Martes 3 de Enero de 2006, 10:47

Una enfermera dijo que vio a Fernanda

| La mujer dijo haber visto a una muchacha, que para ella era la de la foto con la que se busca a Fernanda, a la que recuerda embarazada y en compañía de dos hombres mal entrazados.

Nuevas versiones y llamadas al 0800 que se puso a disposición para recibir denuncias, también cotejadas con algunos datos que proporcionó Claudio Lencina en su reciente testimonial, sirvieron para una última búsqueda anual de Fernanda Aguirre. Poco antes de finalizar el 2005, una comisión policial que trabaja bajo las órdenes directas del juez Héctor Toloy viajó a las provincias de San Luis y Santiago del Estero, donde se recolectó nueva información. Uno de los relatos que llegó a dar un poco más de esperanza a quienes sostienen la hipótesis de que Fernanda está viva y que puede estar cautiva en algún lugar, fue el de una enfermera que se contactó con los investigadores para contar una historia que también quedó asentada en este viaje. La mujer dijo haber visto a una muchacha, que para ella era la de la foto con la que se busca a Fernanda, a la que recuerda embarazada y en compañía de dos hombres mal entrazados, al referirse a sus vestimentas y que uno de ellos tenía un problema en un ojo, ya que recuerda que lo tenía completamente blanco. Si bien el famoso Claudio “Jorobado” Lencina, hermano del fallecido Miguel Ángel Lencina que purga prisión por el asesinato de Alberto Koltunof, utilizó una entrevista con Canal Once para mencionar que no había aportado nada nuevo ante el juez Toloy. El abogado Julio Federik, representante de la familia Aguirre, lo desmintió al mencionar que “Lencina brindó información importante para nuestro interés, pero es información que, por cierto, no puedo develar, porque sería una torpeza de nuestra parte, hasta tanto trabajemos sobre ella. Lo que sí puedo adelantar es que mencionó nombres de personas que oportunamente serán citadas a declarar y me voy a ocupar personalmente de que si algunas de estas personas queda expuesta en alguna leve sospecha de falso testimonio, sea detenida”, expresó. Pocas horas antes de que Claudio Lencina fuera interrogado, un ex presidiario mencionó que había escuchado en la celda, de boca del mismo Jorobado, una historia en la cual se mencionaba que Fernanda Aguirre habría sido trasladada al norte argentino con la ayuda de una tribu gitana, a la cual se le entregó a la chica como pago de una dote y que quien hizo la transacción recibió un vehículo a cambio. Fuentes de la investigación confirmaron que en este último viaje se revisaron varios asentamientos gitanos y que, inclusive, uno de los que participó de esa búsqueda y de esas incursiones sorpresivas fue el mismo padre de Fernanda, don Julio Aguirre. Pero uno de los relatos que llegó a dar un poco más de esperanza a quienes sostienen la hipótesis de que Fernanda está viva y que puede estar cautiva en algún lugar, fue el de una enfermera que se contactó con los investigadores para contar una historia que también quedó asentada en este viaje. La mujer dijo haber visto a una muchacha, que para ella era la de la foto con la que se busca a Fernanda, a la que recuerda embarazada y en compañía de dos hombres mal entrazados, al referirse a sus vestimentas y que uno de ellos tenía un problema en un ojo, ya que recuerda que lo tenía completamente blanco. La mujer se entrevistó con los investigadores y brindó todos los detalles a su alcance, a lo que se sumó la confección de unos retratos hablados, para tratar de identificar a las personas que supuestamente iban con esa muchacha. Respecto a lo que pudo haber aportado Claudio Lencina, que según él no fue nada, trascendió que si bien las escuchas telefónicas que lo expusieron hablando del tema con su ex mujer, Carina Villanueva, y su suegra, Sara Engenreder, motivaron al juez Toloy para llamarlo a declarar. Lencina negó en ese momento la versión de su ex compañero de celda acerca de la historia de gitanos, pero reafirmó que hay dos personas que saben perfectamente qué fue lo que ocurrió con Fernanda y habrían señalado sin tapujos a su madre, Esther Torres, y a su hermana, Delia Lencina, a las que mencionó como las que debían ser citadas nuevamente a declarar. Fuente: El Diario