros al oeste de Concepción del Uruguay, lugar que ya había sido recorrido horas antes por la Policía. En ese momento se tejieron numerosas hipótesis, desde un secuestro, pasando por una violación y hasta la supuesta caía de un caballo que al parecer lo había arrastrado. Esta última fue la versión que sus padres mantuvieron en forma insistente, ya que ni siquiera dudaron en defender a los obreros detenidos en primera instancia. La hipótesis del equino fue avalada en el primer informe médico, pero esto cayó cuando se efectuó la segunda necropsia de la cual participó el mismo médico forense del Superior Tribunal, Luis Moyano. [b]Pruebas cruciales[/b] Respecto a los resultados, se pudo averiguar que el profesional fue claro a la hora de declarar, ya que confirmó que no existían huellas de arrastramiento de un equino, sino que el cuerpo tenía signos transversales y longitudinales de arrastre postmorten -luego de muerto, lo que lleva a pensar que el chico fue colocado en el lugar donde se lo halló- agregando que presentaba un fuerte impacto contra un elemento más contundente que la caída desde un caballo, lo que se condice en cierta medida con los informes Criminalísticos. Este resultado fue crucial para el caso, pero a esto se sumó también la afirmación sobre que era imposible -por la postura del cuerpo en el lugar del hallazgo- que éste haya sido arrastrado. Moyano destacó que “un perito debe actuar con los ojos bien abiertos y cerrar los oídos para no dejarse influenciar por dichos, ya que se entraría en la subjetividad”. [b]Extraño[/b] Estos elementos dejaban en claro que algo extraño estaba pasando en el entorno del chico, ya que el accidente con el caballo seguía siendo el motivo del deceso sostenido por César Garelli. Muchas fueron las versiones al respecto entre la misma opinión pública, ya que se sostuvo que algo querían ocultar, llamando también la atención las actitudes de los Garelli luego de la tragedia. Entre las idas y vueltas de la causa el abogado Luis Rodríguez cuestionó en reiteradas oportunidades la manera de proceder de la jueza Estela Natal de Rebossio, a la que calificó de fabuladora y de haber formulado declaraciones comprometedoras a la prensa sobre el caso, llegando a recusarla. Sin embargo, la recusación fue desestimada en fallo unánime por STJ. La misma Fiscalía del STJ, sugirió a la responsable de la Instrucción, seguir la misma línea investigativa. Fuente: diario Uno.