Miércoles 13 de Abril de 2011, 09:37

Productor quiere introducir jirafas en el monte entrerriano

| El proyecto fue presentado a la cartera de Producción y apunta a trabajar por un “desmonte ecológico”. Lleva el título de “Jirafas del Paraná” y según su mentor “no es ninguna trasnochada, está estudiado científicamente”.

El productor Alejandro Sagemüller presentó un proyecto de “desmonte ecológico” el que sería realizado con jirafas. La iniciativa fue acercada en su momento al entonces Secretario del la Producción de la provincia, Héctor Motta, antes del conflicto por la 125 y mucho antes de la creación del ministerio. Sagemüller comenzó a madurar la idea luego de permanecer lejos del país y próximo a la tierra de las jirafas. El ingeniero electrónico trabajó durante un tiempo en Medio Oriente y en esa oportunidad viajó a algunos países de África y detectó que el paisaje de Sudáfrica por ejemplo es muy similar al que se ve en Entre Ríos. “Parece que estuviera por acá, son llanuras onduladas”, describe y detalla que la vegetación es muy parecida a la que se encuentra en tierras entrerrianas. Algo que agita la curiosidad, una serie de informaciones que se empiezan a reunir y un problema concreto en la provincia, desencadenaron en la investigación de Sagemüller, que concluyó con una tesis atractiva y curiosa: la presencia de jirafas podría resolver en parte el tema del desmonte de una forma “natural”. El planteo, sintéticamente, es así: Sagemüller es productor y conoce el problema del desmonte y la necesidad de sus pares. La implementación de su proyecto Jirafas del Paraná, asegura, se presenta como una operación intermedia entre arrasar con máquinas y no tocar nada. Las jirafas se alimentarían de las hojas más altas de los árboles, abrirían claros en el monte, permitiendo que se filtre la luz del sol y por lo tanto que crezca alimento para el ganado. “Sería un desmonte ecológico, además la jirafa come en la altura, es un rumiante que no compite con la vaca por el pasto. Esto significaría no sacar los árboles sino moderarlos, ir podándolos, desmontando sin producir erosión”, explica. Sagemüller sabe que su proyecto suena a una novela de aventuras de un escritor que imagina un personaje audaz y alucinado. Por esa razón, se apresura a abundar en datos y especificidades, además de aclarar que “no es ninguna trasnochada, está estudiado científicamente”. “Hice estudios y es perfectamente compatible, la jirafa come el mismo tipo de árboles, tiene una lengua elástica con la que arranca las hojas y evita las espinas, ideal para estos montes, no come en el suelo y tiene hasta el mismo tipo de enfermedades que la vaca”. Hábitat, alimentación, enfermedades, clima, espacio, todo, asegura Sagemüller, está estudiado y contemplado. Todo cierra, incluso ha estado en contacto con un zoológico de Kenia para conocer detalles. En la actualidad, calcula, una jirafa tiene un costo de unos 2.500 dólares y además de su utilidad para el “desmonte ecológico”, el animal tiene otras salidas económicas. “Se cría, es interesante el cuero, la carne y los cuernitos, que son de un marfil muy buscado, en especial para armas de colección”. [b]Test de preferencia[/b] El proyecto fue presentado a Producción y en aquella oportunidad, según Sagemüller, tuvo una recepción positiva, de la misma forma que en otras instancias de consulta en diferentes reparticiones estatales que deberían intervenir en caso de concretarse el proyecto. Por ahora, el productor sigue avanzando en la investigación y en estos días tenía pensado hacer un “test de preferencia” con una jirafa del zoológico de Buenos Aires. “Se trata de poner en los canastos de alimentos del animal, hojas de nuestros árboles para ver cómo resulta”, especifica. El experimento, propone, se debería hacer con seis hembras y dos machos en un espacio delimitado. “El único problema que puede surgir es el cambio de carácter, que no se estudia hasta que el animal está in situ”, señala y enumera una larga lista de animales que no son autóctonos y fueron adaptándose al ecosistema de la región y del país. Sagemüller observa que la propuesta cierra por todas partes y se imagina, además, un barco lleno de turistas que pasean por el río y se deslumbran, se dejan deslumbrar, por la figura increíble de una jirafa mordiendo las hojas de los árboles, mansamente, en el monte entrerriano. Fuente: El Diario,