Domingo 27 de Diciembre de 2009, 13:59

Urribarri calificó de "oportunismo vomitivo" los pedi

| El Gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, calificó de "mera instalación" política el reclamo público que realizan vastos sectores para que la provincia demande judicialmente contra la Nación, por supuestas apropiaciones de ingresos en administraciones anteiores. "Es de un oportunismo vomitivo", enfatizó, sorprendiendo por la dureza de la calificación. Al redoblar la apuesta, Urribarri aseguró que "en 2010, llegarán a Entre Ríos todavía mayores recursos federales" para mejorar la infraestructura social y productiva.

Urribarri destacó “la cantidad de planes, programas y acciones que cuentan con financiamiento federal”, machacó el mandatario con que “lo hicimos con inteligencia estratégica, no fuimos genuflexos como algunos nos quieren achacar: detectamos las necesidades, articulamos con las comunidades, armamos los proyectos y gestionamos financiamiento”. “La relación nuestra con la Nación seguirá siendo guiada por la inteligencia estratégica”, dijo el gobernador, en un tono que escondía un reproche hacia los que con un candor que el mandatario no comprende e impugna le plantean en las declaraciones periodísticas o en los debates legislativos, que demande contra el Estado federal por la quita de recursos ocurrida en administraciones anteriores, cuando él mismo no para de destacar el trabajo en tándem con la gestión que encabeza Cristina Fernández de Kirchner y las ventajas que el método le reporta desde el punto de vista político y operativo, de gestión. “Las cartas están echadas”, acotó, dando por confirmado que su gobierno no evalúa ni siquiera como parte de un mero ejercicio intelectual si existen otros métodos de relación con la Nación. La declaración se produjo a raíz de una inquietud que El Diario le transmitió, con la idea de captar los conceptos que animan al jefe del gobierno. “La aplicación de recursos federales a Entre Ríos ha sido extraordinaria, tanto que lo invertido en estos dos años supera a lo que se volcó durante todo el ciclo de democracia moderna”, señaló, no sin ejemplificar con que “sin contar las otras acciones vinculadas a las áreas de salud, acción social, educación y desarrollo productivo, sólo en obra pública hay más de 2.000 millones de pesos en proyectos en marcha, mientras que superan los 3.000 millones de pesos las iniciativas que están por comenzar”. El tema del financiamiento público viene dando giros en el aire desde hace tiempo, la verdad sea dicha; muchos antes incluso al 11 de diciembre de 2007. Lo que pasa es que las consideraciones se potencian cuando los bolsillos del sector público adelgazan más de la cuenta. En el último tiempo, la calesita informativa tomó vértigo en torno a esta cuestión, por intervenciones del diputado nacional Atilio Benedetti (UCR-Entre Ríos), por participaciones del diputado provincial Jorge Busti (Peronismo Federal-Concordia), y por la actuación de seguidores de uno y otro. Pero con alguna antelación, en el Congreso de la Nación, Cristina Cremer (Peronismo Federal- Entre Ríos), Gustavo Zavallo (Peronismo Federal- Entre Ríos) y María de los Ángeles Petit (Peronismo Federal-Entre Ríos), que responden al lineamiento político del ex gobernador Busti, promovieron ya hace unos meses un intento parlamentario para que la Nación devuelva a las jurisdicciones provinciales recursos que tomó con la excusa de superar distintas crisis. Básicamente, se reclamaba el aumento de la proporción del Impuesto al Cheque que se distribuye entre las provincias; la eliminación de un descuento a la coparticipación que financió el déficit previsional, ahora que la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) superó el sofocón (tanto que ahora presta financiamiento a diversos emprendimientos públicos y privados); la transferencia a las provincias también de los Aportes del Tesoro Nacional sobrantes o no aplicados a soliviantar situaciones puntuales, dado que la Nación por las dudas se los reserva. En fin, que los tres pedidos son correctos, racionales, justificados. Pero, a la vez, cualquiera lo puede entender, la irrestricta adhesión de Urribarri al gobierno nacional lo inhabilita en un punto a producir un reclamo público, a ponerse al frente del planteo, más allá de que si alguna vez se atiende la demanda política también su gobierno se verá beneficiado con el arribo de recursos frescos, constantes y sonantes. Respecto a la cuestión de los ingresos federales, se apunta a una cuestión de fondo: producir alteraciones en la llamada coparticipación primaria, es decir, aumentar la masa de recursos disponibles para las provincias. O, dicho en criollo, que un porcentaje de lo que actualmente dispone la Nación sea automáticamente transferido a las provincias. Pero no es esta situación sino sus últimos coletazos lo que inquieta a Urribarri, esto que ha ganado la prensa de diez días a esta parte, sobre todo desde que el presupuesto 2010 de la provincia ha ocupado los renglones más importantes de la agenda política. “Más allá de buscar el instante de gloria frente a los medios, ninguno de los supuestos propulsores de la demanda contra la Nación ha explicado seriamente los qué, los cómo, bajo qué instrumento”, ataca, mientras se defiende. Para el entrevistado, se trata de “expresiones panfletarias”, en “algunos casos, proferidas con un oportunismo vomitivo”. La situación lo incomoda al gobernador, en general y en particular. Intenta ser claro mientras responde pero, a la vez, es como si refrenara el impulso al exabrupto con que le tienta la palabra. Hace una pausa, como si recompusiera, y después toma otra dirección su discursividad, más aplomada. “Está claro que nos hemos manejado con una responsabilidad y un orden suficiente como para que hoy Entre Ríos sea una provincia previsible y respetada en el concierto nacional”, definió, al añadir que “ese es un resultado que casi nadie discute ni valora”. Fuente: El Diario.